martes, 3 de noviembre de 2009

171.- HALLOWEEN EN BENIDORM: CURROALB ES GRANDE.

Todo esto empezó el año pasado, cuando a Curro Alberola se le ocurrió montar una quedada en Benidorm. A aquella primera reunión no pudimos acudir porque se celebró a la par que se corría la última carrera del mundial de Superbikes en Portimao, que además era la inauguración del circuito, y ya habíamos programado aquel viaje mucho antes de que Curro decidiese montar su Halloween. Ni que decir tiene que a la vuelta nos pusieron los dientes largos, de modo que se empezó a fraguar el deseo de acudir a la siguiente. Y para colmo, a Curro no se le ocurre otra cosa que poner una foto mia con la R100RS como cartel del evento, así que no me quedaba más remedio que asistir. Esta vez no hemos planeado nada, e incluso me he ido casi sin probar la moto tras las ultimas chzpuzas realizadas, lo que, en argot de Maricruz se dice "ir de sobrao" pero realmente sé que esa moto está muy bien y que difícilmente me va a dejar tirado. La que sí que estuvo a punto de dejarnos en tierra fue ella, porque en la madrugada del viernes (íbamos a salir para Benidorm en cuanto volviesemos del trabajo, sin comer siquiera) me despierta hinchada completamente con una urticaria de mucho cuidado. A la hora que era y yo sin corticoides... Le puse unos antihistamínicos y esperé un tiempo prudencial. Algo bajó, pero en cuanto abrieron las farmacias me fui por un SoluModerin y con eso y un poco más de tiempo desapareció el brote. Afortunadamente no se volvió a repetir en todo el fin de semana, pero hubo de estar la pobre guardando reservas con respecto a los alimentos más alergénicos, por si las moscas.
Bien, el caso es que con esto salimos el viernes un poco antes de lo que teníamos previsto y llegamos a Benidorm cuando empezaba a atardecer, sin nada que destacar del viaje salvo que odio las autovías; son un auténtico aburrimiento, y espero que no nos hayan hecho ninguna foto, que ya no se trata de ir bien o mal, sino de tener suerte o no. Si vas a la velocidad que está indicada estás entorpeciendo a los demás y poniéndote en peligro de que alguien te dé un porrazo, porque todos van a más velocidad de la permitida, así que debes adaptarte a la velocidad de todos, y los radares siguen ahí, esperando que no los veas y te den la sorpresita al os pocos días. Hay tan pocos guardias y tantos radares que resultaría fácil hacerse todo un viaje sin matricula fundiendo radares y sin que te llegase ninguna multa. Y, la verdad, no me extraña que haya quien lo haga.
Bien; llegamos al Hotel Belroy despues de perdernos un poco por Benidorm (que por cierto, no lo conocía, pero es bastante feo con tanto edificio enorme)

comprobamos que habíamos sido los primeros en llegar, dejamos la moto en la puerta del hotel para que sirviera de guía a los que viniesen después, nos inscribimos, pagamos por adelantado para ganar tiempo a la vuelta y subimos a la habitación. Allí nos encontramos el primer detalle de Curro: una gorra en cada cama en señal de bienvenida. Un detalle de los muchos que ha tenido y no solo estos dias, sino a lo largo de todo el año en que ha estado preparando esta reunión.

El hotel no está mal: jacuzzi, piscina, sauna, y todas esas cosas, moderno pero bastante feo, al menos para mi gusto, pero ya se sabe: el libro de los gustos está en blanco. Nos aseamos un poco y nos fuimos a tomar una cerveza en la cafeteria junto al hotel, desde la que podíamos ver cuando llegaban los demás. No pasaron ni dos sorbos cuando llegó el primero; un sorbo más y el segundo, el tercero y el cuarto, y un poco mas tarde, todos en tropel. Paraban, miraban la moto, entraban al hotel, salían y rodeaban la manzana para entrar en el garage. Así uno tras otro. Acabamos la cerveza y nos fuimos a guardar la moto, ya que no estaba previsto cogerla por la noche, cosa que iban a agradecer mis muñecas, que estaban un poquito machacadas.

En el garage del hotel empezamos a encontrar motos conocidas como la de Barracinco

la de Esbama,

o Berta, la de Emilio.

En el garage y en el hall del hotel los saludos, rápidos, porque todos venía sudados como calcetines de guripa en Ceuta

y mientras llegaba la hora de la cena, que era el primer acto conjunto que venía en el programa, nos fuimos a dar un paseo por el pueblo y a buscar cinta americana negra para poder adecuar los cascos a Halloween.
La cena, pues eso, una cena de esas de buffet, en que uno no hace sino levantarse a buscar cosas para, al final, quedarse con hambre. Pero pudimos ponernos cara unos cuantos. Cenamos en la misma mesa que Roberto (Mototrans), Alfredo, Manuel (Esbama), etc. (es que no me acuerdo de muchos nombres; lo siento).

Mientras tabnto, Curroalb, que seguía currando, que para eso lo lleva en el nombre, cobraba el importe de la comida del dia siguiente para ir aligerando.

Acabada la cena, un paseo por el paseo marítimo, valga la redundancia, donde teniamos invitaciones y precios especiales en distintos locales. ¡Lástima que no la teniamos donde actuaba Maria Jesús con su acordeón, que ya nos hubiera gustado a mas de uno de los candidatos al IMSERSO!

A nosotros no nos duró mucho la juerga, que los 650 kilómetros que nos habíamos hecho un rato antes empezaban areclamar un poquito de horizontalidad, así que a la una y pico estábamos en la camita soñando con los angelitos.
A las 8 de la mañana sonó el teléfono de la habitación. Curro, que volvía a estar en todo, había dejado orden de que nos despertasen a esa hora para que a las nueve en punto estuviesemos en la puerta del hotel para salir a hacer la ruta por la sierra. Y efectivamente, allí estabamos todos formando en batería.

Nos habían asignado un par o tres de guardias, aunque lo mismo era uno solo que se movía mucho y hasta hubo quien se llevó una regañina y casi una multa por saltarse la acera, la mediana y hasta un kiosco de prensa para llegar a la formación.

De allí nos fuimos, escoltados por la policia local, a la calle paralela, que era el paseo marítimo, donde hicimos algunas fotos de conjunto tanto de las motos como de los motoristas.

Los que hacían las fotos, por una vez, y sin que sirva de precedente, tambien salieron.

De allí nos fuimos a una gasolinera de las afueras para organizar los tres grupos en que íbamos a ir a hacer la ruta y a comer, claro. En la gasolinera descubrí que se me había caido una tuerca de uno de los esparragos que sujeta el motor, y no es que se fuera a caer, ni mucho menos, pero por si las moscas, me llegué a un taller cercano a ver si me podían dar una tuerca delmismo estilo. Un chaval muy amable me dió una caja de tuercas y no tardé ni un minuto en encontrar la que me hacía falta y ponerla, pero aunque tardé muy poco, cuando volví a la gasolinera ya se había ido mi grupo y me tuve que conformar con irme en el tercero, que no sé si estaban hechos segun iba de rápida la gente, pero en el mio desde luego estaban todos los caracoles, incluidas las motos mas viejitas y hasta una con sidecar.

Si iríamos lentos que hasta gripó una de las viejitas.
La nota triste de la jornada el accidente que tuvo Roberto (Mototrans), que se estampó contra un autobús en una curva. Suerte que la carretera era de las de ir muy despacito, pero a pesar de todo se rompió una muñeca y le hizo un agujero al autobús con el casco. Espero que la recuperación de la fractura sea rápida y totalmente satisfactoria.
La ruta continuó mientras la ambulancia que previsoramente había dispuesto Curroalb se llevaba a Roberto al hospital, y llegamos a la Cueva del Canelobre, donde nos pudimos tomar un refresco, cambiar impresiones sobre lo ocurrido y, finalmente, que para eso estábamos allí, visitar la cueva.

Desde allí salimos hacia Sella, donde íbamos a comer. Dejamos aparcadas las motos en una de las calles principales del pueblo

y nos fuimos andando varias calles abajo,

hasta el Bar Restaurante Fonda "sin nombre" o al menos yo no se lo llegué a ver por parte alguna.

La comida fue razonablemente buena, teniendo en cuenta la cantidad de gente que éramos y las posibilidades del citado restaurante, que, por cierto, lucía una magnífica colección de pañuelos en las paredes.

Durante la comida, con la vuelta de la ambulancia, recibimos noticias de primera mano del alcance de las lesiones de Roberto, que parecían limitarse solo a la muñeca y que posiblemente precisarían de reducción e inmovilización quirúrgicas.
Acabada la francachela subimos por las motos, no sin antes parar a hacer una foto en el mirador,

y nos dirigimos hacia el que iba a ser el penúltimo acto de la reunión: la carrera de karts. Sobre esto pasaré muy por encima porque no tuve un debut en las cuatro ruedas muy afortunado. Si, hace ya unos veinte años me monté una vez en un artilugio de estos, pero ahora, con la impedimenta de moto me dio autentica claustrofobia, agravada por el humo de los escapes que se metía dentro del casco. Para rematar la faena, ni idea de cómo hay que trazar, y para cuando empecé a darme cuenta se me había acabado la carrera y todos me habían pasado despues de embestirme más d euno por detras y hacerme dar un par de vueltas y de provocarme yo mismo más de un trompo. Total, que no es lo mio, así que no volveré a intentarlo, al menos mientras no se me olvide esta experiencia.

La carrera la ganó Miguel con todo merecimiento.

De la pista de karts nuevamente al hotel. Un rato de relajación que la gente aprovechó para darse un baño y la cena, nueva reunión donde comentar todos los sucesos del dia.

Curro apareció con una puñalada en la espalda, que afortunadamente era de pega.

Tras la cena, la entrega de trofeos de la carrera de karts y el sorteo de premios que Curro se había preopcupado de ir recopilando durante todo el año y anunciandolos en bmwmotos.com, foro de clásicas. Y ciertamente, eran buenos premios: tres GPS, cuatro kits de revisión para las BMW (filtros y bujias), cajas de vino, cajas de chocolates, monos de mecánico, etc.

Con esa cantidad de premios, casi todos nos llevamos algo, y nosotros no salímos mal parados, pues nos tocaron unas botellitas de vino y un kit de revisión para la moto. El vino a la salud de Curroalb.
Tras la cena, nuevo paseo por la noche de Benidorm, aunque esta vez muy cortito, que nos esperaban otros 650 km para el dia siguiente y ya llevabamos bastante cansancio acumulado.

Por la mañana, desayuno, despedidas y carretera. No hubo incidentes y llegamos a Sevilla a las cinco y pico de la tarde. Deshicimos el equipaje y dejé preparada la moto para llevarla a Ronda al dia siguiente a cambiarla por la R80ST y dejarla preparada para cuando me diga Minchan quitarle las culatas para cambiarle válvulas y ponerle doble encendido.
Muchisimas gracias, Curro, por todo el idem que te has pegado y por lo bien que nos lo hemos pasado gracias a tu esfuerzo.

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