viernes, 20 de junio de 2014

351.- ACABADO EL DEPOSITO DE LA SHERPA

Ayer era fiesta en Sevilla, así que aproveché para darme un paseíto y hacer algunas cosas que tenía pendientes, como por ejemplo acabar de pintar el deposito de la Sherpa ¡mira que olvidárseme la raya negra de abajo...!
Salí muy temprano; se ve que tengo puesto el reloj de trabajar y a las siete estaba en pie, así que, y a pesar de hacerlo todo con exquisita parsimonia, a las ocho y media estaba encima de la moto. La R80 ST no va redonda; da explosiones a destiempo, sobre todo en frío, y le suenan bastante las válvulas. Voy pensando en eso mientras pasan los kilómetros en una mañana nublada y fresca ¡vamos, que he pasado frío!. Cuando tenga un ratillo libre le ajustaré el encendido y el próximo día, cuando esté el motor totalmente frío, le haré válvulas. Paro a echar gasolina en Algodonales; calculo el consumo y ¡ocho litros a los 100 km! Con razón digo yo que no va bien ¡va fatal! Esta moto siempre ha sido modosita en el consumo y mira a donde se ha ido.
Llego a Ronda a las diez y me pongo a trabajar enseguida. Lo primero es arreglar los pequeños fallos de pintura que tuve el otro día, especialmente por usar cinta de carrocero en vez de cinta de vinilo para perfilar. Para empezar puse cinta de vinilo delimitando las zonas de error.


Iba a pintar con aerógrafo, y ya no me acordaba de la poca pintura que echa un aerógrafo, así que me puse a empapelar para evitar accidentes y a lo tonto empapelé todo el depósito, cuando con una franja de pintura de carrocero habría sobrado. Un buen rato de pasadas de gris metalizado resolvieron el problema.



Una vez seca la pintura y aprovechando la cinta delimitadora, puse una nueva cinta a cada lado de ella para volver a definir el sitio que tenía que ir en negro y retiré el vinilo primero, con lo que se quedaba una franja que había que pintar en negro y con bordes definidos.


Ración de aerógrafo con pintura negra, esperar el secado y retirar todas las cintas de carrocero que había usado y los vinilos. Ahora tenía mucho mejor aspecto.



Quedaba pasarla a lacado, pero antes había que ponerle las pegatinas para que se quedaran protegidas también por la laca. Tenía mis dudas sobre dónde quedaba la de "Made in Spain" así que pedí el comodín de Roberto que me dijo que iba junto al tornillo de sujeción delantero del deposito, y allí la puse. De las pegatinas al taller de pintura ¡casi ná!


Y antes de lacar me acordé de que tenía por allí el colín de plaza y media de la RS esperando pintura. Pues aprovecho y ya que tengo la lata de pintura negra fuera, le doy un repaso.




Y ahora ya puedo preparar la laca. Esta es la que uso siempre, y las proporciones son esas: una parte de endurecedor, dos de laca y media de disolvente. Un meneito y a la pistola.


La secuencia de lacado, la que me han enseñado: pistola con abanico abierto a tope, presión de aire a dos atmósferas y media. Pintar una primera capa e irse a fumar un cigarro. Yo, como no fumo, me tomo una cerveza; el caso es algún vicio, que es lo que le da consistencia a la laca.



Pasado el tiempo del cigarro, o de la cerveza, se empiezan a dar capas que vayan cubriendo y con cuidado de no pasarse para que no haya descolgados.







Y después, a dejar que se seque y que estire. Francamente, unas veces estira mejor que otras y todavía no sé a qué se debe, aunque supongo que tendrán algo que ver la temperatura ambiente y la cantidad de disolvente que se use. Las cantidades las llevo controladas, pero con la temperatura todavía no he podido ajustar bien el termostato solar; unos días hace más calor y otros menos, y supongo que eso, además de otros factores que todavía ni siquiera he pensado, son lo que hacen que los resultados sean distintos de una a otra vez.
Mientras se secaba la laca le puse el protector de la cadena a la Sherpa, que costó trabajito ponerlo, no os creáis que esto es solo llegar y topar.


Y como me podía la impaciencia, le probé el depósito a ver cómo quedaba. Para poner el asiento tuve que rehacer los agujeros del depósito con una lima redonda, que habían menguado un poco después de las diversas sesiones de fibra de vidrio y de Rocadur.


Menos mal que la laca estaba bastante polimerizada y no le he dejado ninguna huella, que no sería la primera vez. También le probé el tapón, no fuera a ser que a pesar de las medidas de protección se hubiese manchado la rosca interior. Afortunadamente no fue así; todo estaba correcto, menos la feísima goma que tiene puesta el tapón. Ya la cambiaré.


Y con eso dejé la Sherpa hasta el próximo día, en que le pondré el faro y veré qué hago con los guardabarros, porque lo suyo sería ponerle los de aluminio, no los feísimos de plástico que traía puestos.


¿Os recuerdo cómo estaba cuando vino?


Antes de volverme a Sevilla le hice una puesta a punto de encendido a la R80ST que, efectivamente, le estaba haciendo falta. También monté toda la estructura del asiento de la R100RS, que ya os mostraré el próximo día, porque es una obra de ingeniería alemana para llevar cosas, y finalmente me volví para Sevilla en la Sprint, a ver si le voy cogiendo el aire.
Lo cierto es que ya tengo ganas de acabar la Sherpa y ponerme con mis motos, que están muy desatendidas entre una cosa y otra. Por cierto, que siguen estando todas a la venta, ya que tengo que hacer sitio y me están sobrando una o dos, y me da igual cuales sean. Os recuerdo que todas están muy bien y que no se encuentran en tiendas :-)

martes, 10 de junio de 2014

350.- PINTURA DEL DEPOSITO DE LA SHERPA

Hoy he salido tardísimo. He tenido que entregar unos papeles y llevar un extractor de cojinetes a Roberto, lo que me ha supuesto salir más allá de las nueve y media de la mañana. Llevaba la Sprint, porque aunque la semana pasada me había venido en la R65, han pasado varias cosas: En primer lugar he vendido la R1100S, una moto muy bonita y muy agradable de llevar pero que era incompatible como segunda moto moderna una vez que ha llegado la Sprint, así que, sintiéndolo mucho, se ha ido, aunque se la ha llevado un chaval que creo que la va a cuidar y desde luego le va a hacer más kilómetros que yo, porque una semana de cada ocho no es tute para una moto de esa categoría. Así pues, como vendí esa moto y este chaval quería llevársela, como es natural, a mitad de semana me planté en Ronda para cambiar la R65 por la R1100S, y como el sábado se la llevó, pues me dejó sin moto, así que convencí a mi mujer de que me llevase a Ronda para traerme una, y esa una era la Sprint, de ahí que hoy me fuese en ella para Ronda.
Bueno, el caso es que llegué a Ronda a eso de las once de la mañana, y entre que organicé un poco la tarea y monté una prensa hidráulica que he comprado, se me fue casi toda la mañana.


Acabada la prensa me puse con la pintura, cosa que me daba un poco de pánico porque era la primera vez que iba a pintar con pintura al agua (el color rojo del depósito) y no las tenía todas conmigo. 
Pero antes de empezar a pintar hay que acabar de rellenar poritos, rayitas y desconchoncitos y volver a imprimar. No sé la de veces que he puesto Rocadur, he lijado y he imprimado, pero las suficientes como para que ya esté harto de pintura antes de empezar, y es que acaba uno, lija, imprima y en cuanto sacas el depósito al sol ya estás viendo nuevos defectos. 
Por fin me di por satisfecho, aunque seguro que saldrán imperfecciones en cuanto acabe de lacar, pero ya me tiene aburrido, así que di una última imprimación, lijé con papel de lija de grano 2500 y colgué el depósito para empezar a pintar.




Lo primero una zona negra para delimitar la linea negra. Me he dado cuenta, una vez que he terminado, de que no era una linea negra, sino dos, así que toca corregir. Una vez manchado de negro el depósito, con una cinta de perfilar de vinilo tapamos lo que queremos que se quede en negro.



Ahora pinto en plata por debajo de esa linea, aunque me da igual que se pase un poco por arriba.



Ahora procedo a tapar con cinta de carrocero lo que quiero que se quede en color plata. He usado cinta de carrocero de los chinos para que tenga menor adherencia y no me vaya a levantar la pintura, pero ha sido un grave error, ya veréis luego por qué. 


La pintura que voy a usar para el rojo es con base al agua, y eso me da bastante miedo porque no la he usado nunca. Según me han dicho hay que cargar poco las manos para evitar que se descuelgue, ya que el agua se evapora más lentamente que el disolvente. Para empezar hago unas pruebas por la parte inferior del depósito, que me permite colarme sin que se note demasiado.


Cuando le pillo un poco el tranquillo le doy la vuelta al depósito y empiezo a pintar la parte que se ve. Al principio toma un aspecto como de piel de naranja, pero después se va estirando y queda mas o menos bien. Estuve a punto de un descolgado, pero creo que lo solventé bien.


Una vez seco me lo llevé a la mesa para proceder a quitar las cintas.


Este es un momento mágico, porque de verlo todo rojo a empezar a aparecer los colores va un trecho.



Pero como se puede ver, el usar esa cinta de carrocero no es bueno: por un lado se han quedado bigotes por todas partes, y no hay más que ver la diferencia entre la cinta de vinilo (color negro) y la cinta de los chinos (color gris y rojo) que ha dejado pasar la pintura roja hacia arriba.


Esto, unido a que se me ha olvidado pintar una cinta negra en la parte inferior, me va a obligar a retoque con aerógrafo el próximo día, antes de poner las pegatinas y lacar. No sé en qué estaba pensando cuando pinté en negro.
Y aquí quedó el día de trabajo. Le di un limpiado a la Sprint y me volví para Sevilla. Me he traído la R80ST, que ya le tocaba, y me he parado por el camino a hacerle un par de fotos con los girasoles en flor.



Por cierto, ya ha empezado "la caló".

miércoles, 4 de junio de 2014

349.- OTRO EMPUJONCITO A LA SHERPA, PERO SIGO ATASCADO

Pues sí; la Sherpa se me está resistiendo y no porque sea especialmente difícil, sino porque no encuentro tiempo para poder hacer nada. De todas formas, este viernes pasado, que era festivo en Sevilla, me pude acercar a darle un empujoncito.
Ya han llegado las gomas y los amortiguadores, así que a ponerlos. Primero los amortiguadores: unos Betor que son los que llevaba esta moto.



Seguidamente me puse con la goma delantera. Un poquito de jabón y neumático colocado en pocos minutos.



Colocar la goma en la horquilla ya fue otra historia, porque había colocado las barras al revés: la derecha en el lado izquierdo y viceversa, con lo que el eje de la rueda se me quedaba corto, ya que la tuerca del eje entra en un rebaje de la botella derecha. Pero, bueno, todo se arregla: sacar las barras de las tijas y volver a colocarlas, esta vez en su sitio, y montar la rueda en la horquilla.


Ahora, por la rueda trasera. Me pensaba que iba a ser tan fácil como la delantera, pero ¡qué va! me dio una lata tremenda. Para empezar, parecía como si fuese de una talla mas pequeña. ¿Habéis probado a poneros unos zapatos cuatro números mas pequeños? pues algo así me parecía a mi que pasaba con el neumático y la llanta. No había forma de calzarlo por más jabón que le pusiera. El truco está en quitar las mordazas que sujetan la cubierta a la llanta y ponerlas una vez que se ha montado el neumático. Poco más o menos como si fuese otra cámara.


Finalmente conseguí introducirlo todo, metí la cámara e inflé. Aquello perdía aire. Un pellizco. A desmontarlo todo de nuevo. Efectivamente, la cámara tenía un pellizco.


Pues nada, se le pone un parche. Mientras se vulcaniza en frío ¿se dice así? coloco el manillar y aprieto toda la tornillería de la horquilla.



Vuelvo a montarlo todo, esta vez más rápidamente, que ya he aprendido, y finalmente tengo la rueda en condiciones de montaje en el basculante.


Tres minutos más tarde ya puedo volver a poner la moto apoyada en su pata de cabra en vez de tenerla encima del tronco.


Siguiente paso: lo que se me ocurra. Por ejemplo, poner el escape. Primero la cogida a la salida de la tobera de escape del cilindro.


A continuación el primer cuerpo, lo que sería el colector,


y seguidamente el segundo cuerpo, el silenciador.


Y ahí se quedó la tarea de momento, con la moto de esta guisa:


Y os recuerdo que estaba así:


Ya va empezando a parecer algo.
Y de aquí me pasé a la pintura del depósito. He lijado, rellenado con Rocadur, vuelto a lijar, vuelto a rellenar, he mirado y remirado al sol, a la luz del fluorescente, con gafas y sin gafas, todo esto a lo largo de varios meses y cuando ya creo que todo está listo, después de pasar los dedos y no notar imperfecciones al tacto, me he ido a imprimar. He colgado el depósito, he imprimado, y nada más acabar, ya estoy viendo que aquello no está bien.



Pues nada, a empezar de nuevo. Nueva lija, nuevo Rocadur, nueva lija y la semana que viene veremos si puedo pintar, aunque seguro que hará viento ¡como si lo viera!



Pues, ya sabéis, el próximo capítulo de la Sherpita la semana que viene ¡anda que no tengo ganas de acabarla! Nunca más me meto en otro enredo de estos. Mis muebleuves son lo mio.