Ayer me fui a Ronda en el misil amarillo, que esta semana se ha movido más de lo normal. Salí un poco más tarde de lo habitual, pero es que tampoco iba con idea de hacer grandes cosas, solo hacer un par de chapucillas eléctricas, lavar un par de motos, que se me ponen las pobres con la lluvia hechas una porquería, y volverme en la R65, que es a la que le toca el turno semanal.
El paseo de ida estuvo bastante bien; demasiadas neveras en la carretera, con eso de que era el primer día de puente, pero no estaba mal del todo. Esta moto, la R1100S me está gustando muchísimo; aparte de la personalidad que le da el motor boxer, con unos bajos magníficos, se deja tumbar sin problemas hasta casi rozar los cilindros, y encima lo hace facil. La frenada es bestial; estos días atrás, con la que ha caido de agua, he estado probando el ABS; en la rueda trasera no tenía problemas para hacerlo funcionar bloqueando la rueda, pero en la delantera no he conseguido que funcione, y eso que el piso estaba mojado; es más en alguna ocasión me ha levantado la rueda trasera sin llegar a entrar el ABS. Cuando le coja confianza me parece que vamos a llevarnos muy bien esta moto y yo.
Cuando llegué a Ronda, y despues de los preliminares (encender el ordenador y el compresor, darle el parte telefónico a mi mujer y limpiar el casco) me puse enseguida a la tarea. Lo primero adornar un poco la pared con dos medios cascos; el blanco es un Shoei, con el que me pegué la piña el siglo pasado, y del que la mitad más dañada la guardo en mi cuarto para que me recuerde eso que siempre digo, que del límite hasta el suelo no hay más que un pelo; el negro es un Levior de carbono que era muy bueno, pero que ya ha cumplido sobradamente su misión de aguantar diez años de servicio y se ha desintegrado totalmente por dentro, asi que ha pasado al sitial de honor de los cascos: medio en mi cuarto y otro medio en la guarida.
Por cierto, como decía Serrat en una de las canciones de su decadencia, a la pared no le vendría nada mal una mano de pintura.Acabado el tema decoración, me puse con la electricidad. Desde que entró el otoño la R65 y la R80ST están teniendo problemillas de arranque, y es que las baterías, cuando entra el frio, sufren un montón y se quedan sin chicha para mover los perolos, asi que lo primero que hice fue ponerlas a cargar a las dos, después de comprobar que no arrancaban.

Lo primero, quitar el viejo, que estaba el pobre un poquito oxidado. Lo limpiaré y lo guardaré, por si hiciera falta en una emergencia.

Y despues, poner el nuevo. De entrada lo voy a probar durante esta semana a ver si no tengo que regularlo, y si veo que la batería sigue dando problemas lo forzaré a cargar un poco más.
Hubo que desmontarlo todo y volver a soldarlo, y ahí sí que eché de menos una tercera mano para sujetar. Finalmente todo quedó aceptablemente bien, pero he visto que la pletina que sujeta el piloto y la matrícula al guardabarros está un poco (bastante) rota, así que habrá que hacerle un apaño dentro de poco. Por lo menos los leds funcionan bien.
Otra cosa eléctrica que tenía que hacer era arreglar el claxon del misil amarillo, que había dejado de funcionar esta semana pasada. Yo pensaba que habría sido por la de agua que nos ha caido a los dos, pero una vez asomado al interior comprobé que es que se había soltado un cable. De todas formas, el claxon que tenía no le pegaba absolutamente nada,
ya que sonaba más a pito de feria que a otra cosa. Busqué entre las piezas antiguas y encontré uno que no sonaba del todo mal, asi que se lo coloqué y ahora ya me van a oir ¡Digo si me van a oir!Para acabar, y antes de volverme para Sevilla, lavé a conciencia el misil amarillo (me la habían meado los perros de Manolo y le ha llovido casi todos los dias)
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