sábado, 29 de enero de 2011

238.- LA IMPACIENCIA: MI PEOR ENEMIGO

El miércoles pasado, cuando volvía de Los Barriles con la R65, donde habíamos estado tomando una cocacola y unas tapas, a eso de la una de la madrugada, se me quedó sin gasolina. Sin problemas, se abre la reserva y ya está, pero no, abrí la reserva (grifo para arriba) y aunque el depósito sonaba a gasolina, las cubas no se llenaban y consecuentemente la moto no arrancaba. Después de los 2 km que me pegué empujando y echando las asaduras por la boca, hasta llegar a una gasolinera (menos mal que era la chica, que si llega a ser la R100...) me puse a investigar por qué demonios no bajaba gasolina. Soplé por el tubo de la gasolina con el grifo en abierto y pasaba el aire bien, cosa que no ocurría cuando lo ponía en reserva. Soplé con todas las ganas que me quedaban y no conseguí que saliera una mísera burbujita de aire por el depósito. Se me estaba quedando la cara como la del lobo de los tres cerditos cuando llegó a la casa de ladrillos; entre eso y las asaduras asomando por las orejas debía dar hasta pena penita verme. Como con la fuerza pulmonar no conseguía resultados probé con el compresor de la gasolinera, pero con idénticos resultados. Vista la hora que era, las dos y pico de la madrugada, que había que levantarse temprano al día siguiente, y que el único problema era la reserva, llené el depósito y me fui a la camita y pospuse la investigación de la avería para el sábado en Ronda.
El sábado me levanté tempranito y me fui a Ronda pasando algo de frío, más bien bastante frío, especialmente una vez que pasé Algodonales. Iba pensando por el camino que es lo que podía estar pasando, que si la goma, que si el tubo atascado... y qué moto me iba a traer, y en eso me planté en la guarida.
Lo primero que hice fue poner en carga la batería de la R80ST, que la última semana había intentado arrancarla, antes de volver, y no lo conseguí por estar muy baja de carga, y enseguida me puse a hacerle una puesta a punto de balancines, porque con una buena puesta a punto y una buena carburación la respuesta, aún en frío, es mucho mejor en estas motos, vamos que arrancan con absoluta seguridad. Hice primero el lado izquierdo

y después el derecho. ¡Toma habilidad para dejar las llaves puestas!

Aproveché para poner bujías nuevas, que eso también ayuda bastante al arranque, aunque sean "japos"

y con eso di por terminada la sesión de puesta a punto de la R80ST y me fui por la R65, a ver qué demonios le pasaba para haberme dejado tirado en plena noche. Por cierto, la R80ST tenía en aquel momento 71449 km, que no se me olvide.

Como decía, me fui por la R65, y convencido como estaba de que lo que ahí había era un atasco del tubo de la reserva, cogí la pistola de aire, la enchufé al tubo de la gasolina y soplé con el grifo en posición de abierto. El aire salió fácilmente, originando burbujeo claramente audible en la gasolina. Entonces puse el grifo en posición de reserva y volví a soplar. Se oyó una especie de ¡PFFFFFF!, pero el aire pasó y originó también burbujeo, aunque mucho menos notable. Volví a insistir, y lo mismo. Abrí el tapón de gasolina, soplé y salió una nube de gasolina vaporizada. Aquello no era muy normal y requería de una nueva investigación, porque a pesar de que para arriba sí que pasaba el aire, para abajo no pasaba la gasolina. A todo esto, el depósito empezó a tirar gasolina por el reborde inferior derecho, donde habían salido unas burbujas por debajo de la pintura que tenían muy mala cara

Saqué toda la gasolina, la repartí entre las otras motos y quité el grifo a ver qué pasaba por allí. Para empezar, el filtro de malla se quedó dentro, así como uno de los tubos, aprisionado por el plástico.

En el grifo había restos del plástico que usé para sanear las paredes internas del depósito,

que se había metido por el orificio del tubo correspondiente al circuito de la reserva atascándolo.
La explicación es bien sencilla, y de ahí el título de esta entrada: cuando saneé la parte interna del depósito no esperé el tiempo suficiente para que se produjese la total solidificación del plástico y le puse el grifo antes de tiempo, con lo que parte del plástico, aun no totalmente polimerizado, se metió por donde no debía. Tal vez el tubito de la reserva no encajaba perfectamente en su orificio y por ahí se metió el plástico taponando el circuito. Cuando he soplado aire, lo que he hecho ha sido meterlo entre el plástico y el metal del depósito, con lo que he separado ambas capas permitiendo que la gasolina pase a estar en contacto con el metal, que como estaba picado, ha permitido, a su vez, que se salga al exterior. Un invento ¡vamos!
¿Consecuencias de todo esto? Pues varias:
  • tengo que soldar los agujeros que se han abierto (y solo tengo eléctrica) ¡Uf!
  • tengo que extraer el plastico que se ha levantado en el interior, para ello echaré un par de litros de acetona dentro para que lo disuelva y salga como una granizada
  • tengo que volver a pintar el depósito (y era un diseño bastante rollo)
Como todo lo anterior me va a llevar una temporadita, voy a aprovechar para pegarle un repaso completo al motor, que lo tenía pensado para dentro de unos dos mil kilómetros, pero ya puestos, allí la he dejado encima de la mesa y llena de porquería del paseo del otro dia.

La vuelta en la R80ST, que arrancó perfectamente a la primera. Nos mojamos hasta Algodonales.
La semana que viene, más, sobre todo de apertura del motor de la R65, porque hasta que acabe con ella no hago más que revisiones y puestas a punto.

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