jueves, 8 de septiembre de 2011

259.- UNA MADURITA CON PERDIDAS

El sábado había quedado en echarle una mano a Diegofull con su moto. El objetivo era quitarle unas pérdidas que tenía por la zona trasera del motor. Pensábamos cambiar el retén del cigüeñal y el reten del primario.
Con tal fin salí de Sevilla algo más temprano de lo habitual para poder estar en Cártama con tiempo suficiente para poder desmontar y montar todo. El viaje hasta Ronda, en la R100RS, lo hice perfecto, sintiéndome muy bien con la moto, con muy buen feeling, que dicen por ahí. En Ronda cambié de moto; dejé la R100RS y cogí la R80ST, que para la zona que iba a hacer a continuación es única, pero no acabé de sentirme bien con ella en todo el camino. No entraba a gusto en las curvas, e incluso me dio algún que otro susto de la rueda delantera, cosa que no me había hecho nunca, que si por algo se caracteriza esta moto es por tener una rueda delantera que parece que va por raíles, en tanto que la trasera sí que se permite alguna que otra pequeña derrapada, sobre todo al abrir gas a la salida de las curvas. Así me pasé la ida y la vuelta, con mal feeling, y no fue sino hasta el lunes que descubrí la causa: medio kilo menos de presión en cada goma. Afortunadamente muy fácil de arreglar.
Llegué a Cártama a las once y pico, un ratillo más tarde de lo que había previsto, pero como Diego ya había desmontado media moto, íbamos bien de tiempo.



En menos de lo que se tarda en contarlo quitamos el basculante


y la caja de cambios,


encontrándonos este panorama:


Las pérdidas no solo eran abundantes, sino que llevaban ahí pegadas, amalgamándose con polvo, media vida de esta moto, que no es corta. Desmontamos el embrague marcando cómo estaban situadas las distintas piezas y nos dispusimos a darle un buen fregado a la trasera del motor, previa extracción del retén del cigüeñal.
Para limpiar bien, Diego le pegó una chupadita al gasoil del camión, poniendo la cara que os podéis imaginar ¡qué asco!. Con un buen petroleado la porquería empezó a despegarse.



Al rato de soplar gasoil con la pistola y arrancar porquería con una espátula aquello empezó a parecerse a un motor y la cara de Diego empezó a iluminarse al ver que su moto también tenía aluminio debajo de lo negro.

 


También le dimos un buen repaso al plato de inercia, de forma que a partir de ahora será fácil localizar las marcas de referencia en los laterales del mismo.


Seguidamente extrajimos, no sin esfuerzo, el retén del primario, que estaba duro como un cuerno.


Colocamos el nuevo en su sitio y tras pérdidas importantes de aceite de la caja de cambios por el respiradero, debido a las posturas en que la pusimos, acabamos con ella. Hay que tener cuidado con estas cosas, no por nada, que el aceite se sustituye, sino por cómo se pone todo el suelo de porquería.


A continuación cambiamos la junta de la bomba de aceite,


que también estaba buena... Probad a ver si una junta nueva se queda así.


Para darle forma al retén del cigüeñal, y a falta de una botella de fino La Ina, que tiene la medida buena, usamos el propio plato de inercia, que ese sí que tiene la medida exacta para el retén. Diego había metido el retén en aceite previamente. Hay que recordar que este retén se monta en seco.


Una vez bien amoldado lo pusimos en su sitio con mucho cuidado, golpeando suavemente todo el perímetro del retén hasta que estuvo bien encajado, acabando con la ayuda de un rollo de cinta de embalar que tenía la misma medida.


Seguidamente empezamos el montaje. El plato de inercia lo colocamos suavemente y fuimos apretando en cruz los cinco tornillos que lo fijan al cigüeñal, poco a poco, hasta que se introdujo totalmente en el retén del cigüeñal. Una vez allí los apretamos a su par, que ahora mismo no recuerdo cual es, pero para eso está el Churchill, y para evitar que se moviera el plato al apretar usamos el método cutre: A falta de la herramienta especial BMW que fija el plato de inercia, colocando un destornillador plano entre las paredes del motor y los dientes del plato se consigue fijarlo para poder apretar los tornillos. Eso sí, se corre el riesgo de romper un diente, pero a mí no me ha pasado todavía. Cruzo los dedos.


Montamos el embrague y la caja de cambios y dimos un nuevo repaso de gasoil para quitar los dedazos de grasa que habíamos ido dejando en el montaje.


Finalmente colocamos el basculante 


y la rueda,


descubriendo que durante el montaje del fuelle del cardan, de manera inexplicable porque se montó la parte trasera en el basculante con éste fuera sin usar ningún útil, y después se montó la parte delantera sin usar ningún elemento punzante o cortante, nos encontramos con una rotura en la parte superior y posterior del fuelle. Diego había dicho poco antes que las gomas viejas duraban mucho más que las nuevas ¡y tanto!.


Diego tapó la herida con un poco de silicona, que no sé si dará resultado o si habrá que volver a desmontar, con el inconveniente de que hay que volver a poner tornillos nuevos de la cruceta, que esos son de un solo uso.
La moto quedó montada y con buen aspecto, pero había un ruido raro al mover la rueda con el embrague a medio pisar y con una marcha engranada. Llamamos por teléfono a Resnian que nos hizo el favor de comprobar en su moto (otra madurita de la misma edad, mas o menos) si el ruido era normal o no. Parece que sí, que ese ruido es normal, aunque no las teníamos todas con nosotros, así que montamos los carburadores para probar si había algún funcionamiento anormal con el motor en marcha. La moto arrancó y no hizo ruidos raros ni al embragar ni al engranar marchas, así que dimos por buena la sesión.


Me volví a Ronda un poco tarde y con malas sensaciones de la R80ST y la cambié por la R1100S, con la que me fui a Sevilla, donde llegué a eso de las nueve de la tarde, cansado y con grasa hasta detrás de las orejas. Hoy, cinco días después, sigo con restos en las uñas, y no es porque no me haya dado con todos los cepillos y jabones de la casa, sino porque la grasa de la moto de Diego era especial. Tantos años aguantando ahí la hacen coger una solera que a ver quien se la quita después.

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