viernes, 2 de abril de 2010

193.- LA R100RS SE VISTE DE ROJO

Pues sí, ya era hora de que la vistiese de rojo, que tenía pintadas las piezas desde el 21 de febrero. Aun así, todavía quedaba algo por pintar. Pero empiezo desde el principio. El miércoles me fui desde el trabajo directamente a Ronda, con la finalidad de quitarle de enmedio a mi madre unos paquetes que había pedido (tres gomas y una destalonadora). Como estos días salimos a las dos de la tarde, a las tres y pico ya estaba allí. Le cambié a mi madre la moto por el coche (solo media hora) y llevé las piezas a la guarida: tres gomas (dos Dunlop para la Sprint y una Continental para la R100RS) y una desmontadora de neumáticos.

Antes de volverme para cambiar de nuevo el coche por la moto, vi que la R100RS estaba manchando el suelo; le hice una foto para acordarme de investigarlo mas tarde.

Cuando regresé a la guarida con el ánimo decidido a vestir de rojo la R100RS, me di cuenta de que el carenado no estaba pintado por su cara interna (normalmente lo llevo de color negro, con Titanlak, que da un negro satinado que me gusta, así que me puse a empapelar nuevamente el carenado.

Cargué la pistola de pintura y en menos de lo que se tarda en contarlo ya estaba todo pintado y puesto a secar al sol, incluida la pieza que se acopla al carenado sujetando los fuelles de las barras de la horquilla.

Mientras se secaban me puse a lijar uno de los dos depósitos de la R80 ST, que van a ir en amarillo y azul con una raya blanca, aunque todavía no tengo totalmente perfilado el diseño. Cualquiera diría, viendo la foto, que la pintura está estupenda, pero no es así; por debajo está saltada por muchos sitios e incluso tiene varios agujeros tapados, motivo por el cual me decidí a ponerle uno nuevo, pero reciclando, a su vez, el original.

Cuando me aburría de lijar, me daba un descansito y me iba a hacer otras cosas, como cambiarle el aceite al compresor, que ya le iba tocando (le he puesto 150 cc de SAE 10-40 sintético)

e investigar el origen de las gotas de aceite de debajo de la R100RS, que no era otro que la tapa de balancines, así que le dí un pequeño apretón y me olvidé de las pequeñas pérdidas.

Cuando me aburrí de lijar, que eso es una operación a muchos días, porque no es solo el depósito, sino unas cuantas piezas más las que van a pasar por la lija, me puse a montar las piezas rojas en la R100RS. Quité el asiento con el colín

y el guardabarros trasero,

y le puse el guardabarros recortado en color rojo

y el asiento con el colín rojo y sin portaequipajes.

Con esto pensaba dejar el día zanjado y volverme a Sevilla, que la finalidad del viaje solo había sido dejar preparados los neumáticos para cambiarlos el próximo sábado, pero el neumático de la R100RS estaba listo de papeles, cuadrado y sin dibujo alguno en la banda central (solo ha durado 6.100 km) y el trasero de la Sprint me tenía reservada una sorpresita en forma de clavo:

En estas condiciones no me iba a llevar la Sprint, porque lo mas normal era que me tuviese que poner a arreglar el pinchazo a mitad de camino, y aunque es fácil de arreglar y llevo los útiles necesarios en la caja de herramientas, el sol estaba ya bastante bajo y no tenía ganas de aventuras. Descartadas estas dos, probé con la R65, que se negó tercamente a arrancar, hasta que agotó la batería. Visto lo visto, puse a cargar la batería de la R65 y llamé a casa diciendo que me quedaba a dormir, y así de paso seguía haciendo alguna otra cosa.
Seguí trabajando en la R100RS; le puse el guardabarros delantero rojo

y ya la metí dentro de la guarida y la subí a la mesa. ¡Cada vez que pienso la de veces que me agaché y me levanté cambiando guardabarros cuando podía haberlo hecho todo encima de la mesa desde un principio...!
Saqué toda la gasolina (estaba lleno el depósito) y la distribuí entre las demás motos a modo de préstamo, para pasarla posteriormente al depósito rojo, y quité el depósito blanco

encontrándome una desagradable sorpresa, que estaba lleno de virutas de plástico del que usamos para revestir las paredes; así, pues, al cabo del tiempo no solo se despega, sino que además se enrolla sobre sí mismo, dejando sin protección las paredes y formando una montaña de residuos en el fondo. Todo esto salió agitando el depósito con el agujero hacia abajo, y todavía quedaba bastante dentro.

Teniendo en cuenta que a este depósito se le hizo el saneamiento interior allá por el 2005, podemos calcular que el revestimiento de las paredes no dura más de tres o cuatro años. Mala cosa. Habrá que investigar otras soluciones; tal vez otras resinas plásticas distintas.
Con esto dejé la faena; me preparé una cena ligera y me fui a la cama pronto.
Por la mañana me puse con el neumático trasero de la R100RS. Es un Continental, el mismo que tenía montado y que solo me ha durado seis mil kilómetros, quedando de esta guisa con esos pocos kilómetros. He montado esta nueva foma con 28300 km en el marcador, así que debe durar hasta los 34000 aproximadamente.

No debería haberlos montado nunca, y si los he comprado otra vez ha sido por no desequilibrar la rueda delantera y la trasera. En cuanto los gaste, me vuelvo a los mios de siempre, los Bridgestone BT45 sin cámara, y será pronto, porque no pienso tener piedad con estas gomas. En resumen, estos Continental totalmente desaconsejados: son blandos y agarran bien, pero no permiten filigranas porque ya vienen cuadrados de fábrica, así que no te dejan tumbar a gusto y hacen la moto torpe en tramos revirados. Encima duran poco y son casi del mismo precio que los Bridgestone; en realidad son algo mas baratos, pero no compensa.
Bien, el caso es que para desmontar el neumático viejo empecé a usar la desmontadora de neumáticos que he comprado, pero no me ha servido más que para destalonar, porque a la hora de sacar el neumático viejo se me ha roto la punta de nylon del desmontador y me he quedado con las ganas.

Al final he tenido que recurrir a mis desmontadores de toda la vida y cambiarla como he hecho siempre.

Y yo que pensaba que con esta maquinita se me habían acabado las lumbalgias por cambio de gomas...
Resuelto el problema del neumático, seguí con lo que había empezado el día anterior. Ahora le tocaba el turno al depósito de gasolina. Le puse los grifos con un poquito de Nural 60, que no sé si irá bien pero como no tenía otra cosa a mano para mejorar la estanqueidad, pues lo puse.

Y el depósito a su sitio.

Quité el carenado blanco, que tiene guasa la de tornillitos que tiene...

y puse el carenado rojo con todas sus tonterías y perejiles.

Al final solo no funciona el voltímetro, y sé por lo que es: se me ha roto la clavija de conexión del positivo, de forma que no hay quien lo deje en su sitio. A ver si encuentro una clavija o si invento una, pero por ahora no me preocupa mucho. También sería conveniente buscarle una bombilla que ilumine menos, porque resalta demasiado en comparación con los demás relojes.
A continuación, y antes de probarla, fregué a conciencia (bueno a media conciencia) las otras tres motos y las dejé secándose a la sombra.

La R100RS, por su parte, arrancó perfectamente y se quedó esperándome hasta que acomodé a las otras tres dentro de la guarida.

El viaje de vuelta lo hicimos estupendamente, y como prometí no he tenido piedad con las gomas, ni en curvas ni en frenadas. Con el doble encendido la moto va mejor; sube un pooc más rápido de vueltas, pero tampoco es una exageración respecto a como iba antes, que ya iba bastante bien.
El sábado, más.

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