Este fin de semana no se me ha olvidado la cámara; es más, quizás fue lo primero que puse en la bolsa de depósito, incluso antes que las botellas de la horquilla.
El camino ha estado algo húmedo hasta Ronda, con chubascos intermitentes y sin nada especial que relatar salvo que es la primera vez que cojo autovía con la estúpida nueva reglamentación de no sobrepasar los 110 km/h. En parte es bueno, porque desde Sevilla hasta Utrera me ha dado tiempo a ir cambiando las bujias, revisar el filtro del aire y ver una película en el mp4; no le he sacado brillo a los radios de la R80ST de milagro, porque tiempo daba para todo. Menos mal que eso se acaba pronto y una vez en las carreteras donde no han cambiado los límites de velocidad las cosas han vuelto a ser como antes. En fin, otra memez más de nuestro gobierno, que ya no sé si lo que buscan es cabrearnos cada dia un poquito más para ver hasta donde llegamos o es que de verdad son tan ineptos que no saben hacer nada más. En fin, dejemos el tema que es muy temprano para cabrearse.
Cuando llegué a Ronda me encontré el panorama que había dejado el último dia, o sea, esto:

Para empezar a trabajar me puse con las botellas. Ya le había dado varias manos de lija progresivamente más finas, así que me puse a pulir, pero eso era extremadamente lento para la de cosas que tenía que hacer, así que en cuanto me aburrí abandoné el pulido y las dejé más o menos con este aspecto:
No están "a espejo" ni mucho menos, pero creo que están algo mejor de como estaban, en negro con multitud de chinazos. La próxima vez que las quite les daré una nueva ración de pulido e intentaré llegar al final sin aburirme.Monté las botellas pero no les he echado aceite, porque con la moto en todo lo alto es bastante incómodo, pero de todas fromas me apunto que hay que rellenar cada una de ellas con 230 cc de aceite para horquillas SAE 5 ó SAE 10. Supongo que pondré el SAE 10 porque dentro de nada empieza a hacer calor.
Después de las botellas, el guardabarros, que, como me pasa siempre, lo tuve que montar dos veces para acertar su posición, y la rueda delantera a la que no le he cambiado el neumático porque este todavía aguanta un poco más. Las pastillas de freno delanteras están algo gastadas; hay que vigilarlas de vez en cuando.De aquí me fui a la parte trasera, ya que había que cambiar la rueda completa, que la goma estaba en las últimas. El neumático Continental me ha durado desde los 28300 km que marcaba cuando lo cambié hasta los 33743 que marcaba ahora,
es decir cinco mil cuatrocientos kilómetros. Lo que ya sabía de este neumático: es blando y ya viene cuadrado de fábrica, con lo que en los primeros kilómetros no va mal, pero al poco tiempo te vuelve la moto muy perezosa para las curvas, especialmente las enlazadas. No lo volveré a poner más.Para quitar la rueda trasera, lo que hay que hacer es aflojar el tornillo que asegura el eje, quitar el eje, quitar el tirante del freno, y lo mas importante: aflojar la presión del neumático, porque si no, no sale.
A continuación lo monté en la otra llanta
y la equilibré, cosa que no había hecho el otro dia esperando a montar el disco para no tener que trabajar dos veces.Antes de montar la rueda había otras cosas que hacer, como quitar el guardabarros rojo, que si no iba a dar el cante toda la moto negra y el guardabarros trasero rojo.
Acabado de montar el guardabarros, lo procedente es volver a montar la rueda.
El misil amarillo está en la puerta mirándome, que ya tiene ganas de estirarse. Nos volvemos a buen paso y sin que nos caiga agua hasta que entramos en la SE30. Desde allí a mi casa unos cinco kilómetros y un aguacero de muchísimo cuidado, tanto que se me ha calado hasta el casco. La semana que viene arreglaré, espero, el depósito y ya veré con cual me vuelvo, que hace ya mucho tiempo que tengo la R65 en dique seco y le convendría estirar los radios.
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