lunes, 29 de marzo de 2010

192.- PORTIMAO Y SUPERBIKES

Fin de semana en Portimao para ir a las carreras de Superbikes. Salimos de Sevilla a mediodía del sábado con la idea de pasarnos primero por el circuito para recoger las entradas, que previamente, como un mes antes, había comprado por internet. El viaje, sin incidencias; apenas encontramos motos, lo que hacía suponer que no iba a haber una excesiva afluencia de público, lo que en superbikes, por otra parte, suele ser lo habitual.
Llegamos al circuito una hora antes de lo previsto gracias al cambio de hora con Portugal, recogimos las entradas

e hicimos alguna que otra compra en la tienda oficial del circuito y en los tenderetes aledaños, y de ahí al hotel a dejar las maletas, ponernos ropa más cómoda que la de moto y comer algo.
Hemos vuelto al mismo hotel que fuimos la última vez: el hotel Santa Catarina Algarve, situado enfrente del Casino de Portimao, y que está bastante bien de precio y de instalaciones, aunque esta vez nos han dado una habitación un poco más cutre que la última, porque esta daba a la parte posterior del edificio, en tanto que la otra miraba al mar. Lo tendremos en cuenta para próximas visitas: hay que avisar de que no queremos habitaciones oscuras o cambiar de hotel.
Deshecho el equipaje nos fuimos a comer algo a uno de los muchos restaurantes que hay por las calles centrales de la Marina de Portimao.

Durante la comida, por la calle, pasaban multitud de jovenes vestidos de manera casi idéntica, las chicas con falda, medias y chaqueta negra, y los chicos con traje negro, todos con capas negras con escudos de colores, y algunos portando estandartes. Otros iban vestidos de manera estrafalaria, así que imagino que se trataba de alguna especie de inocentada o novatada entre estudiantes.

Despues de la comida, que fue opípara y nada cara, un paseito para bajar la comida, admirando una "com certeza e una casa portuguesa" y el paisaje

y no podía faltar la bajada a la playa, que a Maricruz le encanta. Y digo lo de bajar con todas las de la ley, que en toda la costa del Algarve se baja, literalmente, a la playa. Por supuesto, después hay que volver a subir. Es un buen deporte eso de ir a la playa.

La playa, ademas de servir para acercarse a los barquitos (no sé por qué, cada vez que voy a Portugal me encuentro barcos de guerra)

o para sentarse plácidamente en la arena,

da mucho juego para otras cosas, y conste que no es mi letra ¿eh?

Despues del paseo, vuelta al hotel a descansar un rato. A la vuelta nos encontramos a esta venerable abuela con un depósito de los de verdad. Posiblemente se haya hecho el viaje de Alemania a Portimao repostando solo una o dos veces. Debe ser muy práctico, pero es muy feísimo.

Después de una reparadora siesta salimos a dar un paseo por el pueblo, cenamos algo y nos fuimos a la cama.
El domingo por la mañana nos levantamos a las siete y media, desayunamos y nos fuimos directamente al circuito. El día estaba precioso, quizás un poco demasiado precioso, lo que hacía pensar, como así fue, que nos íbamos a quemar con el sol.
Para empezar, nos fuimos a la bancada B, que era la que en realidad habíamos comprado. Desde esta bancada se ven el final de la recta de meta, con una bonita frenada en bajada y las dos primeras curvas del circuito. Tiene la ventaja de que tienes un televisor enfrente para seguir la carrera y que la pista está muy cerca. Desde allí vimos el warm up de Superbikes, el de Supersport, la carrera de Superstock 1000 y la primera carrera de Superbikes.
Las gradas muy vacías, como suele suceder en estas carreras, que son sobre todo de ambiente familiar: allí te encuentras sobre todo a moteros de cierta edad, a partir de la quinta decada de la vida, que acuden con sus hijos y algunos hasta con sus nietos.

Pero en Superbikes no abundan los macarras de cortar encendido como en MotoGP.

Desde donde estabamos solo habia que asomarse por encima del muro para tener vigilada la moto, que de todas formas, tenia varios guardinhas al lado.

Y estábamos muy anchitos en nuestros asientos, y con la pista cerca.

En el warmup estuve ensayando con la cámara, que es dificil hacer fotos en movimiento con el teleobjetivo. Aquí, por ejemplo, el amigo Biaggi poniendo posturas raras en la moto saliendo de boxes

y aqui Carlos Checa en plena frenada.

La carrera de Superstock estuvo muy bonita

con una gran lucha entre Badovini y Berger, que se decidió por el primero, con lo que la BMW se sube a la primera plaza. A ver si aprenden Corser y Xaus, que no andan muy despabilados en el año y pico que llevan corriendo.

A continuación vinieron las Superbikes, y las gradas seguían medio vacías.

Biaggi salío el primero, seguido de Haslam y Corser

pero al final la pelea se quedó solo entre Biaggy y Haslam,

decidiendose la carrera por el italiano pero por muy poco margen. ¡Un carrerón!
Para la carrera de Supersport nos fuimos a la otra punta del circuito, a la bancada Samsung, justo enfrente de donde habíamos estado hasta entonces. Es una zona de subida con una curva muy lenta, muy bonita.

Por entonces ya empezabamos a notar la piel un poco chamuscada del solazo. La carrera fue muy buena tambien, con una pelea preciosa entre Laverty, Sufouglu y Lascorz, que se pasaron y se repasaron a gusto.

Al final gano Sufouglu, pero Lascorz hizo segundo y nos dedicó una quemada de rueda.

De nuevo nos cambiamos de sitio para ver la última carrera, la segunda de Superbikes (la de Superstock de 600 se había corrido la tarde del sábado). Ahora nos fuimos a la bancada Lagos, desde la que se ven la recta de meta y las tres primeras curvas, y ademas, con televisor cerca para no perderse detalle. En esta zona suele haber espectáculo casi siempre.

La segunda carrera fue parecida a la primera, con lucha entre Biaggi, Haslam, y Rea, siendo cuarto, al igual que en la primera, Carlos Checa. Las Ducati oficiales perdidas por la mitad de la clasificación.

Rea se marcó un recto que llegó hasta las gomas y se quedó mirando la moto como si se hubiera roto (para mí, que se coló y ya está). Se le acabó la carrera y parte del espectáculo.

Haslam adelanto a Biaggi pero no pudo escaparse,

y al final el romano le devolvió la jugada

y acabó ganado tambien la segunda carrera. Ea, ya se puede ir tranquilo con el beso de la ragazza.
La vuelta hasta Sevilla bien, con bastante tráfico de motos que nos pasaban a toda velocidad porque nosotros íbamos a menos de la velocidad legal intentando ahorrar combustible para llegar a repostar a España, que para el que no lo sepa, la gasolina en Portugal es bastante más cara. Llegamos a Sevilla sin incidentes, pero tuvimos que repostar en Loulé.

lunes, 22 de marzo de 2010

191.- TORRIJAS Y DEPÓSITO

Esta tarde estaba ciertamente aburrido, así que me he ido al supermercado, he comprado pan de torrijas y me he puesto en plan cocinitas a hacer el dulce de Semana Santa por excelencia.

Aunque me han quedado muy buenas, el pan del supermercado no tiene nada que ver con el que hago yo, que para torrijas está como diez veces mas rico. Para ejemplo, véanse las que hice ayer en casa de Manolo en la torrijada-pestiñada anual:

Mientras se enfriaban las torrijas le he dado un lijado al depósito de gasolina que le estoy preparando a la R65 y al que el miércoles pasado le hice una cura de interior con tapizado plástico incluido.

Previamente le había soldado tres agujeros que tenía, situados en los ángulos inferiores traseros y junto a la salida del grifo de la gasolina, soldaduras que después tapé con masilla de carrocero para darles un aspecto mas suave.

Me gusta cómo queda con su caja de herramientas superior.

Ahora solo queda imprimarlo y pintarlo. Va a ir en el mismo rojo que la R100RS, pero el fileteado va a ser simple y en color blanco en lugar de doble y en color plata; el colín que imprimé el sábado también irá en rojo y blanco, a juego con el depósito.
La cerradura de la tapa no tenía llave, pero se la llevé a un cerrajero y tardó en hacerme un par de ellas el tiempo de ir a la esquina a tomar un cafelito y volver.

sábado, 20 de marzo de 2010

190.- JORNADA DE NO HACER CASI NADA

Mañana nublada, amenazando lluvia. Me asomo al mapa de isobaras y calculo que no nos va a caer agua hasta por la tarde, así que echo en la bolsa de depósito el mono de agua y las nuevas compras del Lidl: unas manoplas impermeables y unos cubrebotas, también impermeables. A las nueve estoy en la gasolinera de Montequinto, donde Spinner, que se viene otra vez a hacerle cosas a su moto, está repostando. Minutos después estamos en marcha; las dos R65 se comportan de maravilla, y llevamos un paso aproximadamente normal al que llevo yo habitualmente, es decir, no nos pasa ninguna nevera. Spinner se me queda atrás en las zonas de curvas y tengo que reducir bastante la marcha, pero hasta niveles aceptables. En un rato estamos en Ronda. La tarea fundamental para mí era sustituir el termostato de la R100RS, y a tal efecto había comprado uno de segunda mano que lo dejé bastante limpito.

Pero antes de sustituirlo quise hacer alguna que otra cosa, así que me acordé de que tenía que aparejar algunas piezas, especialmente la cúpula que me regaló DavidRC y que lleva reparada no sé ni el tiempo, a la espera de aparejo y pintura, y un colín nuevo, también para la R65, a juego con el nuevo depósito, que ya aparecerá en su momento, y al que hasta ahora, lo único que le he hecho ha sido arreglarle unas fugas con soldadura, sanearle el interior con resina plástica, y arreglarle la cerradura. Porque sí, tiene cerradura, y no es la del tapón de la gasolina.
Preparé el aparejo a razón de cuatro partes de aparejo, una de catalizador y un poquito de disolvente para hacerlo más digestivo

Sí, ya sé que no se mueven las pinturas con los destornilladores, pero es que no encontraba nada más apropiado. De todas formas lo limpié luego perfectamente.
Y aquí empieza lo curioso. Cualquiera que haya visto alguna pagina del blog referida a pintura me habrá visto quejarme de que todo se me pone en contra el día que voy a pintar y se lo habrá tomado a pitorreo diciendo que soy un exagerado, pero hoy ha pasado lo mismo, y tengo un testigo. Preparé todo para pintar, saqué las piezas fuera para no manchar y todo estaba perfecto; no se movía el viento y estaba nublado pero no llovía. Todo fue echar el aparejo en la pistola para que empezase a llover. A pararlo todo y meter todo el tinglado dentro, porque una vez preparado el aparejo, no lo iba a tirar. En un ratito las dos piezas aparejadas y el aparejo acabado. Más tarde me acordé de que también tenía que haber aparejado los protectores de manos y la cupulita de la R80ST. Otro día será; posiblemente cuando apareje el depósito.

Manolo, mientras tanto, a lo suyo: cambio de aceite, cambio de filtros de aceite y aire, cambio de aceite de horquilla, un repaso a la pintura del chasis cercano a la batería, que había sufrido los rigores del sulfúrico, zapatas de freno nuevas y no recuerdo si hizo alguna otra cosa más.


Yo me dediqué a cambiar el dichoso termostato, que quedó bien, como era de esperar, pero con todos los bajos muy sucios después de haber trasteado con tanto aceite, e incluso haber abierto el cárter de la cadena de distribución. Ya lo limpiaré todo cuando el tiempo esté un poco más estable y no amenace lluvia a cada momento.

La moto arrancó a la primera y me di un pequeño paseo con ella. He estado pensando volverme con ella, pero el estado de la goma trasera me ha hecho desistir de ello, ya que está bastante gastada, cosa que no había apreciado por el faldón que llevo puesto, que impide ver la banda de rodadura central si uno no se tira al suelo, casi.
Mientras Manolo seguía con su moto, le puse a las piezas pintadas sus escudos. ¡Hay que ver lo que ganan estas motos solo poniéndoles el emblema de BMW nuevo...!

Ya solo queda montarlo todo y estrenar el nuevo look primavera-verano.
Para acabar, y antes de hacer la recogida, le di un buen repaso de limpieza a la mesa elevadora, y es que es una herramienta muy importante de mi taller, y tener las herramientas limpias es fundamental para trabajar a gusto y con seguridad, que un resbalón encima de la mesa por tenerla pringada de aceite te puede costar un brazo y una moto rota.

Con todo recogido, me asomé al mundo por última vez, antes de cerrar la puerta, a traves del carenado de la R100RS, que se quedó con las ganas de haberse venido, pero algo más contenta al ver que, por fin, todo funciona correctamente.

La semana que viene iremos a las Superbikes a Portimao, que se ha convertido en mi circuito favorito, así que no haré nada de mecánica, pero en Semana Sante espero resarcirme.