Sin preámbulos ni nada: ¡Espectacular! Este es el nuevo aspecto de la Honda, una vez pasada por pintura. Le faltan los adornitos (doble fileteado y anagramas de la marca) en negro, así que a partir de ahora, y en contra de mi costumbre, respecto a ponerle nombres a las motos, esta se va a llamar Maya, como la abeja del país multicolor.
Pero, empecemos por el principio: como siempre, paseito hasta Ronda con la BMW en una mañana no fría, pero que no apuntaba nada bueno por la de nubes que había. Al menos no hacía viento, aunque la carretera estaba mojada, y esta vez, hasta Utrera, los civiles los llevaba delante y no detrás, con lo que el control era mejor que el otro día; solo era cuestión de no acercarse mucho. Y no es que tenga nada contra los civiles, que normalmente nos llevamos bien y yo suelo tener toda la moto en regla y respeto mas del 99% del Reglamento General de Circulación, pero cada vez que lo paran a uno le pueden amargar el día (y el mes). Por supuesto, como el día estaba regularcillo y solo eran las nueve de la mañana, de motos, nada de nada. Solo salen como los caracoles, cuando hace sol. Bien, no nos perdamos en detalles superfluos. Llegué a Ronda con la intención de pintar como fuera, y así fue. El aspecto de la mañana no era lo mas propio para pintar: suelo mojado, cielo amenazando lluvia en cualquier momento, 11 ºC... La BMW se quedó mirando para el garaje a ver qué demonios se me ocurría, y es que ella también quiere que le haga sus cosillas, y no solo de pintura sino de una puesta a punto y limpieza de carburadores que está pidiendo a gritos desde hace un par de semanas.
Lo siguiente que hice fue darle una última mano de lija a todas las piezas, con lija de agua de grano 1000 (12.38 horas). Tuve que secarlas usando el compresor, porque el día no estaba como para secados rápidos a la intemperie.
A continuación monté un pequeño tenderete medio fuera, medio dentro, por si acaso rompía a llover, y coloqué todas las piezas encima (13.09 horas). También cubrí el suelo con papel de periódico para evitar broncas posteriores (la gente no entiende el arte, y si no que se lo pregunten al artista ese que se ha llevado un pastizal por la cúpula de la ONU que ya se está cayendo).
Y mientras se secaba la imprimación, me fui a preparar la pintura. En proporción 2 pinturas:1 catalizador y un chorreoncito de disolvente para hacerla mas suave. Todo esto siguiendo las indicaciones del señor de la tienda de pinturas. No preparé toda la pintura, sino que guardé aproximadamente una tercera parte por si me hacía falta posteriormente. (13.28 horas).
El compresor ya llevaba un rato cargado (había estado trabajando secando los plásticos, cosa que según pude ver después, no había logrado completamente) y solo quedaba echar la pintura en la pistola y empezar a pintar. Todo bien, salvo que creo que debería haber abierto un poco mas la salida de pintura e incluso el área de dispersión, pero para una primera mano creo que no estaba del todo mal. Esperé un poquito para poder dar la vuelta a las piezas sin pringar mucho, y las puse del otro lado (13.49 horas).
Unas pasaditas mas de pintura y aquello empezaba a quedar mas o menos bien, lo mirase desde donde lo mirase.
Y ya puestos, pues me salió el demonio de la impaciencia, y en vez de dejarlo todo como estaba, me sugirió que qué tal quedaría aquello colocado en la moto, incluso con el asiento, que ya estaba tapizado. No sé por qué, ese demonio siempre me convence, así que me puse manos a la obra. Primero, pulir un poco el tapón de la gasolina y colocarlo (15.17 horas).
Después, y segundo fallo después del de echarle cuenta al demonio de la impaciencia, monté el guardabarros delantero (15.53 horas).
Un par de arañazos que habrá que reparar. Cualquiera se habría parado aquí y no habría intentado seguir mas allá. Cualquiera menos yo. ¡Faltaría más!. A continuación el colín, previa limpieza y pulido del asa del pasajero (16.12 horas).
Total, que tengo que volver a desmontarlo todo, darle una manita ligera de lija del 1000 para matizar un poco la pintura y volver a darle una nueva capa a todo. Menos mal que por lo menos guardé una tercera parte de la pintura. Aunque haya estropeado algunas cosas no estoy descontento, es más, creo que no me ha quedado nada mal y me da fuerzas para empezar a meterle mano próximamente a la pintura de la BMW. Ya voy aprendiendo algo de pintura. La próxima será bicapa.Me volví a Sevilla en la Sprint, en parte para cargarle algo la batería y en parte porque tenía ganas de curvear un poco, que para eso estoy de vacaciones hasta enero.


No hay comentarios:
Publicar un comentario