martes, 3 de noviembre de 2015

372.- HALLOWEEN 2015 EN BENIDORM. LA ÚLTIMA HALLOWEEN.

Pues si, todo lo que empieza acaba y si hace ocho años nació una de las mejores reuniones de motos BMW, y probablemente la mejor de clásicas BMW, este año se celebraba la última edición. No me voy a meter en analizar si los barcos son mejores que las motos o si Curroalb está hasta las narices de dejarse el resuello y mucho más para que esta magnifica reunión haya sido lo que ha sido hasta ahora, lo que sí haré desde este blog es agradecerle a Curro todo el esfuerzo y el bien hacer que ha tenido para con todos nosotros, los aficionados a estas magnificas máquinas. Desde luego no olvidaremos todos estos años, llenos de buenos y malos ratos, que de todo ha habido, pero sobre todo vividos con una tremenda ilusión, una gran camaradería y un magnifico ambiente de sana diversión. 
Y sin más, paso a contar MI Halloween, que para eso la cuento yo: Aunque en un principio estaba planeada de muchísimos kilómetros, tantos como ir a Vigo, recoger a Mary Carmen y tirar para Benidorm, gracias a que la susodicha se vino a Sevilla unos días antes nos ahorramos la R100RS y yo el palizón de 2500 km, que se ha quedado en la mitad, lo que es bastante aguantable.
Este año estoy fatal de días libres, así que me tocó trabajar hasta las tres de la tarde, con lo que eso implica: salir a toda pastilla con las carreteras a tope por el viernes-fin de semana-puente, pero tampoco fue demasiado problema, porque Mary Carmen lo tenía todo perfectamente preparado y solo hubo que meter los bultos en as maletas y salir despendolados camino a Benidorm. Durante la semana había quedado con Diegofull, que subía desde Cártama, en vernos a mitad de camino para hacer juntos el final. Como ya me sé más o menos cómo va la RS, que no en vano llevamos cien mil kilómetros juntos, quedamos en Huétor-Santillán, lugar al que llega habitualmente con un depósito y entrada la reserva unos kilómetros antes. Total, 269 km. Si tenemos en cuenta que entraron 19,16 litros en el repostaje, el consumo fue de 7,12 litros a los 100 km, y como lo hicimos a las 17,25 horas, la media hasta aquí fue de 111,31 km/h. Para una abuela de 32 años cargada hasta los topes y teniendo en cuenta el callejeo hasta salir de Sevilla, no está nada mal.


La tarde estaba estupenda, incluso pasamos calor hasta allí en algunos tramos. En la gasolinera de Huétor-Santillán repostamos y paramos un rato porque Noelia, la novia de Diegofull, estaba allí con él. Por un momento pensé que se venía para Benidorm, pero no, iba en dirección opuesta, hacia Cártama, de fin de semana ¡lástima! Mientras charlábamos aproveché para comerme la mitad de un bocadillo de jamón que me había preparado Mary Carmen y que me supo a gloria bendita (recuerdo que había salido de Sevilla a toda pastilla, sin comer siquiera). Acabados el medio bocata y la charla nos pusimos en marcha. Diegofull delante con la R90S y yo detrás. La tarde se estaba empezando a transformar en noche con mucha más rapidez de lo que pensábamos y en pocos kilómetros se nos oscureció el panorama totalmente. Estas motos no alumbran excesivamente, pero nos apañamos mas o menos bien. La siguiente etapa casi hasta Murcia, hasta Sangonera la Seca, donde volvimos a repostar. Esta vez solo fueron 253 km porque en realidad tenía pensado parar un poco más allá de Murcia, en Sangonera, pero me equivoqué de nombre. Aquí llegamos a las 20:05 horas, es decir, que tardamos dos horas y cinco minutos, lo que nos da una velocidad media de 121,43 km/h, es decir, justo lo permitido en autovía :-o, y es que Diegofull iba tirando bastante fuerte. El consumo fue de 17,32 litros, o sea de 6,85 litros a los 100 km. Se ve que solo fue autovía y no hubo que callejear.


Desde Sangonera la Seca, del tirón hasta Benidorm, de noche cerrada, sin conocernos demasiado bien toda aquella zona y con muchísima circulación, pero llegamos bien. Total solo eran 132 km. 


Lo que no tengo anotados son los tiempos ni el consumo de este tramo, porque apenas llegamos nos inscribimos en el hotel y nos fuimos a ducharnos, que allí te ponen de comer como a los pollos, a las nueve, y como te descuides te quedas sin cena. Salió a recibirnos Curroalb, que nos dio la bolsa de bienvenida y nos metió prisa para que llegásemos al comedor. 
Este año nos tocó la habitación 318, con vistas hacia la parte posterior. La bolsa de bienvenida tan completa como siempre: las camisetas, los pases de los pubs de la Playa de Levante, los planos de la ruta del día siguiente y dos granadas, con lo difícil de pelar que son. Digo yo que un par de naranjitas habrían caído al instante, pero se ve que este año hay que promocionar las granadas.


Una ducha rápida y al comedor. En el comedor encontramos a los primeros participantes, que estan todos comiendo, pero solo nos dejan saludar a dos o tres mesas, no podemos llegar al fondo porque hay que sentarse a comer. No tengo mucha hambre, así que solo me pido un par de chuletas, y eso si, un cervezón como Dios manda. Mary Carmen se toma un pedazo de plato de ensalada ¡qué le gusta el verde a esta chiquilla! y trozo de a atún a la plancha que hay que volver a pasarlo porque viene algo crudo. Por supuesto, otro cervezón como el mio. Al poco llega Diegofull.


Desde la mesa, mientras comemos, vamos charlando con los de alrededor y aprovecho para hacer algunas fotos, que el personal lleva mucho teléfono con cámara, pero a nadie se le ocurre llevarse una cámara de verdad y mucho menos publicar las fotos después.




Lo de Igorpa con el color de pelo es para nota. Según me cuentan es todo producto de apuestas bajo la influencia de vapores etílicos. Suerte que les iba a durar poco.



Y nosotros tambien salimos, gracias al camarero-fotógrafo.


Acabada la cena, a la calle, al paseo marítimo a tomar una copa.













Pero sin demasiado entusiasmo que 650 km ya pesan, la cama está llamando a voces y Curro tiene la mala costumbre de no dejarnos dormir mucho el sábado. A las dos en la camita.
Y a las ocho de la mañana suena el teléfono de la habitación para despertarnos, que hay que ir a hacerse la foto a la playa y empezar el ajetreo de verdad. El paisaje desde la habitación es deplorable. Un edificio feísimo enfrente y poco más. Lo cierto es que Benidorm es bastante feo. Afortunadamente el día está soleado y hasta parece que va a hacer calor.


Voy por la moto al aparcamiento después de desayunar, y a esperar en la puerta a que estemos todos. Me llamó la atención la ST que aparece en la primera foto: muy cuidada y con aspecto de acabar de salir de la tienda, a pesar de que es una moto de 1983.






Una vez que estamos todos, y acompañados por la Policía Local ¡vaya cómo iba la guardia de la coleta en la Deauville...! nos vamos al Paseo Marítimo, justo delante del Penélope Beach Club, donde dejamos aparcadas las motos.


Antes de la foto oficial, pero con Curro llamando por el megafonillo, le hice un vídeo a todas las motos participantes. Este año bastantes más modernas que otros años, pero aun así, las abuelas seguían presentes.








Inmediatamente, la foto oficial, que este año han sido varias, gracias a una amable señorita que se brindó a darle al botoncito de la cámara.








Los edificios de Benidorm, feísimos.


Y una vez hecha la foto otra vez a correr, esta vez hasta la gasolinera de la salida del pueblo, hasta donde nos acompaña la Policia Municipal ¡vaya cómo iba la guardia con la Deauville!














Y de la gasolinera a la ruta, que este año ha sido especialmente larga y con curvas muy cerradas, tanto que en mas de una me he visto mi propia matrícula. La ruta era muy bonita, pero para los que nos habíamos hecho la tarde antes casi setecientos kilómetros en moto, la verdad es que resultó un poco cansada. Lo bueno es que como pasamos por muchos sitios de años anteriores, ya me la sabía y eso me permitía ir mucho más cómodo que si fuese ruta nueva.


Una parada para reagruparnos los tres grupos.


























Una vez reagrupados, hasta Elche, a la pista de karts.
Aunque estaba previsto que hubiese mas de una tanda, al final solo hubo una, y encima me quedé sin participar porque allí se montó un lío con los bocadillos que no era normal. En mi caso, cuando acabé de coger el bocadillo ya habían corrido la tanda clasificatoria y la final. Otro año será (o no). A César le pasó tes cuartos de lo mismo, solo que no fue por el bocata, sino porque se quedó sin goma trasera en la 1600 y tuvo que ir a buscar una para volver a Madrid.
Por si acaso, yo a lo mio: pongo mis fotos y las que he podido recopilar de otros amigos.























































Estas últimas son con la RS, que por fin pude probármela, y la verdad es que me queda muy bien, pero viéndola de cerca me doy cuenta de que no es la rutera que yo esperaba. Es mucho más rutera la Sprint GT, que hasta ahora me tiene bastante enamorado, o la R1200RT, pero esta me gusta menos. De todas formas no estaría mal la RS para segunda moto, pero para eso tengo que quitarme al menos tres de las clásicas. Además, BMW debería tener en cuenta que eso de no ponerle guardabarros trasero a la RS está muy feo. Un paso de rueda discretito ayudaría a que no se guarrearan todo el motor y el amortiguador trasero.
Acabada la sesión en los karts, y tras dar una vuelta por el circuito con las motos, como pasa últimamente en SBK, a comer.
Al mismo sitio que el año pasado, pero si me dicen que vaya solo seguro que no lo encuentro.



Aparte del arroz, que estaba muy bueno


la sensación de la comida la causó esta muchachita tan bien plantá.





Por lo demás, durante la comida, pues las charlas habituales, las risas...



































Y la entrega de trofeos:



Que yo sé que es la parte que mas le gusta a Curro.
A destacar el premio "Cumbres Borrascosas", especialmente creado para Diayu, aunque parece que este año está perdiendo algo de efectividad.


































Acabada la comida, desmadre a la alicantina. Todo el mundo corriendo hacia el hotel, y tanto corrimos que hasta nos perdimos. Por fin llegamos al aparcamiento de las motos, la dejamos allí tranquilita y nos fuimos al hotel a darnos una buena ducha para posteriormente, y con el tiempo muy justito, ir a cenar y salir a dar una vuelta por el paseo marítimo.


En la cena era de destacar la presencia de vampiros y de algún que otro criminalizado pasionalmente.









Y después de la cena el sorteo de regalos. En esta faceta nuestro amigo Curro se sale. Le saca regalos a medio mundo (chocolates Valor, Carmencita, BMW, Castrol del Pio, etc). Casi todos los años ha habido más regalos que participantes, y este año, también.




El sorteo estuvo bajo la dirección de Curro y la excelente actuación de Flor con el bombo del sorteo, a la que casi no se le notó nada a quien quería darle los premios.




La expectación en la sala era notable.








Y el sorteo tuvo los siguientes resultados:




















































Acabado el sorteo, una copita de champagne por cortesía del hotel que a mi, particularmente, me echó abajo la noche porque me produjo una acidez tremenda y me pilló sin antiacidos.







Y del hotel al paseo marítimo, pero debido a la acidez duré poco y me volví al hotel a la media hora. De todas formas, el ambiente por allí era algo así:








Como decía, el estómago se me puso farruco con la copita de champagne y decidí que lo mejor era coger la cama, que, además, al día siguiente teníamos otros 650 km de camino y posiblemente con agua.
El domingo amaneció soleado, pero aun así las predicciones del tiempo eran de agua desde Granada hasta Sevilla por o menos, así que nos preparamos adecuadamente y tras despedirnos de todos nos pusimos en marcha, Todo fue bien hasta Vélez Rubio, en que nos empezó a llover. Paramos en una gasolinera a repostar (no lo haré más en Vélez Rubio, que está muy lejos de la carretera) y nos pusimos los rajes de agua. Ya podía caer la que quisiera que no nos íbamos a mojar. Parece que no acertamos, porque no nos volvió a caer mas que alguna gota suelta; eso sí, viento todo el que quieras, de ese racheado que te obliga a ir por el centro de la calzada y muy atento porque a la que puede te intenta echar de la carretera. Pero nada, todo fue bien y llegamos a Sevilla secos. Diez minutos después de soltar la moto se abrieron los cielos y descargó todo lo descargable, pero ya estábamos en casita.
Y eso  fue todo. Aquí se acabó la Halloween. Han sido unos años estupendos, pero todo se acaba. Gracias Curro por todo lo que has hecho todo este tiempo, y no solo lo de que nos lo pasáramos bien, sino especialmente lo de haber conseguido que un montón de amigos que solo se conocían de internet nos conociésemos y pudiésemos ahondar en nuestra amistad. Un fuerte abrazo a todos. Nos vemos en la Manchega o en la que sea.