domingo, 13 de marzo de 2011

243.- MONTANDO LA R100RS (OTRA VEZ)

Este fin de semana no se me ha olvidado la cámara; es más, quizás fue lo primero que puse en la bolsa de depósito, incluso antes que las botellas de la horquilla.
El camino ha estado algo húmedo hasta Ronda, con chubascos intermitentes y sin nada especial que relatar salvo que es la primera vez que cojo autovía con la estúpida nueva reglamentación de no sobrepasar los 110 km/h. En parte es bueno, porque desde Sevilla hasta Utrera me ha dado tiempo a ir cambiando las bujias, revisar el filtro del aire y ver una película en el mp4; no le he sacado brillo a los radios de la R80ST de milagro, porque tiempo daba para todo. Menos mal que eso se acaba pronto y una vez en las carreteras donde no han cambiado los límites de velocidad las cosas han vuelto a ser como antes. En fin, otra memez más de nuestro gobierno, que ya no sé si lo que buscan es cabrearnos cada dia un poquito más para ver hasta donde llegamos o es que de verdad son tan ineptos que no saben hacer nada más. En fin, dejemos el tema que es muy temprano para cabrearse.
Cuando llegué a Ronda me encontré el panorama que había dejado el último dia, o sea, esto:

El depósito de gasolina se había quedado a un lado comprobando la estanqueidad

y pude comprobar que no era completa, lo que pasa es que la pérdida es pequeña y ya me tiene en duda sobre si pierde por la soldadura o lo hace por el grifo. De todas formas es algo que no me corre demasiada prisa averiguar, así que lo dejo para la semana que viene, en que le daré una lijadita a la soldadura en frío, haré un par de pruebas e intentaré solucionarlo, bien por fuera, bien por dentro.
Para empezar a trabajar me puse con las botellas. Ya le había dado varias manos de lija progresivamente más finas, así que me puse a pulir, pero eso era extremadamente lento para la de cosas que tenía que hacer, así que en cuanto me aburrí abandoné el pulido y las dejé más o menos con este aspecto:

No están "a espejo" ni mucho menos, pero creo que están algo mejor de como estaban, en negro con multitud de chinazos. La próxima vez que las quite les daré una nueva ración de pulido e intentaré llegar al final sin aburirme.
Monté las botellas pero no les he echado aceite, porque con la moto en todo lo alto es bastante incómodo, pero de todas fromas me apunto que hay que rellenar cada una de ellas con 230 cc de aceite para horquillas SAE 5 ó SAE 10. Supongo que pondré el SAE 10 porque dentro de nada empieza a hacer calor.

Después de las botellas, el guardabarros, que, como me pasa siempre, lo tuve que montar dos veces para acertar su posición, y la rueda delantera a la que no le he cambiado el neumático porque este todavía aguanta un poco más. Las pastillas de freno delanteras están algo gastadas; hay que vigilarlas de vez en cuando.

Toda la parte delantera, pues, está puesta; no obstante, me siguen mosqueando dos cosas: se me caen las gomas del carenado por las que pasan las barras de la horquilla, que supongo que habrá que pegarlas, aunque no sé qué pegamento usar,

y que me han sobrado dos tornillos, que, además sé que van cada uno a un lado de la moto por el sitio en que los dejé; son M 5x20 de cabeza hexagonal, pero no consigo encontrar su sitio. Eso es lo que pasa por dejar las cosas de una semana para otra. Ya cantará la gallina en cuanto la baje de la mesa.
De aquí me fui a la parte trasera, ya que había que cambiar la rueda completa, que la goma estaba en las últimas. El neumático Continental me ha durado desde los 28300 km que marcaba cuando lo cambié hasta los 33743 que marcaba ahora,

es decir cinco mil cuatrocientos kilómetros. Lo que ya sabía de este neumático: es blando y ya viene cuadrado de fábrica, con lo que en los primeros kilómetros no va mal, pero al poco tiempo te vuelve la moto muy perezosa para las curvas, especialmente las enlazadas. No lo volveré a poner más.
Para quitar la rueda trasera, lo que hay que hacer es aflojar el tornillo que asegura el eje, quitar el eje, quitar el tirante del freno, y lo mas importante: aflojar la presión del neumático, porque si no, no sale.

Como iba a cambiar no solo el neumático, sino tambien la llanta (ya se había preparado el cambio en dias anteriores) quería comprobar si el disco estaba aún en buen uso. Lo quité

Medido el espesor, resultó que tenía 0,207 pulgadas; como el límite es 0,18, eso quiere decir que está en perfecto estado de uso.

A continuación lo monté en la otra llanta

y la equilibré, cosa que no había hecho el otro dia esperando a montar el disco para no tener que trabajar dos veces.

Por cierto, Roberto ¿ves el puntito amarillo al lado de la válvula? Es para que veas que existen, que no es un invento mio.
Antes de montar la rueda había otras cosas que hacer, como quitar el guardabarros rojo, que si no iba a dar el cante toda la moto negra y el guardabarros trasero rojo.

En menos de lo que se tarda en contarlo se convirtió en negro

Y repasando la foto estoy viendo que a este paso le voy a tener que pedir comisión a la Cruzcampo por publicidad directa, directísima, en este blog.
Acabado de montar el guardabarros, lo procedente es volver a montar la rueda.

Por supuesto que si no se desinfla, tampoco entra; eso sí, a la hora de inflar no hay mucho problema, ya que con la válvula apuntando al lateral el engorro que suponía antes la operación, ahora ha desaparecido.

Tomo nota del neumático que pongo y de los kilómetros, que ya los apunté antes, y sigo con el montaje.

El turno ahora le toca al asiento y el colín. Hay que repasarlo un poco, porque los ganchos de anclaje al subchasis estan un poco ladeados y el cierre no llega a ser perfecto, pero con unos apretoncitos de alicates todo vuelve a su sitio.

Quito los escapes originales, que estan suplicando un nuevo lijado y pintado y coloco los Hoske.

Tambien coloco la parrilla portaequipajes y dejo pendiente de poner el artilugio antirrobo de cascos.

Y con esto doy por finalizada la jornada de trabajo.
El misil amarillo está en la puerta mirándome, que ya tiene ganas de estirarse. Nos volvemos a buen paso y sin que nos caiga agua hasta que entramos en la SE30. Desde allí a mi casa unos cinco kilómetros y un aguacero de muchísimo cuidado, tanto que se me ha calado hasta el casco. La semana que viene arreglaré, espero, el depósito y ya veré con cual me vuelvo, que hace ya mucho tiempo que tengo la R65 en dique seco y le convendría estirar los radios.

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