domingo, 1 de junio de 2008

54.- OSSA: TUBO DE ESCAPE TERMINADO

Ya iba siendo hora. Después de muchas horas de trabajo y de dejar las herramientas en este estado a base de rascar

he conseguido que el silenciador pase por las tres etapas siguientes:

desde recién salido de las excavaciones de Guarrapuerca hasta su estado actual: pintadito de negro mate y con algunos bollos que ya veré mas adelante cómo los relleno, porque usando el mismo sistema que con el codo, es decir rellenado con soldadura eléctrica lo único que conseguiría sería agujerear el material y dejarlo inservible. Por lo pronto, y hasta la hora del montaje definitivo, me conformo con el resultado.
El codo también quedó terminado con un resultado medianamente aceptable, por lo menos han desaparecido los bollos. El proceso fue aplicar soldadura eléctrica (se me han ido del orden de diez electrodos para tapar los bollos que tenía)

lijando hasta redondear

y finalmente pintar con anticalórica negro mate.

Una vez acabado el bloque de los escapes, sigo desmontando a la vez que restaurando piezas hasta que llegue a tener el chasis completamente desnudo, y así, después, una vez que esté completamente limpio y pintado, solo habrá que ir añadiendo elementos. Le toca el turno a las cachas laterales. Son muy fáciles de desmontar, ya que están sujetos por un par de tornillos y los reposapies traseros. En el interior, sujeto al chasis, los cables. Tendré que montar nueva toda la instalación eléctrica, así que mejor ir tomando nota de cómo está colocada.

Ambas cachas tenían sus cajones; el izquierdo con cerradura, cuya llave, lógicamente, no tengo, y el derecho sin cerradura. Tras abrir la tapa del derecho simplemente haciendo palanca con un destornillador, me encuentro con que guarda una agradable sorpresa: la bolsita de herramientas original de OSSA

con todo un surtido de las herramientas típicas de la época y un par de bujías, que supongo que hasta funcionarán bien.

La tapa del otro lado tengo que forzarla y me encuentro en su interior una bombilla entera y los restos de otra, así como alguna pequeña pieza metálica. Ya iba a ser mucha tela encontrarme, por ejemplo la documentación de la moto, pero con esa ilusión iba.

Los cables van dirigidos por una serie de salientes del bastidor, y como en el resto de las demás piezas, destaca la cantidad de porquería acumulada en todas partes.

Y en la parte inferior de la tapa izquierda lleva un interruptor para la luz de freno que se acciona cuando se pisa el pedal. No recuerdo que llevase ninguno en la maneta de freno, así que solo te verían frenar cuando tocabas el freno trasero. ¡Cosas!

Le pegué un buen fregado a todas estas piezas con cepillo de púas de latón para arrancar toda la mugre y me traje una de las tapas para buscarle unas cerraduras con llave apropiadas. No sé si encontraré dos cerraduras con la misma llave. Espero que sí, y si no habrá que prepararlas.

Y ahí se acabó el dia. La semana que viene, más, si no le toca el turno a la BMW, que le quedan 1000 km para la revisión, y esa tiene preferencia.

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