Habíamos quedado en que la BMW no arrancaba, que solo hacia click-clack al tocar el boton de arranque, sin que llegara a girar, y que como tuve visita dejé para otro día el arreglo. En este espacio de tiempo he consultado en bmwmotos.com sobre cual podría ser la causa. Tavi y Bmwero me dijeron que podría ser el relais de arranque, que lo comprobase y lo limpiase. Joeseph que podría ser uno de los dos fusibles que hay en el faro, Jalegar que podía ser la batería, Motoroto que probase a darle unos golpecitos en la carcasa para ver si se soltaba, etc. Yo, por mi parte, optimista como siempre, pensaba que iba a ser que se había soltado una de las soldaduras de las escobillas, porque teniendo en cuenta mi fama de soldador... El caso es que ayer me planté en Ronda dispuesto a dejar el asunto zanjado; cerré el circuito con el desconectador de batería, puse el contacto, toqué el botón de arranque y esto es lo que pasó:
que la moto salió andando. Si hubiese arrancado con la mano derecha en vez de hacer virguerías para sujetar la cámara, y hubiese abierto el grifo de la gasolina, no dudo que habría arrancado mucho mejor, pero de todas formas lo que interesa es que el motor de arranque se movió sin problemas.
Aún así, desmonté el depósito y mire el relais de arranque, que tenía bastante porquería; posiblemente no se hubiese desmontado desde que la moto salió de la fábrica en junio del 83.
y volví a colocar el relais en su sitio, pero ahora con mejor aspecto.
Si el fallo estaba aquí, supongo que no volverá a presentarse en otros 25 años. Si estaba en otro sitio volverá a pasar y entonces me enteraré de la causa.
Si el fallo estaba aquí, supongo que no volverá a presentarse en otros 25 años. Si estaba en otro sitio volverá a pasar y entonces me enteraré de la causa.
Para aprovechar el día, monté el cuentakilómetros de la OSSA en el faro, y continué quitándole porquería al tubo de escape y al silenciador.
Debajo de la inmensa capa de roña que tenía, el codo presentaba una serie de bollos que nos cuentan un poco lo mala que ha sido la vida que ha llevado esta moto, que ha debido andar más en horizontal que en vertical y más por caminos que por asfalto.
No veo otra forma de arreglar estos bollos que rellenándolos con metal, para lo que uso el soldador, y después lo lijaré todo muy bien, a ver que tal queda.
Y este de aqui es mi hermano Joaquin, el auentico dueño de la OSSA, por mas que sea yo el que la está intentando restaurar, y al que le prometí sacarlo en este blog. Ahí quedó.
El silenciador de la OSSA tampoco está libre de bollos, pero como aquí la temperatura es mas baja probaré a rellenarlos con algún otro método.
De todas formas, visto el estado en que se encuentra todo, el color del escape va a ser negro. A ver si este fin de semana lo dejo acabado, que ya le queda poco.