Se me ha ido casi toda la semana sin actualizar el blog, pero antes de que se me acumule el trabajo me pongo a escribir un rato y a apuntar lo que hice el pasado fin de semana, pero con la dificultad de que lo mismo no me acuerdo de la mitad de las cosas, que esto de estar entrando en la tercera edad tiene esas cosas.
Me fui para Ronda a las nueve de la mañana con un tiempo magnífico. No tenía pensado pintar ni nada de eso, así que es normal que ni lloviese ni hiciese viento ni frío. Una mañana ideal para ir en moto. La R80ST se portó como siempre: despacito en las zonas rectas y en cuanto empezó a retorcerse la carretera y empezó a encontrarse en su terreno, a tumbar sin contemplaciones.
Llegué a Ronda sin incidencias dignas de mención y allí el tiempo también era magnífico: mañana soleada, sin nada de viento; véase el aspecto de la mañana en la siguiente foto:
Lo principal que quería hacer era limpiar un poco las motos y, desde luego, montarle el vestidito blanco a la R65 a ver si por fin me la podía llevar de vuelta. En menos de lo que se tarda en contarlo la tenía vestida de blanco a excepción del guardabarros delantero,
que el último dia se me había pasado repasarlo de laca pensando que había quedado bien, pero ¡qué va! tenía un par de descolgados a cada lado que estaban pidiendo a gritos lija y nueva mano de laca. Me puse a ello y bastó que se me asomase la idea de coger la pistola para que se levantase viento. No se puso a llover porque al encargado de fastidiarme los inventos de pintura no le pilló ninguna nube cerca, pero se puso a mover el aire de mala manera intentando fastidiarme el invento.
A pesar de ello, persistí en mi idea y me puse a laquear, y además aproveché para darle un repaso también a los muelles de amortiguador que pinté en amarillo allá por la época de los garbanzos de no sé que año.
Mientras se secaba la laca, aunque la laca realmente no se seca, sino que se polimeriza, intenté arreglar el sensor del cuentakilómetros, que no acaba de mandar la señal, de forma que nunca sé a qué velocidad voy, y eso, en según qué sitios te puede costar un disgusto, como por ejemplo en el drive through del Puente del V Centenario.
Tras desarmar unas cuantas veces y comprobar que mientras estaba en mi mano funcionaba perfectamente para dejar de hacerlo apenas lo colocaba en su sitio, me dio por mirar el recorrido del cable y me encontré con una pequeña rotura
que reparé con un poco de cinta aislante, pero aun así se negó tercamente a seguir marcando la velocidad, de forma que tras volver a dirigirlo junto al nuevo latiguillo de freno, opté por dejárselo a alguien más entendido que yo en electricidad para repararlo ¡Hola Jaime!
Aun no se había acabado de polimerizar la laca del guardabarros, así que me pillé la esponja y el jabón y le pegué un repaso a la R80ST, que buena falta le hacía.
Y ya, aburrido de esperar, metí el guardabarros en la guarida y aligeré el proceso con un poco de aire caliente. Cuando consideré que ya estaba bien polimerizado, lo coloqué y no quedó muy mal la cosa.
Como tenía que mover todas las motos, pues quería dejar la R100RS encima de la mesa para hacerle la semana que viene todo lo que no le hice antes de irnos a Halloween en Benidorm, aproveché para hacer algunas fotos por si me gustaba alguna para portada del blog, pero al final creo que no me quedo con ninguna.
Dejé ordenadas las motos para la semana que viene y me puse en camino con la R65.
Me encanta esta moto. Es muy manejable, inclina la mar de bien y tiene buena punta, aunque le falta un poco (bastante) de reprise, pero claro, si además tuviera potencia ya no sería una R65. El camino de vuelta lo disfruté enormemente, especialmente la parte de curvas, que como para Sevilla casi todo toca bajando, esta moto lo hace de maravilla. Frena poco de atrás, cosa que tendré que corregir próximamente porque además me toca ITV dentro de unos días y eso implica repaso general, en especial de todo lo que tenga que ver con luces; también tengo que cambiarle el piloto y los intermitentes traseros, que los que lleva son muy malos, ademas de no estar homologados. El freno delantero va muy bien, desde que le puse el doble disco y los latiguillos nuevos, no así el depósito del liquido de frenos, que con este manillar se queda un poco inclinado pero con la malajá de que el orificio de la bomba se queda en la parte alta y muy cerquita del nivel y eso da un poquito de miedo de que se vaya a meter alguna burbuja al pisar el freno estando tumbado hacia la derecha. Probaré a moverlo todo, y si no, a ponerle el manillar de la RS a ver cómo le queda. También le quedarían muy bien unos semimanillares que tengo por ahí localizados, pero implican quitar las caretas suyas, que me gustan tanto estética como funcionalmente. Otra cosa para ir pensando.