Acabo de volver de pegarme un palizón de trabajo que para mí se queda, y encima me he vuelto con la insatisfacción de no haber acabado lo que empecé.
El viaje de ida lo hicimos con la R65, que, francamente, se queda algo cortita para viajar a dúo, lo que no quita que sea agradable viajar con ella, pero cuando llegas, miras el reloj y te preguntas ¿de verdad hemos tardado tanto? es cuando te das cuenta de que es una moto con algunas limitaciones.
En cuanto llegamos, nobleza obliga, lo primero que hice fue intentar reparar el error de la semana pasada, así que a la mesa y a cambiarle el aceite de la caja de cambios. El tapón de vaciado tiene un imán para recoger las partículas, y he de decir, con gran alivio, que prácticamente estaba limpio; de hecho tenía bastantes menos partículas que cuando lo vacié la semana pasada. El aceite tampoco tenía partículas en suspensión; incluso dejándolo un rato para que precipitasen, no se veía que hubiese prácticamente nada.
La goma que traía, ya había visto que es una goma para rueda delantera, luego no se debe poner en la trasera, pero es que, además, estaba puesta al revés, es decir, con el sentido de giro inverso, así que se imponía el cambio lo antes posible, que tenía mas peligro que un tiroteo en un ascensor.
La llanta tampoco estaba muy buena, y ademas quiero ponerlas en negro desde hace tiempo, al igual que un juego de la R100RS. Quité la rueda y dejé al aire el sistema de frenado de tambor, con bastante porquería.
Y después, a destalonar la gomaA continuación, empapelé la llanta para que no se pringara lo que no se tenía que pringar, y la dejé reservada para cuando llegara la hora de la pintura.
Desmontar una rueda y sustituirla por otra resulta bastante facil. Lo complicado es destalonar, quitar la cubierta, quitar la cámara, meter la cubierta, meter la cámara, volver a talonar... pero así, cambiar una rueda por otra, en un momento. Y así quedaron (al fondo, junto a la ventana, las ruedas recién quitadas esperando su turno de desmontaje, limpieza y pintado):
Y con esto se acabó el trabajo el sábado. Un bañito y a dar un paseo por Ronda, pero no muy largo, que estaba reventado. Si es que está uno desentrenado a salir por ahí...El domingo me levanté a las 7,30 de la mañana y recibí al sol desde la puerta de la guarida, que, por cierto, hay que ver lo rápido que sube en verano... y lo que calienta el puñetero.
Desmonté las dos llantas de la R100RS y me pasé toda la mañana limpiando restos de porquerías y puliendo llantas
La cara que se le queda a uno después de lijar viene a ser como esta: pringue negra por todas partes unida a copioso sudor (y eso que ya no llevaba el mono).
Mientras se secaban las llantas estuve ordenando un poco los cajones de la guarida, que estaban bastante desordenados, de forma que encontré un montón de piezas que tenía pendientes de cambiar y que como mi estimación del tiempo que van a durar es tan exacta, por ahí andan todavía (pastillas de freno, válvulas para montar las cubiertas sin cámara, juntas de culatines...). De todas formas, bueno es saber que están por ahí.Y cuando ya estaba todo seco (menos yo) cargué la pistola de aparejo y les di una mano a las tres llantas (la trasera de la R65 y las dos que había desmontado el dia anterior de la R100RS). Esperé un ratillo a que se secaran, intervalo que aproveché para ver qué demonios estaba haciendo Maricruz, que estaba como el probe Miguel, que hacia mucho tiempo que no salía y que no me estaba sacando reportaje fotográfico de mis labores, y me la encontré repantigada en el sofá viendo los preliminares de la Fórmula 1. ¡Qué mal gusto! todavía si fuesen motos...
Nos fuimos a Ronda, nos despedimos, y para Sevilla. El camino bien, salvo por el terrible calor, y las gomas que he montado, las Continental, una auténtica tortura en curvas enlazadas. Hacen la moto mucho mas pesada en cambios bruscos de dirección. Sin embargo, mientras no se le pidan esfuerzos a la dirección, van muy bien, de forma que en recta, en curvas amplias y, sobre todo, en ciudad, moviéndose por entre dos filas de coches, van bastante bien. Mi consejo: que no se las compre nadie. Sigo con las BT45 que van de lujo para esta moto, aunque duren poco. De todas formas, ya veremos cuanto duran estas...
Antes de volvernos me despedí de la Sprint
y fui al huerto de mi hermano a echarle una visual, que sé que él lo mirará desde la foto que yo le ponga.
Antes de volvernos me despedí de la Sprint
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