sábado, 29 de enero de 2011

238.- LA IMPACIENCIA: MI PEOR ENEMIGO

El miércoles pasado, cuando volvía de Los Barriles con la R65, donde habíamos estado tomando una cocacola y unas tapas, a eso de la una de la madrugada, se me quedó sin gasolina. Sin problemas, se abre la reserva y ya está, pero no, abrí la reserva (grifo para arriba) y aunque el depósito sonaba a gasolina, las cubas no se llenaban y consecuentemente la moto no arrancaba. Después de los 2 km que me pegué empujando y echando las asaduras por la boca, hasta llegar a una gasolinera (menos mal que era la chica, que si llega a ser la R100...) me puse a investigar por qué demonios no bajaba gasolina. Soplé por el tubo de la gasolina con el grifo en abierto y pasaba el aire bien, cosa que no ocurría cuando lo ponía en reserva. Soplé con todas las ganas que me quedaban y no conseguí que saliera una mísera burbujita de aire por el depósito. Se me estaba quedando la cara como la del lobo de los tres cerditos cuando llegó a la casa de ladrillos; entre eso y las asaduras asomando por las orejas debía dar hasta pena penita verme. Como con la fuerza pulmonar no conseguía resultados probé con el compresor de la gasolinera, pero con idénticos resultados. Vista la hora que era, las dos y pico de la madrugada, que había que levantarse temprano al día siguiente, y que el único problema era la reserva, llené el depósito y me fui a la camita y pospuse la investigación de la avería para el sábado en Ronda.
El sábado me levanté tempranito y me fui a Ronda pasando algo de frío, más bien bastante frío, especialmente una vez que pasé Algodonales. Iba pensando por el camino que es lo que podía estar pasando, que si la goma, que si el tubo atascado... y qué moto me iba a traer, y en eso me planté en la guarida.
Lo primero que hice fue poner en carga la batería de la R80ST, que la última semana había intentado arrancarla, antes de volver, y no lo conseguí por estar muy baja de carga, y enseguida me puse a hacerle una puesta a punto de balancines, porque con una buena puesta a punto y una buena carburación la respuesta, aún en frío, es mucho mejor en estas motos, vamos que arrancan con absoluta seguridad. Hice primero el lado izquierdo

y después el derecho. ¡Toma habilidad para dejar las llaves puestas!

Aproveché para poner bujías nuevas, que eso también ayuda bastante al arranque, aunque sean "japos"

y con eso di por terminada la sesión de puesta a punto de la R80ST y me fui por la R65, a ver qué demonios le pasaba para haberme dejado tirado en plena noche. Por cierto, la R80ST tenía en aquel momento 71449 km, que no se me olvide.

Como decía, me fui por la R65, y convencido como estaba de que lo que ahí había era un atasco del tubo de la reserva, cogí la pistola de aire, la enchufé al tubo de la gasolina y soplé con el grifo en posición de abierto. El aire salió fácilmente, originando burbujeo claramente audible en la gasolina. Entonces puse el grifo en posición de reserva y volví a soplar. Se oyó una especie de ¡PFFFFFF!, pero el aire pasó y originó también burbujeo, aunque mucho menos notable. Volví a insistir, y lo mismo. Abrí el tapón de gasolina, soplé y salió una nube de gasolina vaporizada. Aquello no era muy normal y requería de una nueva investigación, porque a pesar de que para arriba sí que pasaba el aire, para abajo no pasaba la gasolina. A todo esto, el depósito empezó a tirar gasolina por el reborde inferior derecho, donde habían salido unas burbujas por debajo de la pintura que tenían muy mala cara

Saqué toda la gasolina, la repartí entre las otras motos y quité el grifo a ver qué pasaba por allí. Para empezar, el filtro de malla se quedó dentro, así como uno de los tubos, aprisionado por el plástico.

En el grifo había restos del plástico que usé para sanear las paredes internas del depósito,

que se había metido por el orificio del tubo correspondiente al circuito de la reserva atascándolo.
La explicación es bien sencilla, y de ahí el título de esta entrada: cuando saneé la parte interna del depósito no esperé el tiempo suficiente para que se produjese la total solidificación del plástico y le puse el grifo antes de tiempo, con lo que parte del plástico, aun no totalmente polimerizado, se metió por donde no debía. Tal vez el tubito de la reserva no encajaba perfectamente en su orificio y por ahí se metió el plástico taponando el circuito. Cuando he soplado aire, lo que he hecho ha sido meterlo entre el plástico y el metal del depósito, con lo que he separado ambas capas permitiendo que la gasolina pase a estar en contacto con el metal, que como estaba picado, ha permitido, a su vez, que se salga al exterior. Un invento ¡vamos!
¿Consecuencias de todo esto? Pues varias:
  • tengo que soldar los agujeros que se han abierto (y solo tengo eléctrica) ¡Uf!
  • tengo que extraer el plastico que se ha levantado en el interior, para ello echaré un par de litros de acetona dentro para que lo disuelva y salga como una granizada
  • tengo que volver a pintar el depósito (y era un diseño bastante rollo)
Como todo lo anterior me va a llevar una temporadita, voy a aprovechar para pegarle un repaso completo al motor, que lo tenía pensado para dentro de unos dos mil kilómetros, pero ya puestos, allí la he dejado encima de la mesa y llena de porquería del paseo del otro dia.

La vuelta en la R80ST, que arrancó perfectamente a la primera. Nos mojamos hasta Algodonales.
La semana que viene, más, sobre todo de apertura del motor de la R65, porque hasta que acabe con ella no hago más que revisiones y puestas a punto.

lunes, 24 de enero de 2011

237.- PASEO POR LA SIERRA NORTE

Aprovechando que el domingo iba a ser uno de los días mas fríos del año, Roberto y yo decidimos, previo anuncio oficial a la comunidad mirlera, por si alguno más quería apuntarse, irnos a dar un paseo por la Sierra Norte de Sevilla.
Quedamos a las nueve y media en Los Barriles y, como era de esperar, no apareció nadie más. La temperatura, la normal para estas fechas: 6 ºC y el tiempo amenazando con darnos alguna sorpresa húmeda, pero nosotros dos, allí plantados con el cafelito y esperando que dieran las diez para largarnos. Eso de esperar a las diez era por mera cortesía, por si alguno aparecía, no por cumplir horarios, que despues me tachan de cuadriculado con eso de la puntualidad.
Como digo, no apareció nadie y nos fuimos. Salimos camino de El Pedroso, y poco antes de llegar a Cantillana nos empezó a lloviznar un poco; nada importante, más una lata por aquello de que se te ensucia y se te empaña la visera que otra cosa, pero conforme entramos en la carretera que va de Cantillana a El Pedroso el día se oscureció un poco más, bajó la temperatura hasta los 4ºC (se nota que llevo termómetro en la R65 ¿eh?) y la llovizna empezó a hacerse agua nieve. Roberto se me iba quedando en algunos tramos, pero cortaba gas en un par de curvas y volvia a aparecer en los retrovisores, así que todo iba bien, pero, de repente, tras unas cuantas curvas enlazadas dejo de verlo por el espejo; corto gas y sigue sin aparecer; casi me paro y nada; me paro, espero unos segundos y tampoco aparece. Se me cruzan por la mente todos los malos pensamientos del mundo. Media vuelta y a toda pastilla para atrás. Apenas recorridos veinte metros lo veo venir haciendo gestos que interpreto como "ya no puedo más". Me doy la vuelta nuevamente cuando puedo y lo alcanzo llegando a El Pedroso. Paramos y me dice que no va nada bien, que la moto está cabezona, que no entra a gusto en las curvas y que encima se le empaña la visera. Con el tiempo como está decidimos tomar otro cafelito y comentar la jugada, asi que nos vamos a una de las ventas de la entrada de El Pedroso.

Decidimos que en vez de seguir subiendo nos demos la vuelta y nos vamos por zonas mas bajas: Castilblanco de los Arroyos, Almadén de la Plata, El Ronquillo y Sevilla, y así evitamos sorpresas desagradables del tipo del hielo en mitad de una curva. All final la ruta se queda en esto:

La carretera de El Pedroso a Castilblanco de los Arroyos es de esas que están muy bien conservadas: exactamente igual que hace cincuenta años: tres metros de ancho, arcenes carcomidos y baches como para echar a flotar el Titanic, pero por allí nos metimos. Eso si, el paisaje muy bonito, con el pantano de Melonares llenito hasta las trancas. De Castilblanco a Almadén hay unos cambios de rasante preciosos, de los que te hacen cosquillas en la barriga con nada que los pilles un poco fuerte. Se pueden hacer por allí unas magnificas fotos. A ver si aprovechamos un dia de estos con mejor tiempo y hacemos un buen reportaje de clásicas volando.
Ya en el camino de vuelta, nos pasamos por el pantano de la Minilla, donde aprovechamos para sujetar el voltímetro-reloj-termómetro con cinta americana, que en uno de los cambios de rasante se había roto el soporte y se había quedado colgando del manillar.

Tambien nos hicimos un par de fotos para dejar constancia de que habíamos estado allí

y de que somos muy cumplidores de las normas. Por supuesto que no nos bañamos ¡como que estaba prohibido!

Las motos, las pobres, venían bastante sucias, pero contentas por el paseito, que se les nota cuando les abres el gas, que responden con alegría, y eso no es la puesta a punto, sino que les gusta andar.

Un ratito después estábamos en Sevilla. A la Pañoleta a refrescarnos (más) con una cervecita y echar la última foto.

Recogímos a mi mujer, echamos un par de cervezas, despedida y hasta el miercoles, que hay Barriles.
Un buen día, lástima del frio y el empañamiento de las viseras. Habrá que repetir con mejor tiempo, a ver si le metemos a los mirlos el gusto por conducir además del gusto por la cerveza y por la mecánica.

sábado, 22 de enero de 2011

236.- POR FIN ACABE LOS INTERMITENTES

Anda que llevo una temporada para una cosa que se hace en un rato. Unas veces por una cosa y otras por otra, pero tenía la R65 mas aburrida que una mona en un bonsai. Esta vez, por fin, tenía todas las cosas: los soportes de los intermitentes, las tuercas de los soportes y los propios intermitentes, así que a montarlo todo. Lo primero que había que hacer era alargar un poco los cables de los intermitentes, y ya puestos, hacer unas conexiones más o menos simpáticas, que ya está bien eso del nudo a los dos cables pelados y la cinta aislante ¡lo que estoy aprendiendo viendo a Resnian hacer cosas!
Total, que aproveché que tenía unos conectores sueltos, hice las oportunas conexiones y quedó así de bonito:

Pues todavia tuve que volver a demontar el conector porque no entraba por el soporte del intermitente. Si es que...
Al otro extremo le puse su conector hembra, todo con sus puntaditas de estaño, para que no se diga,

y los conecté, dándoles unas vueltecitas de cinta aislante

El intermitente quedó tal que así de bien:

Repetí la operación en el otro lado, pero esta vez, en vez de cinta aislante para sellar la conexión, me acordé de que tenía plastidip en un tarro y le puse unas gotitas, con lo que quedó mucho mejor, con aspecto de lacrado, pero se quita muy facilmente y lo protege de la humedad.

Y con eso se acabó el dia de trabajo. Me volví a Sevilla, lógicamente ,en la R65. A todo esto, me había ido en la R1100S, sin nada especial que comentar, salvo que hacía bastante frio. Nos hemos acostumbrado al buen tiempo y en cuanto se nos ha metido un poco el invierno lo pasamos un poquito regular.

La vuelta, por supuesto, también sin problemas, salvo el frio.
Ahora solo queda hacerle tres mil kilómetros a la R65, que en cuanto se los haga le tengo reservada una operación de rejuvenecimiento total de motor, incluyendo, ya veré si me atrevo, pintado del motor en negro. La cifra de los tres mil kilómetros es para que coincida con el próximo cambio de aceite, que tampoco están los tiempos para ir cambiando el aceite cada dos por tres. Así, de paso, a ver si me cargo en ese tiempo las gomas y puedo pintar también las llantas.

domingo, 16 de enero de 2011

235.- MAS CABLES Y CATALINA MEDIO ROTA

Por fin llegó el sábado. Después de una semana francamente mala en cuanto a salud se refiere, y aunque aún no me encontraba totalmente restablecido, no me pude resistir a la tentación que me hizo Resnian de dar un paseo en moto y acabar de arreglar los cables de la R65. Conste que pensaba acabarlos yo solo, pero cuando le ponen a uno un caramelo de esos, de que alguien que sabe de verdad trastear con la electricidad, te arregle el problema, la cosa está clara.
Habíamos quedado en salir a las neuve de la mañana para dar un paseo por el Parque de los Alcornocales de camino a Ronda, y claro, eso suponía unos cuantos kilómetros más, así que había que madrugar un poco.
A las nueve, después de una primera mojada, que para eso había niebla espesísima a esa hora, nos vimos en Los Barriles, sitio al que vamos frecuentemente en peregrinación, al menos una vez por semana. Un cafelito y Jaime me propone ir a su trabajo a enseñarme una moto. Llegamos, me explica un poco qué son las máquinas por las que pasamos, qué hacen y cómo se manejan y llegamos a un apartado en el que hay una preciosa R100 negra con llantas de radios y rodilleras de goma en los laterales del depósito, que por cierto le quedan muy bien, habrá que pensar en buscarse unas. La moto está impecable, con los mandos muy suaves, muy limpia y no parece tirar aceite por ningun sitio. Según me dice, restaurada por Natxo Barral en muchos puntos. De todas formas, para mi gusto le faltan las estriberas retrasadas, el manillar mas bajo y ancho (parece el de la R65) y una cupulita S, así que no me la voy a quedar; aunque los hubiera tenido, tampoco, pero se puede uno tirar un pegotillo ¿no?
Total, que nos volvimos a la carretera con más niebla que antes todavía. Mi casco BMW (el amarillo) es bueno, pero esto de los empañamientos lo lleva fatal, y en cuanto hace un poquito de frio hay que andar con la ventilación de la mentonera abierta, y a veces hasta con la visera un punto abierta. Bueno, pues eso con frio, porque con niebla es horroroso. Se empaña por fuera, se empaña por dentro, por más que abras la visera no sirve absolutamente para nada, y la única solución es ir muy despacio procurando no perder de vista al que lleves delante, en este caso Resnian, mientras con la mano izquierda haces de limpiaparabrisas cada trs segundos y no paras de largar maldiciones por no poder ni respirar. Me acuerdo que Dani Pedrosa tuvo algun problema parecido con su Nolan que le privó de poder hacer una buena carrera y enseguida se cambió al que lleva ahora, que no sé cual es. El caso es que no estoy nada contento con el resultado que da este casco en invierno. Llegamos hasta mas allá de Los Molares con niebla, pero desde entonces se abrió el dia y disfrutamos de una temperatura magnífica.
En Puerto Serrano nos desviamos hacia Prado del Rey, seguimos hasta El Bosque, cruzamos Ubrique, cuyo alcalde, a falta de otras iniciativas más productivas para sus vecinos, ha llenado de baches artificiales además de no arreglar los naturales, y nos adentramos en el Parque de los Alcornocales buscando la provincia de Málaga. La carretera está pésima, lo que digo para que no se os ocurra pasar por allí. Yo hacía años que no la recorría y la impresión que me daba es que estaba muy conservada; en feecto, todos los baches que había hace unos años, siguen estando y algunos nuevos tambien. Ya se sabe, carreteras secundarias donde las estadisticas de muerte son menores y que no importan tanto a quienes maldirigen la política de carreteras. Por cierto, entre tantos alcornoques se me venían a la cabeza continuamente imagenes de políticos y, la verdad, no me lo explico, porque ¿se parecen en algo los politicos a esos nobles árboles primos de las encinas? ¡qué cosas!
Se nos ocurrió hacer una parada en el Mirador del Corcho para hacer un par de fotos con la niebla en el fondo del valle del Guadiaro y no habíamos hecho más que quitarnos los cascos cuando pasa un grupo de motoristas, muchos de ellos con BMW clásicas; ni mas ni menos que tres R90S, y dos R100RT. Además venían con una Triumph Rocket, una japo que no recuerdo y una Ducati 748. Total, un repertorio de monerias.

Los paramos, nos presentamos pensando que nos conoceríamos del foro de bmwmotos.com, pero no era así, con lo que se comprueba una vez más que existe vida más allá del foro. Hicimos un poco de proselitismo animándolos a que se asomaran por el foro de clásicas y quedamos en llegarnos a verlos alguna vez a Velez Málaga, su lugar de origen. Por cierto, las motos las tenían perfectas. Se ve que son buenos aficionados.

Tras unos minutos de charla nos despedimos y nos dispusimos a seguir cada grupo su camino, ellos hacia el sur y nosotros hacia el norte, camino de Cortes de la Frontera, pero antes hicimos las fotos para las que habíamos parado.

En pocos minutos estábamos en Cortes de la Frontera, que, por cierto, también está en obras y te obligan a dar un rodeo de mucho cuidado y subíamos hacia Benaoján, el pueblo de mi querido amigo Manolo. De allí a Ronda en pocos minutos. Para quien quiera hacer el viajito: el paisaje es muy bonito, pero la carretera está infame, así que mejor os buscais otras rutas, que las hay tan bonitas como ésta pero con mejores carreteras.
Cuando llegamos a Ronda, y tras el protocolo de siempre (llamada, encender aparatos y limpiar el casco) nos pusimos a trabajar en la R65. Yo me puse con la batería, que como ya había visto las semanas anteriores, estaba medio muerta porque no aguantaba nada tras una carga. La desmonté, la puse a cargar a ver si por uno de esos milagros que pasan de vez en cuando la podía resucitar, y puse una nueva que había comprado hace una semana en Cobatsa (muy recomendable).

La nueva, por supuesto, de gel, que ya estoy un poquito aburrido de las otras (mantenimiento, se salen y lo corroen y sulfatan todo...).
Mientras yo ponía la batería nueva, que me dio un poco de lata porque es un poco más alta que la otra y las correas de goma llegaban a duras penas a las sujeciones, Resnian se había liado con los cables y antes de que me diese cuenta ya lo había conectado todo, con lo que me quedé con las ganas de saber dónde iba cada cable, así que como se estropee, ya sé quién me lo va a arreglar...

Después de esto solo quedaba poner nuevamente el carenado y comprobar cómo había quedado todo. Por cierto, ahora que lo veo, creo que voy a tener que pintar la parte interior en negro satinado.

Todo funcionaba correctamente, pero no me la pude traer porque se me olvidaron las tuercas que sujetan los intermitentes delanteros, así es que se pospone el estreno de la nueva relojería para la semana próxima. Ahora tengo información de:
  • cuentakilometros total
  • cuentakilometros parcial
  • tiempo de viaje
  • velocidad puntual
  • velocidad máxima alcanzada
  • revoluciones por minuto (en dos relojes) puntual
  • temperatura ambiente
  • voltimetro
  • reloj
  • y los chivatos de siempre: punto muerto, insuficiente presion de aceite, insuficente carga de la bateria e intermitentes.
Aproveché para ponerle al carenado un par de sujeciones inferiores para darle mayor rigidez ante el viento, que son conocidas las velocidades astronómicas que pilla esta R65, para lo cual fabricamos un par de sujeciones metalicas ad hoc y que al final puse al revés.

Y ahí se iba a acabar todo, porque ya solo nos quedaba pasarle el Twinmax a la moto de Resnian, que según decía no acababa de ir fina, e incluso la dejó al ralentí un rato mientras acabábamos con el carenado y daba unas explosiones bastante raras.
Con el Twinmax no conseguiamos ajustar el ralentí, de forma que para equilibrar ambos carburadores, el derecho tenía que tener totalmente a cero el tornillo de ralentí que actúa sobre la apertura inicial de la mariposa, y eso no es correcto. Empezamos a trastear, que si la chispa es buena, que si no es buena (a pleno sol es mejor no hacer según qué comprobaciones) pero como nos pasa siempre, y a pesar de disponer de una estupenda mesa elevadora, al final acabamos trabajando en el suelo, que es lo nuestro, que para eso somos unos arrastraos. Total, que el cilindro derecho no iba ni bien ni mal, sino que no iba.

Le cambiamos las bujias, le limpiamos el carburador y viendo que no era nada de eso, porque la moto seguía igual, pensamos en la posibilidad de una válvula pisada o similar. A Resnian el pobre se le iba poniendo carita de "aquí hay algo gordo". En menos de lo que se tarda en contarlo teníamos los culatines fuera. Un reglaje de válvulas en el lado derecho (aun en caliente, con lo que se nos iba a quedar un poco ruidosa en frio, pero funcionando) y vuelta a probar: perfecta.

Ahora, ya puestos, y para que no sonase más de un lado que de otro, le hicimos un reglaje en el lado izquierdo

Ahora sí que funcionaba bien la moto. Solo hay un inconveniente y es que, al haber hecho el reglaje de válvulas con el motor caliente, las varillas están dilatadas, lo que quiere decir que en frio estarán mas cortas de lo habitual y sonarán bastante, además de que no abrirán totalmente las válvulas. O sea, que hay que volver a repetir el ajuste de válvulas cuando se enfríe la moto. Otra cosa que apañamos fueron los culatines, que estaban puestos al revés. Para el que no lo sepa, están marcados con una R (rechts) y una L (links) y esas marcas deben ir visibles en la cara superior del culatín y cada una en su lado: la R en el lado derecho y la L en el izquierdo.
Y con esto se nos había pasado la hora de comer, así que decidimos tomar algo en el camino de vuelta. Como la R65 tenía que volver a quedarse por falta del intermitente derecho, le tocó el turno al misl amarillo.

La vuelta la hicimos curveando un poco: Arrriate, Setenil de las Bodegas, Torre Alháquime, Algodonales, donde paramos a tomar algo, y ya hasta Sevilla del tirón.
Un dia muy agradable a pesar de que aún no estaba totalmente recuperado físicamente. y se me ha hecho algo largo el camino de vuelta. Muchas gracias, Jaime, por resolverme el cableado, pero me he quedado con las ganas de ver por donde iba cada cable.

domingo, 9 de enero de 2011

234.- UN POQUITO DE ENSALADA DE CABLES

Desde la Guaridischentreffen han pasado cosas como, por ejemplo, que han venido los Reyes Magos, pero además me han llegado algunas cosas de las que tenían que haberme entregado en García Pla Motor de Castellón, cuando cambié la Triumph Sprint ST por la BMW R1100S. En el trato se incluían un casco System V para Maricruz y varias piezas de la BMW, a saber: los silenciadores originales, que con los Laser es dificil que pase la ITV, las tapas pequeñas de las maletas, con las que el volumen se reduce bastante, tanto el de carga como el de andar por el tráfico urbano, la cacha lateral derecha del colín, que tenía una pequeña rozadura, el colín, que se lo quedaron los de García Pla Motor en Benidorm porque a mí no iba a hacerme más que estorbar, y el caballete, pieza que para mi es fundamental para poder hacerle el mantenimiento a la moto. No hay nada peor que trabajar en una moto con la pata de cabra. Bueno, sí, trabajar en una moto sin elevador.

Pues bien, han llegado algunas piezas, ya era hora, dos meses más tarde, pero ni el caballete ni las tapas estrechas de las maletas han llegado, a pesar de que en el anuncio y después, en las conversaciones que he mantenido con ellos se especificaba claramente que tales piezas entraban en el trato. No sé si tendré que hablar con el gerente de García Pla Motor o si tendré que protestar en otras instancias mas altas, incluso judiciales, pero voy a intentar que cumplan el trato que hicieron.
Además de lo anterior, me ofrecían una garantía de un año. La garantía es más una trampa que otra cosa, porque no es garantía de BMW, sino de una compañía de seguros que para empezar te exige una revisión de la moto a los 1000 km (un gasto extra del que nada se dice al hablar de la garantía) y después no te deja dar de alta la susodicha garantía porque los de García Pla Motor no acaban de cursar la orden a la compañía de seguros. Total, que estoy encantado con la R1100S, pero no tanto con García Pla Motor, que me están demostrando un descuido en el trato a los clientes verdaderamente notable. Nada más cercano a aquello de que se olvidan del cliente en cuanto le venden la moto, que lo que me están haciendo a mí.
Aparte de lo anterior, los Reyes Magos me han traido unas magnificas manoplas y unas polainas impermeables que me han venido muy bien, como luego comentaré. A Maricruz le han traido una magnifica chaqueta de cordura, que, mira que casualidad, es exactamente igual que la que tengo yo ¡Qué sabiduría la de los Reyes Magos!
Y entrando ya en materia, el sábado anunciaban agua por todas partes, pero como yo soy mas chulo que un ocho no eché cuentas de predicciones y me puse en camino a la guarida para hacer algunas cosillas que tengo atrasadas en la R65, pero por si acaso me llevé la chaqueta nueva, que dicen que es impermeable, el pantalón de cordura del Lidl, que hasta ahora no se ha calado mucho, y las polainas nuevas. En el camino de ida no solo no me cayó ni una gota, sino que con el sol fuera la temperatura era agradabilísima para montar en moto, sobre todo si tenemos en cuenta que además salí tardísimo, a las diez. Se me estan pegando las malas costumbres además de las sábanas. El paseo hasta Ronda sin incidencias. La R1100S es una auténtica maravilla en curvas, incluso con el piso mojado, de forma que todo fue disfrutar la carretera.
Cuando llegué, y tras el protocolo de cada día (llamada de teléfono, encender el ordenador, limpiar el casco y ordenar un poco lo que se había quedado por enmedio tras la Guaridischentreffen) me puse con el trabajo atrasado. Me interesaba acabar con la R65, que lleva mucho tiempo parada y eso no le viene nada bien a su batería, que además, me parece que está dando las últimas boqueadas.
Intenté poner a los intermitentes delanteros unas sujeciones más largas que las que tenía, con la finalidad de que sean más visibles por los laterales de la cúpula. Desmonté el izquierdo

pero no pude acabar de montarlo porque no encontré unas tuercas apropiadas para el soporte. Son de un paso de rosca un poco rarillo, o al menos no se corresponde con ninguna de las tuercas que tengo en la caja de tuercas: 10x1,25. Habrá que buscarlas la semana que viene, con lo que el trabajo se quedó a medias.

Abandoné los intermitentes delanteros y me puso con los traseros. Había comprado unos muy baratitos por internet, pero ese bajo precio ya anunciaba que no iban a ser nada buenos a pesar de que tenían buen aspecto. Efectivamente, cuando los recibí no tenían ni marca; eso sí, se habían preocupado de que el anagrama de la E de homologado en la CEE estuviera bien presente en todas partes. Los saqué del envase y lo que parecía metal cromado no era sino plasticuchi malo, por lo que tenían que llevar dos cables: positivo y negativo, y no como los metálicos, en que el propio intermitente hace la masa. Con menos convencimiento que ZP hablando de la recuperación económica me puse manos a la obra, le coloqué un conector a cada cable, uní los negativos de ambos intermitentes con el del piloto, hice las conexiones y pude comprobar que se me habían quedado cruzados los intermitentes, de forma que me encendían el de un lado delante y el del contrario detrás. Nada importante; cambiar los positivos y listo. Hasta Resnian me habría aprobado la ensalada de cables que hice.

Entonces me fui a la parte más dificil del dia: Había que desmontar todo el sistema de relojes para añadir un cuentarrevoluciones, porque el que viene incluido en el reloj no me gusta demasiado porque no se ve muy bien. Prefiero una aguja gorda de las de toda la vida. Eso llevaba aparejado el cambiar el soporte, y nuevamente Resnian me había hecho uno: desde aquí muchisimas gracias de nuevo, Jaime.
Lo primero desmontar la llave de contacto y el warning.

Para después quitar todas las conexiones, teniendo en cuenta que estuviesen bien numeradas para no equivocarme luego.

Hubo que rehacer una conexión, la de la toma de corriente del voltimetro, y es posible que aún tenga que rehacerla el proximo dia para meter el positivo del reloj nuevo, pero eso antes tengo que consultarlo con Resnian que es el que entiende de cables, no vaya a meter el gambazo.
Acabadas de quitar todas las conexiones pude sacar el reloj del soporte. Doblé el nuevo soporte con un ángulo parecido al que tenía el anterior, que quedaba bastante bien,

le coloqué los relojes y el warning

y procedí a reconectar todos los cables

y volver a montar el soporte y comprobar que todo funcionaba correctamente

con lo que para el próximo dia solo me queda conectar los cables del nuevo cuentarrevoluciones de acuerdo con las instrucciones,

pero eso será tras consultar a Resnian, que hay un par de cosas que no entiendo bien en las instrucciones, y eso que son para tontos.
Acabada la mecánica, y aprovechando que el dia era primaveral, con una temperatura agradabilisima, tanto que estuve toda la mañana en mangas cortas, me abrí una cervecita y mientras me la tomaba le di un fregado a la R1100S, que por cierto estrenaba guardabarros trasero que ademas de sentarle muy bien me va a evitar todas las salpicaduras.

Tambien aproveché para darle un lavado a la R80ST.

Acabadas la cerveza y la limpieza recogí las cuatro cosas que se habían quedado por recoger, reubiqué el centrador de embragues que me regaló Moggs la semana pasada (muchisimas gracias otra vez, por cierto) en el cajón de las herramientas especiales

y me dispuse a regresar a Sevilla. Dado que no había podido acabar la R65, que era a la que le tocaba volver (desde hace lo menos tres semanas) y que tanto la R1100s como la R(0ST estaban limpitas, saqué la R100RS para volverme, y menos mal que se me ocurrió, a la vista de lo que sucedió después.
Total, que me puse en camino con un tiempo excelente, aunque en el oeste se vislumbraban nubarrones negros, pero los juzgaba bastante lejanos como para que me importasen, al menos de momento. La R100RS tenía gasolina de sobra para llegar, así que conecté el teléfono al casco y me puse en marcha.
A los pocos kilómetros, apenas veinte, las nubes que había visto tan lejos empezaban a estar peligrosamente cercanas. Me paré en una gasolinera, me puse las polainas y me ajusté la chaqueta nueva para adecuarla a las posibles nuevas condiciones de agua. No consideré oportuno ponerme los sobreguantes impermeables, ya que con el carenado RS no suele hacer falta protección extra para las manos ¡qué equivocados estamos algunas veces!
Cuando pasé Algodonales, y subiendo hacia La Nava, de repente el dia se hizo noche; unas nubes negrísimas taparon toda la luz y reventaron tres rayos justo delante de mí. Confieso que me asusté un poquito bastante por no decir mucho. Inmediatamente a los rayos empezó a caer agua de una forma que yo no recordaba haber visto en mi vida. Parecía que habían abierto de par en par las compuertas del cielo. Las neveras redujeron drásticamente su velocidad, en tanto que yo intentaba infructuosamente protegerme detrás del carenado de la RS agachandome y apretando el acelerador. ¡Qué va! entraba agua por la ventilación del casco, y eso que estaba cerrada, y por la visera; el agua rebotaba en los relojes de la R100RS y el que la conozca ya sabe lo dificil que es eso. Tras unos cinco minutos rodando en estas condiciones la cosa se calmó un poco, y el tormentazo se convirtió únicamente en lluvia. Más calmado fui haciendo una revisión de mi estado conforme iban pasando los kilómetros: cabeza mojada, cuello mojado, torax y brazos secos, manos encharcadas (llevaba unos guantes de invierno con goretex, pero entró el agua por arriba) muslos algo húmedos (el pantalón del Lidl cumplió más o menos, que aquello era mucha agua), piernas y pies secos. La chaqueta nueva y las polainas se habian portado divinamente. A las manoplas no les di oportunidad de demostrar si eran buenas, confiando en el carenado de la RS. Los Reyes Magos han acertado con el regalo. Un rato mas tarde estaba en casa.
La semana que viene intentaré acabar la R65; bueno, más que acabarla dejarla funcionando, porque ni el piloto trasero ni los intermitentes traseros me acaban de gustar.