sábado, 10 de abril de 2010

195.- VIENTO, VIENTO Y VIENTO

Este sábado tenía que haber hecho muchas cosas, especialmente de pintura, ya que tengo encima de la mesa unas cuantas piezas para darles una imprimación-aparejo y otras cuantas ya listas para pintar. Lógicamente, cuando uno tiene esos planes, lo normal es que se levante una ventolera de muchísimo cuidado y te arruine el proyecto. Lo tengo más que comprobado: tengo que irme sin planificación alguna y, según esté el día, hacer una u otra cosa.
Había quedado con Spinner a las nueve, como hacemos últimamente, para irnos y trabajar juntos. A la ida llevaba la R80ST, y me iba acordando todo el camino del chiste aquel de la vaca sacando la lengua a la izquierda, tal era la presión que me iba metiendo Spinner con la R65. Desde luego ha mejorado bastante desde semanas anteriores. Se ve que le va cogiendo el aire a la R65, por lo menos en rectas, que cuando llegaron las curvas ya cambió un poco el panorama, pero todo se andará. De todas formas,. el dia no estaba como para hacer filigranas, porque hacía viento de todas partes y de todas las formas posibles, del sur, del norte, racheado y continuo, según las zonas. Total que el viaje de ida fue bastante movido (de uno al otro lado de la carretera). Baste decir que cuando llegamos, además de tener las manos ateridas de frio, tuvimos que aparcar las motos con la proa al viento, porque si las poníamos de lado, nos las tiraba del caballete.
Mientras Spinner se liaba con los carburadores y los cables bowden

yo preparaba los soportes de los intermitentes, que a la vez van a ser las sujeciones de la cúpula, para que quedasen presentables. Un cortecito

y voilá. Bien ajustados.

Este era el segundo paso que tenía que haber hecho, porque el primero era pintar la cúpula, y mientras se secaba hacer todo lo demás, pero con ese viento... ¡ni pensarlo! podía haber pintado toda la Serranía sin que le cayese una gota a la cúpula.
A continuación me puse a desmontar la tija superior para colocar los soportes del carenado y de los intermitentes en su sitio, esto es, en las barras de la horquilla. Primero desmonté los intermitentes originales y su soporte

y las patillas del faro. Spinner, mientras tanto, seguía enredando en su moto.

Descolgué los relojes

y quité el soporte, que estaba pidiendo un poquito de renovación, por lo que lo cepillé a base de bien con el cepillo metálico y lo limpié con alcohol metílico para retirar cualquier resto de grasa y dejarlo preparado para pintar.

Spinner había desmontado el mando del starter y lo había preparado también para pintura, aunque me temo que al ser una parte muy expuesta al roce va a durar bastante poco de color negro.

Las gomas de los soportes de las orejetas del faro me dieron algo de guerra para sacarlas, porque el caucho se había adherido fuertemente al acero, pero con la ayuda de un destornillador e inyectando un poco de jabón del de montar los neumáticos dentro, las pude sacar sin mayores complicaciones.

Mientras tanto, las piezas pintadas estaban a la espera de secado, y Spinner estaba trabajando en la pinza de freno.

Un rato más tarde, tras saborear una cerveza fresquita, empezaba el montaje. Primero el soporte de los relojes,

los relojes y el faro

y los intermitentes, pero como no pude acoplarlos en el soporte de la cúpula, los volví a colocar donde estaba antes, eso sí, ahora son los pequeños, a juego con los traseros, no los grandes originales de esta moto.

Y con eso di por acabada mi jornada laboral.

Ayudé un poco a Spinner colocándole una pequeña cúpula a su R65.

Y hecho esto, nos volvimos a Sevilla con el mismo viento que por la mañana, pero ahora a ritmo bastante mas rápido. Mi R65 anda bastante más que la R80 de punta, de forma que ahora no le fue tan fácil a Spinner ponerse a mi rebufo.

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