Acabo de llegar de Ronda y no he podido acabar la R80ST porque me faltaban algunas piezas. Bueno, vamos por partes. Hoy no voy a empezar por como estaba el día, si hacía frío o si la carretera estaba mojada, que las dos cosas, sino que voy a empezar contando que cuando volví la semana pasada con la R65 lo primero que hice fue pedir cita en la ITV -cumplidor que es uno- y vi que estaban totalmente ocupados lunes, martes y miércoles. El jueves no me venía muy bien, y el sábado la hora que tenían libre era a las 11,30, con lo que me rompía todo el día, así que me decidí por el viernes. Ayer me fui todo contento a cumplir con mis deberes de ciudadano pagano, aparqué la moto en la puerta de la oficina y entré. Cuando llegó mi turno me acerqué a la amable señorita y le entregué el permiso de circulación y la tarjeta de inspección técnica. Me miró, miró al ordenador y volvió a mirarme. ¿A qué hora tenía usted cita? Dentro de tres minutos, le respondí con cara de autosuficiencia sabiéndome más puntual que el más estricto de los británicos. La amable señorita volvió a rebuscar en el ordenador y volvió a mirarme, esta vez con cara de pitorreo. Si señor, dentro de tres minutos y siete días, exactamente. La cita es para el día 3 de febrero. Aun así, intenté un último recurso. Tenía el papel de la cita junto con los demás papeles. Lo saque y se lo enseñé a la amable señorita con aire de ahí te he pillado, guapetona, que traigo la cita, que para eso la imprimí. Recogió el papel, lo leyó y me lo subrayó. Efectivamente, aquí lo pone: el día 3 de febrero.
Ya no tengo edad para que se me suban los colores, pero me noté un poquito de calor por el cuello y detrás de las orejas. Recogí mis papeles en silencio y me retiré. La amable señorita, compadeciéndose de mí, acertó a decirme: lo malo es que tenemos todo el día lleno, si no, le metería en algún hueco. Ya ni insistí, balbuceé un muchas gracias, me di la vuelta y me fui.
El resto de la tarde del viernes lo pasé en casa de Roberto, junto con Luigi_bogser y el propio Roberto acabando de recomponer la moto de Angeloso, que tenía un poquito de caja de cambios desde que fuimos a Benidorm a Halloween. Cuando acabamos, a las tantas, me volví a casa y me metí en la cama. Esta noche he soñado con la amable señorita.
Cuando me desperté, a toda pastilla a Ronda, que tenía ganas de acabar la R80ST. Ya sabéis que no me gusta nada eso de dejar los trabajos a medio hacer, de ahí las prisas que llevo siempre, sobre todo con las pinturas. Me gusta empezar y acabar en el día, pero comprendo que hay veces en que es imposible, y esta vez, ademas de la semana pasada, es una de ellas.
Como me fui a toda pastilla y llevaba la R65 que no tiene maletas, opté por no llevarme unas cuantas piezas pesadas que tengo pendientes de llevarme e inconscientemente también me dejé la cámara de fotos. No pasa nada, me iba diciendo por el camino. Con la cámara de fotos del teléfono móvil se pude ilustrar medio bien la cosa. Ahora veréis como de bien.
Cuando llegué, con un poquito de frío, todo hay que decirlo, me puse a trabajar enseguida. Lo primero, montar el regulador regulable, valga la redundancia, que me buscó el otro día Angeloso para la R80ST, a ver si consigo que me cargue un poquito más la batería y que no tengamos peleas a los cuatro o cinco días de andar por ciudad. Y empieza la ración de fotos del móvil.
A continuación quité la batería, que la puse en carga, el receptáculo donde va alojada la batería, que estaba bastante oxidado y sulfatado, y la caja del filtro del aire.
El filtro de aire es un K&N y estaba bastante sucio, así que he aprovechado para limpiarlo y engrasarlo con sus productos específicos.
También me he dado cuenta de que el reenvío de la palanca de cambios estaba sujeto por arte de birlibirloque, porque el clip que tenía que sujetarlo no estaba por ningún lado, aunque lo mismo se me ha caído a mi al desmontar, pero desde luego no lo he quitado.
Menos mal que esa pieza se apaña con un clip de papeleria.
Como el propósito era ir saneando piezas, me he entretenido un buen rato en lijar el receptáculo donde se aloja la batería, lo he lavado y lo he dejado secándose. Por la tarde le di un par de manos de pintura negra y lo dejé listo para montar.
Al girar la caja de cambios, obviamente, antes había quitado los tornillos que la sujetan al bloque del motor, para desconectar el sensor de punto muerto observé que la mayor parte de las pérdidas de aceite eran precisamente por la parte de plástico de dicho sensor, que incluso giraba libremente en la parte metálica.
Lo saqué y los sustituí por uno que tenía en el cajón de las cosas que me van dando, y que era de Jaime, pero que no sé si me va a funcionar correctamente, porque es algo distinto al que tenía puesto (a la izquierda el antiguo y a la derecha el nuevo). Por si acaso, lo compro.
Aseé un poco la caja de cambios, que tenía porquería para llenar una espuerta, especialmente en la cara orientada hacia el embrague. Tras un buen petroleado y un rato de brochita y queroseno, se quedó mucho más presentable. Por si acaso, que tiene pinta de viejecito, le voy a comprar también el retén del primario, y esto es la lista del "poyaque", que me la estaba viendo venir.
Desmonté el embrague que tenía los tornillos duros de verdad, tanto que he tenido que coger la barra larga para "convencerlos" de que tenían que salir. Con la barra se han entregado sin condiciones.
Para la vuelta, pondré aquí los pares de apriete para que no se me olviden.
El disco de embrague, que mira por donde no tenía pensado cambiar, está en 3,85 mm, cuando el límite para esta moto es de 4,5 mm, así que otra cosa que hay que comprar. Este "poyaque" empieza a engordar.
Detrás del embrague había porquería como para llenar otra espuerta.
Otro buen rato de limpieza y ya podíamos empezar las negociaciones, entre ellas quitar el retén del cigüeñal.
Por cierto, el retén nuevo llevaba toda la mañana cogiendo su forma en la botella de Fino La Ina, que parece hecha especialmente para este fin,
así que en cuanto llegó el momento entró sin oponer más que la lógica resistencia de cualquier retén.
Y ahí paré la operación, porque quiero cambiar también la tórica de la bomba de engrase, otro puntito para el "poyaque".
Se vuelve a quedar todo fuera de su sitio, y lo malo es que la semana que viene es la reunión en la Venta de Alfarnate, así que voy a tener que volver a trabajar el domingo; eso suponiendo que a Todomoto le de tiempo a traerme las piezas que necesito, que me extraña.
Y a todo esto, el viernes tengo la ITV, así que me he vuelto otra vez en la R65, cosa que no me importa porque me encanta esa motillo.