sábado, 7 de marzo de 2009

116.- UN EMPUJONCITO A LA OSSA Y LIJA, MUCHA LIJA.

Uno se piensa que tiene un hijo hasta que entra en su cuarto para decirle algo y se encuentra con esto.

Obviamente, no le he dicho nada porque me ha dejado de piedra. Si ordenase tan bien el cuarto entero como ha ordenado la cama...
La mañana ha amanecido brumosa, y brumosa ha estado hasta que he llegado a Ronda, pero al poco se ha despejado la atmósfera y se ha quedado un día de lo más primaveral. Ademas, había un rebaño de ovejas pastando allí al lado, de forma que la mañana se ha quedado más para sentarse bajo una encina, dejarse acariciar por el sol tocando un caramillo, o escribir una égloga, que para dedicarse a la mecánica, pero ¿qué le vamos a hacer? A trabajar que hay que acabar los proyectos.

Lo primero que he hecho, nada más llegar, como hago siempre, ha sido encender el ordenador para tener música y por si hay que consultar algo, pero hoy, además, le he puesto un teclado lavable que me ha regalado Miguel. Desde luego, para un taller es lo mejor, porque de aquí a nada supongo que estará totalmente negro, como el otro, y eso que apenas si escribo nada en él, pero solo del polvo, la grasa, y algún dedo que cae de vez en cuando, se pone hecho un asco. A ver si se le ocurre regalarme tambien un ratón lavable...

Después, como tengo las tres motos principales bastante bien puestas a punto y solo están a la espera de cumplir kilómetros para las revisiones, me he dedicado un poco a la OSSA. La he subido a la mesa

y me he puesto a montarle cosas: depósito de gasolina, tapa lateral derecha, guardabarros,

tapa izquierda, y matrícula (dudo que esta la pille un radar, con lo que se confirma que Dios le da pañuelos a quien no tiene mocos)

y ahí me he quedado, y no por falta de ganas, sino porque los cables del piloto trasero estaban totalmente hechos polvo, con roturas del aislante cada tres centímetros, pidiendo un par de cables nuevos como el comer, pero, cosa curiosa, no he sido capaz de encontrar un pedazo de cable en toda la casa (obviamente sin hacer una trastada), así que he tenido que dejarlo sin montar hasta el próximo día, que me lleve uno.

Y ahí se queda la OSSA hasta que consiga un pedazo de cable.

Despues de esto me he puesto a lijar el depósito del proyecto BMW roja, y ya he llegado al hueso,

digo al metal, y eso que no quería, porque según me aconsejó JoselitoK100 era mejor no quitar toda la capa de aparejo porque entonces tendría que dar una mano de imprimación fosfatante para evitar el óxido. Pues nada, la daré y santas pascuas. El resultado final, antes de la capa de imprimación fosfatante, que ya la daré la semana que viene si no se ha oxidado aún, es este:

Al tacto es bastante suavito y no parece que tenga bollos, pero ya lo veremos después de la imprimación y el aparejo.
También le he dado un poco de lija al carenado, aunque he visto que tenía dos agujeros a cada lado que no debían estar y los he rellenado con fibra de vidrio (el anterior dueño, por lo visto, no veía bien con los retrovisores y los puso en la parte mas externa del carenado; se le debió quedar como para meterse por los atascos...).

Y ahí se quedó todo. Me he vuelto con la OSSA, y cuando he llegado a Sevilla me he dado cuenta de que tiene poquísima goma trasera (ya lo sabía, claro, pero pensaba que iba a durar algo más) así que mañana me volveré y la dejaré para cambiarla el sábado próximo. Por cierto, el carenado es como la salud: solo se echa en falta cuando no se tiene.

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