Tres días después de que acabase esta reunión me pongo a contarla. Ya me hubiera gustado hacerlo antes, pero es que el jaleo de la válvula persiste hasta mucho después de haberla soltado, ya que hay que hacer una crónica, mandarla, que las fotos queden bien... un poco rollo, la verdad, sobre todo cuando ya lo había contado aquí, pero así son las cosas... si uno se compromete hay que hacerlo. Para la próxima me lo pensaré antes de comprometerme a nada.
Bueno, vamos a dejarnos de preámbulos y de historias y vamos a lo que vamos: la Riders, que este año volvía a celebrarse en Granada, con lo que los que hemos estado en alguna ocasión anterior ya nos sabíamos que es lo que nos íbamos a encontrar, y a pesar de que ya dije el año pasado que no iba a volver, al final nos hemos animado y nos hemos acercado.

El viaje hasta Granada lo empezamos junto con Miguel, que iba acompañado por Elisa y que, en contra de su costumbre, iba pisando huevos, de modo que lo adelanté, lo que aprovechó para esconderse en una gasolinera en Estepa, de forma que ya no nos vimos hasta que llegamos a Sierra Nevada.
Lo primero que hicimos fue ir al hotel a dejar el equipaje, y después, tras perdernos un poco porque Granada está totalmente indecente de obras, subimos a Sierra Nevada. Ya habíamos hablado antes por teléfono con Silverio, que nos había indicado dónde tenían aparcadas las motos, de forma que no hubo excesiva complicación para encontrarnos, y al poco de subir a la estación de esquí, ya estábamos todos juntos: MrTwinflat, Silverio y Alfonso, y esperando a los dos Jose Ignacio y a Jose María, que habían salido de Málaga un poco más tarde.
Lo primero que hicimos fue ir a saludar a Varito al box de Maxboxer. También andaba por allí BinGS, que por lo visto estuvo todo el fin de semana bastante atareado para aprenderse los dejes idiomáticos andaluces.
Maricruz
Jose Ignacio (Vecino Misterioso)
o, como hicimos el año pasado, subir al albergue, antigua y original estación de esquí. Lógicamente se impuso el paseo en moto, y es que estos chiquillos parece que no se cansan de montar. Y allá que nos fuimos hasta la Hoya de la Mora, a 2500 metros de altitud. Ni que decir tiene que estas motos llaman la atención por donde pasan, sobre todo si van seis o siete todas seguiditas... y a nosotros que no nos gusta presumir de motos...Total, que llegamos allá arribota, que son dos kilómetros y medio por encima del nivel del mar, ordenamos las motos para favorecer a los visitantes la correspondiente caída de baba, y lo digo en serio, que no fueron uno ni dos, sino unos cuantos, y de varias nacionalidades, los que por allí se asomaron y dejaron sus correspondientes charquitos de baba delante de las abuelas.

Tras un rato de mesa y sobremesa
y dedicamos el resto de la tarde a las actividades propias de la concentración, pero fundamentalmente, ver motos, como esta caferacer
Ya empezaba a hacer rasca, así que nos bajamos a Granada siguiendo a Silverio, que iba rascando culatines en las curvas, y que nos acompañó hasta el hotel, donde nos despedimos. Noche en Granada y al día siguiente nos volvimos para Sevilla a paso tranquilo. El año que viene la Riders es en Cuenca. Digo yo que habrá que ir a buscar una mochilita ¿no?

No hay comentarios:
Publicar un comentario