A los amantes de las motos clásicas también les suelen gustar las neveras clásicas, aunque bastante menos. En mi caso no ocurre eso. No me gustan las neveras de ningún tipo, ni clásicas ni modernas, pero aun así, me llevaron el domingo pasado a una especie de mercadillo-exposición que se celebra todos los años en una venta de Espartinas. Ya había ido en alguna ocasión anterior y no me había llamada precisamente la atención por la poca presencia de motos que había. Pudimos ver muchos coches antiguos y menos antiguos; entre ellos los que mas me gustaron fueron: Un Renault Alpine amarillo,
De motos, como ya digo, la cosa andaba bastante escasa. Una Impala en la entrada marcando el territorio,
Una Honda 50 fuera de la exposición, montada en un remolque y lista para vender a precios astronómicos (de BMW de concesionario, vamos),
No hay comentarios:
Publicar un comentario