domingo, 14 de diciembre de 2008

97.- LIMPIEZA DE ESCAPES DE LA HONDA Y OTRAS ZARANDAJAS

La tarea principal que me había impuesto para hoy era preparar lo que pinté el otro día para darle la última mano de pintura. Y teniendo en cuenta el día que ha hecho, meteorológicamente hablando, casi mejor hubiera sido dejarlo para otro día. Lluvia, viento y frío me han acompañado a la ida, durante la estancia y a la vuelta. La Sierra de Grazalema estaba nevada, y se veía muy bonita yendo para allá, por encima de Zahara y el pantano, pero no le hice fotos pensando en hacerlas a la vuelta, pero por la tarde todo estaba tapado de nubes bajas y lluvia intensísima, y no se veía la Sierra. El lunes haré unas fotitos, aunque sea desde lejos. También estaba nevada la Sierra de las Nieves, y se veía a Ronda, desde el Peñón de Murex con una guirnalda blanca por encima. La temperatura, durante todo el día no subió de los 6 ºC, y en el taller, medida por el termómetro del carenado de la BMW, no pasó de 7,2 ºC. Por lo menos dentro del taller no hacía viento y no llovía, con lo que medio se podía trabajar. Lo malo era lavarse las manos... El agua de la pila estaba helada y la que salía por el grifo venía con cuchillas de hielo, o eso me parecía, por lo que dolía. Solución: usar guantes y lavarse menos las manos. Si lo hiciera más a menudo las tendría mejor, pero es que los guantes de cirugía duran el tiempo de tropezar con el primer tornillo. Tengo que buscar unos guantes mejores.
Bueno, vamos a lo que vamos: la tarea principal era matizar un poco lo que pinté el otro día para prepararlo para la pintura. Para ello, y dado que gracias a mi impaciencia se había quedado todo montado, había que empezar por desmontarlo: quitar depósito, colín y tapas laterales y asegurar la moto de la parte trasera para poder quitar la rueda delantera sin que se caiga de boca, con lo que duele eso.

A continuación, quitar la rueda delantera (estoy aprendiendo a hacerlo en un tiempo récord); quité el guardabarros y volví a montar la rueda, pero esta vez dejándola solo apuntada, ya que habrá que desmontarla nuevamente para montar el guardabarros cuando esté acabado.

Seguidamente me puse a la tarea de lijar, primero con lija muy fina (grano 1000), y después con lana de acero ultrafina, todas las piezas. Tras un buen rato de lijado quedaron con la superficie mate, dispuestas a acoger la última capa de pintura.

El próximo día, justo antes de pintar, las limpiaré a fondo con disolvente y un trapo limpio.
Con esto quedó acabada la tarea del día, pero aun era temprano y no tenía otra cosa importante que hacer, así que me dediqué a hacer algunas pequeñas cosas que tenia pendientes, como cambiar el asiento de la BMW. Resulta que como tengo dos colines y dos asientos, en tanto se tapizaba uno, había tomado prestado el otro para poder usar la moto. Una vez tapizado, vuelvo a colocar cada uno en su sitio y todo vuelve a su lugar.

Y después, a guardarlo todo. Aquí están las piezas que quiero pintar en rojo Ducati para poder vestir la moto en plan deportivo (los dos guardabarros, el depósito y el colín) pero antes tendré que pintar el carenado, deposito y colín que tiene puestos de negro serio con dos rayitas plateadas. Ya veremos cómo funciona eso, que está previsto para la primavera.

Otra pequeña tontería que quedaba por hacer era limpiar las maletas de la BMW, que se habían quedado así de guarras después de engrasarles las cerraduras.

He usado un reparador de parachoques y no ha quedado nada mal. A la izquierda la que he limpiado; a la derecha la sucia, y aunque no se aprecia excesivamente bien en la foto, estoy muy contento con el resultado.

Y después de esto ¿qué? ¿me doy un paseito por la Sierra con la que está cayendo? ¿me voy para Sevilla o sigo haciendo cosas? Total, solo son las dos y cuarto... Me animo y me pongo a desmontar-limpiar-montar la Honda, que falta le hace. Para empezar, los escapes. Lo primero que hay que hacer es consultar cómo se quitan. El manual de Honda trae unos esquemas que explican no solo los pasos a seguir (numerados) sino también los pares de apriete de cada uno de los tornillos. Muy práctico, si señor.

Siguiendo los pasos numerados me fue relativamente fácil desmontar los dos escapes del lado izquierdo.

Otra cosa fue el silenciador, que se resistió y al final salió ganando él, porque no conseguí separarlo de los colectores. Tampoco era imprescindible quitarlo para limpiarlo todo, así que no puse un empeño exagerado en sacarlo, todo hay que decirlo.

Todo tenía bastante mugre, pero acostumbrado como está uno a lo que tenía la OSSA, me pareció medio limpio.
Los tornillos que sujetaban los colectores a las culatas tenían porquería para adecentar una cuadra nueva. Un poco de limpieza y cambio espectacular. ¡Si hasta resulta que eran cromados...!

Lo mismo sucedió con los colectores y el silenciador izquierdos: tras una buena mano de cepillo de latón y un poco de limpiametales (sin exagerar) quedaron bastante aparentes, y si no, compárense con los del lado derecho.

A continuación desmonté los colectores y el silenciador del lado derecho.

En este lado sí que me fue fácil separar colectores y silenciador, así que pude limpiarlos con mayor facilidad (no es lo mismo limpiar un cacharro de un metro y pico que uno de medio metro y la mitad de peso).

En la unión de los colectores encontré un pequeño poro

que tuve que tapar con una soldadura. Como me ocurre siempre con las soldaduras en los tubos de escape, al principio lo que consigo es agrandar el agujero, si no abrir uno nuevo, pero al final conseguí taparlo de forma adecuada. Me gustaría que alguien me enseñara a soldar, porque no lo paso muy bien con estas cosas.

Finalmente, lo monté todo. El aspecto ha mejorado notablemente.

Para el próximo día, que será el lunes, que para eso estoy de vacaciones, pintaré el depósito y los plásticos y le daré un petroleado a la Honda. Quizás le meta mano también a los carburadores, ¡que son cuatro y juntitos! En mi vida me he visto en otra. A ver qué me sale.

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