domingo, 15 de marzo de 2009

120.- VISTIENDO A MAYA

Ayer se me olvidó llevarme la cámara (empieza a preocuparme que se me olviden las cosas tantas veces ¿será la edad?). Afortunadamente Joeseph acudió al quite y me ha mandado unas cuantas fotos (todas las que hizo) con el encargo de que escriba la crónica de lo que hicimos ayer. No me ha dicho si quiere que lo haga aquí o que lo haga en el foro de clásicas de bmwmotos.com, así que, por si acaso lo haré en los dos sitios, y, como siempre, intentaré llevar un poco el orden cronológico, por más que muchas veces me distraiga en detalles que me sacan del hilo temporal.
Obviamente, ayer empezó ayer, pero lo que pasó ayer estaba íntimamente relacionado con lo que pasó anteayer, y anteayer hubo juerga flamenca, tanto en Málaga como en Sevilla, por lo que las condiciones basales en que amanecimos en ambas ciudades, digamos que no eran absolutamente fisiológicas, por no decir otra cosa.
Salimos tarde, pero por el otro lado salieron mas tarde aún, de forma que aquello de quedar a las 12,30 en Ronda solo lo pude cumplir yo. Me fui en coche, porque venían mi mujer, mi hijo, la bicicleta y una caja con cosas que había comprado en Louis para la Honda. El viaje en coche es mucho mas cansado, al menos para mí, que en moto. Eso de ir sentado tan derecho me acaba por machacar las vértebras, y si a eso unimos las condiciones digamos que parafisiológicas, derivadas de los excesos del día anterior, ya os podéis imaginar las ganas que tenía de trabajar cuando llegué; pero había muchas cosas que hacer: la primera cambiar el neumático trasero de la Honda, que ademas de medio cristalizado estaba gastadísimo y deformado (cuadrado, vamos). El elegido para sustituirlo es uno nuevo para mí. Iba a ponerle el Bridgestone BT45, ampliamente probado en la BMW, pero el haber visto este en internet a 63 euros me hizo decidirme por él para probarlo. Es un MAXXIS M6103 Promaxx, y en el monitor tenía mejor pinta que al natural, ya que lo veo un poco, bastante, achatado. El análisis que hacen de él parecía bastante bueno, excepto en agua, pero ahora toca ambiente seco, así que me fié, pero me temo que eso de que ya venga casi cuadrado de fábrica no me va a gustar mucho. Me consuelo pensando en lo barato que ha sido y que por lo menos hará el apaño una temporada, y cuando se gaste ya pondré el Bridgestone, que ese sí sé que me gusta. Por cierto, pongo esta goma cuando el odómetro marca 78300 km aproximadamente.

Dio un poco de lata el equilibrado, que precisó de 55 gramos para alcanzarlo, pero por lo demás todo bien. No tengo fotos por lo que expliqué antes, y Joeseph aún no había llegado, aunque sí que me había llamado a eso de las 12,30 (me pilló con las manos pringadas de grasa del eje) para decirme que estaba un poco parafisiológico de la juerga de ayer y que todavía estaba en San Pedro de Alcántara. Cualquier otro día me habría dado envidia y me habría puesto en su lugar (subir esa carretera en moto es el octavo pecado capital...) pero ayer no.
A continuación cambié las bujías. Es francamente difícil cambiar las interiores con el depósito puesto, pero es que quitar el depósito también tiene su guasa, así que preferí hacerlo de la manera complicada. Con lo fácil que es quitar las bujías de la BMW...
Seguí con la tarea, que no era más que ponerle unos adornitos a Maya en forma de cinta ajedrezada a todo lo largo. Apenas había acabado de poner la cinta en el guardabarros, cuando aparecieron Joeseph y José Ignacio. Y después de los saludos, ya había fotos.

Jose Ignacio y Maricruz charlaban, Joeseph fotografiaba y yo me peleaba con el rollo de cinta adhesiva ajedrezada para quitarle un pedacito de fixo que aseguraba el rollo y que se negaba a ser despegado.

Diez minutos después había conseguido quitar el tapón del depósito, Maricruz limpiaba afanosamente la superficie con alcohol para favorecer la adherencia, Jose Ignacio había desaparecido, Joeseph seguía haciendo fotos y yo todavía no había conseguido ganarle la partida al fixo del rollo o al rollo del fixo, que no sé cuál es más apropiada.

Transcurrieron otros diez minutos, Jose Ignacio había vuelto, Joeseph le había dejado la cámara para salir alguna vez en las fotos (ya se sabe que el fotógrafo es la persona menos fotografiada), Maricruz ya había dejado de limpiar el depósito con alcohol y yo me mostraba orgulloso de haber vencido al fixo tras una batalla épica con él, y por fin podía poner la cinta en el depósito.

A todo esto, en este punto debo hacer notar a los lectores menos observadores que Joeseph estaba estrenando el pañuelo de clásicas BMW, pañuelo expresamente diseñado para que siempre enseñe su cara bonita, como puede verse en todas las fotos en que parece.

También es digno de admiración el que Joeseph lleve dos pañuelos en lugar de uno, y ello debido a que el de Tote es sagrado, y no importa que haga todo el calor del mundo; se pilla uno el "sarampión menuito" si hace falta, pero el pañuelo no se mueve de ahí. Podría haberse quitado el otro, sí, pero un estreno es un estreno.
A todo esto, yo había acabado de poner la cinta en el depósito y estaba empezando con el colín.

y el personal estaba empezando a impacientarse: ya tenían la madre hecha y estaban esperando una cervecita para rehidratar al organismo. Me puse enseguida con lo último que quedaba: la pequeña cúpula transparente y casi invisible, en cuya colocación conté con la inestimable ayuda de Jose Ignacio.

Y con la colocación de la cúpula se acabó la sesión de taller. Bueno, realmente no, que todavía quedaba por poner un termómetro de aceite - varilla de nivel, como en la BMW, pero eso fueron apenas un par de minutos: desenroscar la varilla antigua, comparar con la nueva, marcar las indicaciones de máximo y mínimo con una lima y volver a enroscar en su sitio.

A todo esto, mi hijo, apenas llegar a Ronda, se vistió de ciclista y se fue en su bici a hacer kilómetros. Habíamos quedado con él en la Venta La Codorniz para comer, y allá que nos fuimos con la R1100RT de Joeseph, la GS1200 de Jose Ignacio y la Hondita. No he notado gran cosa con la cúpula, pero es que la venta está al lado y apenas si pude calentar el motor. Cuando haga algunos kilómetros seguidos ya veré si se nota en el cuello.
En la venta, pues eso, venteando... Como hacía un día primaveral, incluso casi veraniego, por la magnífica temperatura, nos sentamos fuera y nos tomamos unas raciones de huevos de codorniz (fritos con jamón y aliñados), codornices a la plancha y lomo con patatas fritas (de las buenas), regados con cerveza fresquita mientras esperábamos al niño, que se había ido nada más y nada menos que a El Burgo. Esa carretera tiene cuestas para aburrir, y la subida al Puerto de El Viento (1190 m) ha sido puntuable de segunda categoría varias veces en la Vuelta Ciclista a España. Este chaval anda bien en bici.

Mientras la cerveza se evaporaba misteriosamente de los vasos, Joeseph nos contó el viaje a Vinuesa, la desgraciada rotura del cojinete de la rueda delantera, las aventuras con el seguro y el conductor de la grúa, quienes fueron y quienes no, con quienes se trató (obviamente, cualquiera que lo conozca sabe la respuesta: con todos) y un sinnúmero de anécdotas divertidas. Tras la comida, lo de siempre: cada mochuelo a su olivo; ellos a Málaga y nosotros a Sevilla, pero aún nos dio para hacer algunas fotos a la salida de la Venta: esta primera es de una ejecución maravillosa. Nótese el virtuosismo del artista para conseguir que el sol se meta en la cámara logrando cubrir con un velo luminoso todo lo que tenía que verse... y mira que se lo estábamos diciendo: no te va a salir nada, te esta dando el sol en el objetivo...

Después de esto, ya nos hizo caso y se puso un poquito a la sombra, con lo que los resultados fueron algo más nítidos, pero no mucho más...

Y como sé que le gustan las fotos contrastadas, los llevé de vuelta por el carril, lo que Joeseph aprovechó para captar la imagen de su moto en campestre y primaveral composición junto a una encina.

Y finalmente, la despedida. Nótese que el sol se empeñaba ayer en meterse por todas partes.

Muchísimas gracias por las fotos, Joeseph, que sin ellas me habría quedado mucho mas sosa esta entrada, y quedamos a la espera de esa ruta por los Montes de Málaga (procuraré que no se me olvide la cámara).

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