domingo, 26 de octubre de 2008

84.- Y AQUI EMPIEZA LA PARTE SERIA DE LA HONDA

Lo de pintar la Honda es mas que nada una cuestión de orgullo personal. Tengo que aprender a pintar como sea y además, me apetece darle un sabor nuevo a la moto, que no parezca ni la misma de antes, ni cualquier otra, sino la mía.
El otro día empecé a lijar y adecentar las partes a pintar. Si recordáis, había decidido usar un decapante para quitar rápidamente la pintura. Es un grave error. Si alguien tiene pensado hacerlo, le recomiendo que se lea lo que sigue. El decapante hizo una magnifica labor en el depósito, de forma que, antes de pasarle una lijita fina y de tapar los pequeños bollos que tiene con masilla de carrocero, su aspecto es este.

En cambio, con las partes de plástico he tenido graves problemas. Empecé con el guardabarros delantero, y todo fue perfecto, de modo que pude decaparlo fácilmente con una mano del producto (en realidad se decapaba con gasolina, con petroleo, casi con los dedos).

Me confíe y unté de decapante la cacha lateral derecha y el colín; y sí, la pintura se cuarteaba y se podía quitar con una espátula, como decía la etiqueta del producto. Lo que no decía la etiqueta es que también se reblandecía el plástico y que te lo llevabas con la rasqueta a la par que la pintura. En este efecto indeseable tiene que ver también mi ingenuidad, ya que le pregunté al dependiente de la droguería donde compré el decapante si afectaba a los plásticos, y me contestó rotundamente que no. Si en vez de haberle echado cuenta hubiera probado en la cara interna o en algún otro plástico, no estaría ahora lamentándome y trabajando el doble, por haber dejado los plásticos en este lamentable estado.

En cuanto me dí cuenta de lo que pasaba intenté cortar la reacción química mediante lavado abundante con agua, pero parte del daño estaba hecho, especialmente en la cacha derecha, que se llevó un arañón considerable con la espátula.

Lógicamente he abandonado la química y me he pasado a la física. A partir de ahora, solo lija. Primero una de 60 y después una de 120, y así voy:

En próximos días disminuiré el tamaño del grano hasta dejarlas perfectas y rellenaré los posibles desperfectos con algún material plástico.
Dejando aparte la cuestión de la pintura, también he empezado a trastear en mecánica, y como suele ser habitual, primer paso, primer tropezón.
He empezado por delante. Si; podía haber empezado por arriba, por detrás..., pero me ha apetecido empezar por delante porque es donde realmente estoy viendo una avería gorda: un retén de horquilla roto y poniéndolo todo perdido, empezando por la pinza de freno de su lado.
No sé muy bien cómo está hecha esta moto, pero supongo que no será muy diferente de las demás, así que he empezado por quitar la rueda. Se quita la tuerca del eje

se aflojan los tornillos de retención del eje

se sueltan las pinzas de freno de ambos lados

y ya se puede extraer la rueda, tras sacar el eje

La pinza derecha destaca por la gran cantidad de mugre que tiene; no en vano ha debido estar lloviéndole aceite por el retén roto una buena temporada.

La situación hasta el momento recomendaba: limpieza exhaustiva de frenos, horquilla y rueda para valoración de daños, y sustitución de piezas dañadas, especialmente el retén. Empecé por la rueda por una sencilla razón: es redonda y es mas fácil llevársela a la pila. Desmonté los discos de freno

les dí un buen fregado con agua y jabón (del mio, por supuesto) a la llanta y a los discos hasta desengrasarlo todo perfectamente

y después le di una pasadita de cepillo metálico para desincrustar el óxido

Finalmente lo volví a montar todo poniendo una gota de fijatornillos en cada uno de los tornillos

y un poco de grasa bajo los retenes, quedando finalmente tal que así:

Acabada la rueda, me volví a la horquilla, que me miraba con cara de "no vas a poder conmigo", y que era la verdadera razón de que hubiese empezado por la rueda.
Conseguí, a fuerza de fuerza, quitar los tornillos inferiores de las botellas, que yo creía que eran allen pero que, una vez fuera, en la mano, resultaron ser thorx, con lo que mientras los saqué y mientras no, les hice unas buenas mellas. No sabía yo que los japos también eran aficionados a los thorx. Bueno, el caso es que conseguí sacarlos y resulta que tienen una doble función: por un lado sujetan el amortiguador y por otro lado son el desagüe del aceite de la botella. Me acordé aquí de la simpleza y efectividad del de la BMW, con tornillos separados y fácil extracción de la botella, porque a pesar de mis esfuerzos y de estar suelta del amortiguador, la botella no salía.

Más sorpresas me deparó la inspección cuidadosa: en lugar muy cercano al retén, que, por cierto, está sujeto con un circlip, encontré unos arañazos en el tubo de la horquilla, que posiblemente sean los causantes de la rotura del retén.

Supongo que habrá que pulir toda esta zona cuidadosamente, y no se si aun así conseguiré la estanqueidad apropiada.
Viendo cómo está montada la horquilla, es fácil que esos arañazos se hayan producido en un intento de cambio de retén hecho por algún burro con todas las letras que a lo mejor hasta se autotitulaba mecánico.
Y puesto lo anterior, y como yo no soy mecánico sino mero aprendiz, ahí tuve que dejar todo el trabajo de la horquilla, porque la botella no sale. He quitado el circlip y veo el retén, que, por supuesto no voy a quitar con un destornillador como habrá hecho el burro arañador, así que, por ahora, ahí se queda, hasta que me estudie el tema. He quitado un poco de mugre y poco más. Mi idea es sacarlas, limpiarlo todo muy bien, poner retenes y guardapolvos nuevos y, o bien dejarlas en color aluminio, o bien pintarlas en negro mate. Ya veremos. Son detalles que ahora mismo son irrelevantes ante el problema que tengo de no saber ni siquiera cómo sacarlas.
A continuación me puse con las pinzas de freno. Empecé con la derecha, que para algo era la que tenía mas porquería. Solo tocarla ya manchaba bastante las manos, así que os podéis imaginar lo que fue desmontarla (solo las pastillas, que tampoco quería que entrase grasa sucia en los pistones) y limpiarla con un cepillo de dientes viejo, una brochita, agua y jabón. Si, ya sé que no se debe usar agua para limpiar las pinzas de freno, pero como van a tardar en montarse al menos dos semanas, no pasa nada; se va a evaporar toda y nunca va a llegar a mezclarse con el líquido de frenos. Para hacerse una idea de cómo estaba de sucia, baste ver la foto siguiente y créaseme cuando digo que, aun tres días después de limpiarla, sigo teniendo porquería en las uñas, y eso que soy extremadamente meticuloso en lo que a higiene de manos se refiere.

Las pastillas de freno apenas si estaban gastadas, lo que en cierto modo es explicable porque no deberían rozar absolutamente nada con la capa de aceite que le iba salpicando de continuo. Una vez limpias (más o menos) sui aspecto era este

Una vez limpias (mas o menos) la pinza y las pastillas, volví a montarlas. Es bastante sencillo:

1.- se pone la primera pastilla, encajándola en el lado izquierdo
2.- se pone encima la segunda pastilla (véase que los agujeros tienen que coincidir con el que existe en la pinza)
3.- se introduce el pasador a través de la pinza y de las dos pastillas y se atornilla con una llave allen
4.- finalmente se aprieta el tornillo de seguridad cerrando la salida del pasador.
La otra pinza tenía algo menos de porquería; al menos no le había estado cayendo el aceite de la horquilla continuamente. Pero en cambio, tenía las pastillas totalmente comidas. De hecho ya estaba rozando acero con acero. Lógico si tenemos en cuenta que han llevado el peso absoluto de las frenadas ya que el otro disco era totalmente inútil.

Después de un buen fregado y secado con aire comprimido su aspecto era bastante mas aceptable.

Monté las pastillas nuevamente y dejé cada pinza en su sitio, a la espera de ver como desmonto las botellas y cambio los retenes y los guardapolvos. Eso será, calculo que dentro de dos semanas, porque este fin de semana nos vamos a Portimao a ver las carreras de Superbikes.

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