lunes, 16 de junio de 2008

57.- SIGO DE CHAPISTA AFICIONADO

El sábado siempre es un día especial; toca paseito en moto y un ratito (ocho o nueve horas) de mecánica, pero este lo iba a ser más, porque tenía ganas de probar la pistola de pintar de carga superior (no sé si se dice así, como en las lavadoras) que había encontrado de oferta en el Leroy. Había comprado un bote de pintura de color gris claro y tenía varias piezas imprimadas desde la semana pasada, así que solo quedaba preparar la mezcla de pintura con disolvente al 10%, cargar la pistola y darle al gatillo. La sensación que se tiene al pintar con esta pistola es mucho mas agradable que la que se tiene al pintar con la de carga inferior. Supongo que se debe a que mi compresor no es muy potente y le cuesta menos pulverizar cuando la gravedad actúa a favor que en contra, pero lo cierto es que con esta pistola se pinta bastante mejor que con la otra. Tardé un ratillo en ajustar la cantidad de pintura que salía y la abertura del chorro, pero cuando lo conseguí poner a mi gusto, aquello pintaba la mar de bien.En un momento me había pintado todas las piezas que había imprimado la semana anterior. Y nadie me hizo una foto con la cara de satisfacción que tenía...

Creo que el color es demasiado claro, pero como solo es la primera mano, habrá tiempo de corregirlo, aparte de que las cachas van en gris oscuro, y solo van en claro las tapas de la caja de herramientas y parte del depósito.

Me he dado cuenta de que para pintar, dado que con esta pistola se tarda muy poco en dar una capa, es mucho mejor tener todas las piezas listas para pintar en vez de andar con remilgos de ahora hago una cachita, ahora hago una tapita..., así que voy a preparar todas las piezas y cuando estén todas listas, las pinto de una vez.
Para ello, lo primero es sanear el depósito de gasolina por dentro, para después lijarlo, quitarle los bollos y prepararlo para la pintura. El primer paso es pegarle un enérgico limpiado por dentro con una buena cadena que arranque todos los posibles restos de pintura y de óxido que pueda tener. A continuación se le da un buen fregado y se deja que seque. Mientras tanto, preparo un poco de resina de poliéster con su catalizador (peróxido de metiletilcetona al 4%), le doy una movidita del tipo shaken, not stirred (agitado, no batido) como decía el 007 ¡toma erudición in english!

y mientras va reaccionando preparo el depósito para que no se taponen con el plástico recién formado ni los conductos de comunicación de ambos lados, ni el orificio donde se aloja el grifo de la gasolina, para lo cual uso un cordón de plástico macizo que introduzco por ambos orificios y un tornillo de la métrica adecuada.

Una vez hecho esto, solo queda echar el plástico dentro del depósito y moverlo suavemente para que se impregnen de plástico todas las paredes, con lo cual tendremos una especie de depósito de plástico dentro del depósito de metal. Por cierto, si alguna vez queremos quitarlo todo, solo habrá que echar un par de litros de acetona y agitar durante un buen rato, con lo que conseguiremos desprenderlo y hacerlo salir disuelto en la acetona. El resultado se puede ver (mal, pero qué le vamos a hacer) en la siguiente foto, en la que se aprecia el brillo del plástico donde antes habia una superficie totalmente mate.

Mientras la reacción de polimerización se acababa (mientras se cuajaba del todo la resina, vamos), y con el fin de poder reunir el total de piezas para pintar, me dediqué a desmontar el guardabarros trasero. Al quitar estas sujeciones

los tornillos, totalmente oxidados, se rompieron, al igual que en el otro lado

y esto me causó una pérdida de tiempo considerable para extraerlos. Alguno salió a base de tenazas y fuerza bruta (por cierto, la tenaza se dobló; recuerdo que era de oferta, muy barata: al final salen caras las herramientas malas)

y las otras salieron taladrando el tornillo

y aplicando un extractor de tornillos,

que no es mas que un tornillo cónico de rosca inversa que se va metiendo dentro del otro tornillo, agarrándose cada vez más hasta que consigue hacerlo girar y extraerlo.

Seguí quitando tornillos para dejar libre el guardabarros, y conforme iban saliendo llenos de porquería y con un aspecto deplorable

les iba metiendo un meneito de púas de latón y los dejaba como nuevos.

Una vez fuera el guardabarros, le eché aflojatodo en cantidad en los tornillos que sujetaban el piloto y la matrícula, para no tener los mismos problemas que había tenido antes. Obsérvese, por cierto, el aspecto del guardabarros por dentro... Típico de excavación en Guarrapuerca.

De la parte posterior de la placa portamatrículas (que lo es, como veremos luego) extraje una muestra que, estudiada al microscopio me confirmaba mis temores: la moto había salido de un pantano del Pleistoceno, luego OSSA es una marca realmente antigua (entre 1,8 millones de años y 10000 a.C.)

Por fuera, el aspecto no era ninguna maravilla, solo que aquí se notaba el depósito de polvo del desierto de Kalahari en el interior del piloto trasero. Por cierto, las dos bombillas funcionan.

Mientras actuaba el aflojatodo, aproveché para cambiar la tulipa del piloto trasero a la BMW, que se me había roto sabe Dios dónde ni cómo. Por cierto, que no se rompa más, que es MUY, pero que MUY cara.

Extraje los tornillos sin mayores complicaciones y procedí a la eliminación de toda la porquería acumulada mediante un enérgico lavado con nanas y jabón made by ASSI, con resultados bastante satisfactorios.

Mientras se iban secando las piezas, ya que mi idea era lijar e imprimar ambos guardabarros e incluso el depósito para dejarlos listos para pintar el próximo día (iluso que es uno) me acordé de que había comprado una pasta que se me antojó magnifica para tapar los bollos que se habían quedado en el escape "para mejor proveer"

lijé un poco la superficie a reparar

apliqué la pasta (atención: endurece en pocos minutos)

lijé, igualé, lavé, volví a pintar... y se me olvidó hacer una foto para mostrar el resultado, pero quedó bastante bien ¡palabra!
La moto, a todo esto, a fuerza de quitarle piezas, se va quedando en el chasis, y nunca mejor dicho

La placa portamatrícula fue convenientemente limpiada por ambos lados, previo desmontaje de la apulgarada matricula (habrá que buscarle una nueva)

y como es algo que no va a tener excesivo roce, la pinté directamente, sin imprimación (espero que por hablar no tenga que repetir la operación).

Acabado esto, dediqué las dos horas siguientes, o así, a quitar la porquería y la pintura al guardabarros delantero, y a reparar ese feo agujero que tenía junto al hueco de la barra de la horquilla y que no sé quien le habrá hecho intentando soldar una pequeña rotura..., para lo que usé la misma barra que había utilizado en la reparación de los bollos del silenciador

y terminé la operación aplicando una capa de imprimación a brocha

Y aquí se acabó el dia. Eran las seis y media de la tarde y me había pegado ocho horas de trabajo con temperaturas bastante altas descansando unicamente el tiempo de tomarme dos cervezas fresquitas, asi que colgué el mono, me volví a vestir de motorista, guardé la Sprint, saque la BMW y me volví a Sevilla. Todavia me queda un montón de pintura y porquería que quitar antes de volver a pintar, asi que buscar pintura de color gris oscuro pasa a segundo plano de mis prioridades. Ademas, la Sprint está en 19.700 km (le queda un paseito para la revisión) y la BMW también está en los 9.700, así que cuando vuelva le toca revisión de las gordas, ya que hay que hacer la revisión normal y algún apaño de cilindros, pero eso ya lo explicaré cuando lo haga.

No hay comentarios: