Este fin de semana ha resultado algo movido, quizas algo más de lo que hubiesen querido mis huesos, que andan hoy recordándome los cerca de ochocientos kilómetros que me he hecho entre sábado y domingo, pero como siempre, me adelanto, así que vamos al inicio.
Todo esto empezó, poco más o menos, porque le dije a Diegofull que el sábado me iba a llegar a ver a Javi al Hospital Virgen de la Victoria y Diego me dijo que me acompañaba. De ahí a montar un pollo como el que ha montado Diego en la Venta de Alfarnate, no hubo más que el poner el anuncio en bmwmotos.com y que empezase a apuntarse gente. Yo, además de apuntarme, seguía con mis planes: ir a Ronda a cambiar de moto, seguir hasta Cártama, recoger a Diego, llegarnos al Virgen de la Victoria a ver a Javi y, a partir de ahí, cualquier cosa. Hasta la noche del viernes no sabía si iría solo ni si me acompañaría alguno de los mirlos desde Sevilla, así que a las diez y media de la noche estaba en la cama con media espalda hecha polvo. Me quedé dormido enseguida, pero, mira lo que son las cosas, esa noche le dio por llamarme a medio mundo, así que hasta las doce de la noche estuve durmiendo como un niño chico: despertándome cada diez minutos. El último, Roberto, para decirme que se venía conmigo y que quedábamos a las 9 en la gasolinera de Montequinto.
A las nueve y cinco estabamos en la citada gasolinera (llegar a la hora con un paquete femenino es casi imposible, y cinco minutos son disculpables en estas circunstancias). Momentos después estábamos en marcha. Roberto tirando, que le gusta ir de pericón. Apenas salir de Sevilla nos encontramos con un coche de la Benemérita de trafico, que nos llevó hasta El Coronil a paso absolutamente legal, tanto que no bajaban ni un kilómetro por hora para poder adelantarlos sin riesgo de multa y tentetieso. Como decía Roberto, nos llevaron a paso de conozca usted España. A partir de El Coronil nos dejaron ir ya a nuestro paso, que es, por supuesto, siempre legal, pero más acorde con las circunstancias de la ruta.
Llegando a Ronda me empieza a sonar el teléfono y no consigo enterarme de nada porque no sé qué le pasa al Midland BT2 que suena terriblemente alto con el teléfono, aunque suene normal para la conversación con el pasajero. Tal vez sea el teléfono el culpable, pero el caso es que como le digo a mi interlocutor que no me entero de nada, el pobre lo que hace es chillar más, con lo cual empeora el tema. Total, que no me entero de nada cuando me llaman por teléfono. De todas formas, cuando llegamos a GMW para cambiar de moto, estaba en la puerta esperándonos el autor de las llamadas: José Ignacio (Conde) y ya hilé lo que quería decirme: que si nos quedaba mucho; pero ya no servía...
En un momento cambié de moto; dejé la R80ST y cogí la R1100S, cosa que me vino muy bien porque estos dos llevaban motos mucho más potentes que la R80ST, y encima iban solos. Los primeros kilómetros de la carretera, hasta El Burgo, se me hicieron insufribles, porque al cambio de postura, de pesos y de forma de conducción se unía una carretera muy ondulada, que con la suspensión dura del misil amarillo se transformaba en una autentica paliza para los brazos y la espalda. A partir de El Burgo el piso estaba mucho menos ondulado y la cosa cambió. Nos lo pasamos divinamente haciendo curvas, miles de curvas, hasta llegar a Pizarra. Por cierto, la ruta que hicimos fue la siguiente:
En Pizarra, o un poco más allá, debería estar esperándonos Diegofull, pero al salirnos en el sitio en que habiamos quedado y no encontrarlo, lo llamamos por teléfono y nos dijo que fuésemos a buscarlo, que la R90S no quería arrancar. Allá que nos plantamos en su nave, y allí estaba peleándose con los platinos y los carburadores. Como pillamos la moto cansada en cuanto le dimos al botón se rindió y arrancó. Le hicimos una pequeña puesta a punto de carburación y seguimos camino hasta Málaga, al Hospital Virgen de la Victoria.
En el Hospital subimos a ver a Javier, que estaba con mejor aspecto que muchos de nosotros, estuvimos un rato charlando con él y nos despedimos, que aún quedaba camino por hacer y ya nos habían dado un par de toques diciendo que nos estaban esperando de media Andalucía. En el hospital se nos unió Damasco, el cuñado de Javier, así que ya éramos toda una pandillita: José Ignacio, Roberto, Diegofull, Damasco, Maricruz y yo.
A la salida del hospital de nuevo la R90S que no tiene ganas de trabajar y funde un fusible.
Se hicieron experimentos con todo lo que pudiera parecer metálico a ver si se podía restablecer el paso de corriente: un pedazo de papel dorado de una cajetilla de tabaco, una tapa de yogur. incluso se pensó en ir a la recepción del hospital a pedir un clip... Finalmente entre Roberto, Diego y un taxista que amablemente hizo una donación de un pedazo de cable, aunque le costó soltarlo, no os creáis, se consiguió que aquello volviese a funcionar.
En el Hospital subimos a ver a Javier, que estaba con mejor aspecto que muchos de nosotros, estuvimos un rato charlando con él y nos despedimos, que aún quedaba camino por hacer y ya nos habían dado un par de toques diciendo que nos estaban esperando de media Andalucía. En el hospital se nos unió Damasco, el cuñado de Javier, así que ya éramos toda una pandillita: José Ignacio, Roberto, Diegofull, Damasco, Maricruz y yo.
A la salida del hospital de nuevo la R90S que no tiene ganas de trabajar y funde un fusible.
Se hicieron experimentos con todo lo que pudiera parecer metálico a ver si se podía restablecer el paso de corriente: un pedazo de papel dorado de una cajetilla de tabaco, una tapa de yogur. incluso se pensó en ir a la recepción del hospital a pedir un clip... Finalmente entre Roberto, Diego y un taxista que amablemente hizo una donación de un pedazo de cable, aunque le costó soltarlo, no os creáis, se consiguió que aquello volviese a funcionar.
De nuevo en camino solo hubimos de detenernos un momento para que Damasco hinchase su goma delantera que la llevaba como para llevarse unos cuantos sustos en los Montes de Málaga.
A la salida de la ciudad nos esperaban Jose Ignacio (El Vecino Misterioso) Y Joeseph. Tras los saludos de rigor, de nuevo carretera arriba hasta la Venta de Alfarnate, con una única parada, en Colmenar, para esperar a Damasco, que venía con la lengua fuera, y es que la R65 cuando aprendes a llevarla va muy bien, pero requiere aprendizaje, rque en cuanto frenes lo has perdido todo. Nunca había pasado por esa carretera y la verdad es que la disfruté muchísimo, aunque con algo de miedo por si se me mareaba Maricruz, que no sería la primera vez. La sorpresa me la llevé cuando paramos en Colmenar y me dijo que se lo estaba pasando en grande, pero a partir de ahí mis brazos ya empezaban a quejarse un poco.
La Venta de Alfarnate es una bonita venta que aquella tarde estaba tomada enteramente por motos.
Solo había un par de neveras y no sé si serían de los dueños.
y esta Laverda Jota.
Además de las motos estaban los pilotos, que alguien tiene que subirlas hasta allí. De izquierda a derecha Roberto, Komodoro, David RC, Diegofull y Maricruz, que es copilota y de las buenas.
Aunque no hacía excesivo calor sí que hacía bastante sed y en menos de nada estábamos dentro tomando una cerveza fresquita.
Al poco nos pasaron al salón a comer. Por el camino nos encontramos a Luis Candelas detenido en un calabozo de la Venta.
A más de un chorizo que yo me sé lo dejaba sin parlamento y sin historias y lo metía aquí con Luis Candelas, que era bastante más honrado que muchos de los que se denominan Padres de la Patria.
De la comida ¿qué decir? ¡Ah! sí, que eramos un puñado,que por allí andaban DavidRC
Varito,
Joeseph, Conde y Damasco,
Roberto y Diegofull en su momento gay
Komodoro,
Moggs y MrTwinflat.
Maricruz
y yo mismo.
Y no digo que no estuviera buena, pero para los que tenemos el estómago delicado ¡no, gracias!
Acabada la comida echamos un cafelito en el patio de la Venta, y se contaron chistes, anécdotas, curiosidades y chascarrillos mientras los más valientes se atrevían a pegarle un tiento a un licor de hierbas de esos que llaman digestivos porque acaban de digerirte el poco estómago que te queda y te hacen una perforación en menos que tardas en contarlo.
Un poco más tarde estábamos despidiéndonos y deseando que la próxima reunión llegue lo antes posible, que estemos todos los que estuvimos en ésta, incluidos los que se fueron antes de tiempo, y los que no han podido venir por una u otra causa.
La vuelta sin problemas y sin anécdotas destacables. A la anochecida estabamos en Sevilla, cansados pero contentos y pensando si volver al dia siguiente a Ronda, o no.
Después de una reparadora sesión de cama me levanté con ganas de hacer cosas, así que me fuí a Ronda. Nada destacable durante el recorrido, salvo que había mucha guardia civil por todo el camino ¿se estarán preparando para la semana que viene, que es el GP de Jerez? Atentos los que vengan que habrá recaudación general, como todos los años, que están las cosas muy malas.
Una vez en Ronda, lo primero que hice fue comprobar si había fugas en el depósito de la R100RS, al que le había puesto Nural 21 la semana anterior. Para empezar me encontré con que el dichoso pegamento no había polimerizado totalmente, y además, seguía humedeciendose de gasolina al rato de ponerlo horizontal.
Preparé un poco más de Nural 21, amplié la zona recubierta y lo dejé tranquilo hasta la semana próxima, a ver cómo está.
A continuación me fui a rellenar de aceite la horquilla de la R100RS. Lleva 230 cc de aceite en cada barra y para poder rellenarlas hay que quitar el manillar, porque si no, no hay manera de quitar el tornillo de llenado, que se queda justo debajo del manillar.
Para quitar el manillar solo hay que quitar las tuercas de las torretas y ya nos queda acceso al tornillo de llenado.
Le he puesto un SAE 10 porque dentro de poco empieza el calor y quizás vaya algo mejor en verano que el SAE 5.
Una jeringuilla ayuda bastante al llenado.
Una vez la horquilla llena de aceite, se vuelve a poner el manillar en su sitio y a otra cosa, que en este caso fue quitar el neumático viejo de la llanta, cosa que hice en un momento gracias a las herramientas adecuadas.
El aspecto de la goma (Continental K112) despues de 5000 km es penoso. No volveré a montarla.
A la R1100S hay que empezar a hacerle algunas cosas, una de ellas cambiarle las pastillas de freno traseras, que según veía estaban en las últimas. Como la R100RS seguía encima de la mesa, me tuve que ir a la calle a cambiarle las pastillas. Para ello hacen falta unas pastillas nuevas y la pinza de freno, y es bastante facil el cambio. Pongo arriba los kilómetros que marca la moto para tener un cierto control de lo que duran la próxima vez que las cambie.
Lo primero es quitar los dos tornillos que sujetan el guardabarros trasero y el propio guardabarros.
Seguidamente quitamos los dos tornillos que sujetan la pinza de freno.
Y ya tenemos la pinza en la mano.
Ahora quitamos ese pequeño circlip que asegura el pasador
y empujamos el pasador hacia el otro lado, con lo que liberamos las pastillas de freno.
La diferencia de espesor de la zona de fricción entre las nuevas y las viejas es notable
como que estaban hechas polvo, hasta con pérdidas de sustancia.
Los arañazos no son por defectos de frenada ni nada de eso, sino por haberlas usado como empujadores para abrir los pistones para que entrasen las nuevas.
A continuación se ponen las pastillas nuevasen su sitio, se coloca el pasador en su sitio, y se asegura con el circlip.
Volvemos a sujetar la pinza con sus tornillos y volvemos a colocar el guardabarros.
Y con esto tenemos pastillas traseras para una buena temporada. Las delanteras estan bien todavía.
Aunque eran poco más de las dos y media de la tarde estaba realmente cansado, así que recogí y me volví a Sevilla en la R80ST.
Ha sido un fin de semana realmente cansado. Ya estoy muy viejo para estos tutes.
Un poco más tarde estábamos despidiéndonos y deseando que la próxima reunión llegue lo antes posible, que estemos todos los que estuvimos en ésta, incluidos los que se fueron antes de tiempo, y los que no han podido venir por una u otra causa.
La vuelta sin problemas y sin anécdotas destacables. A la anochecida estabamos en Sevilla, cansados pero contentos y pensando si volver al dia siguiente a Ronda, o no.
Después de una reparadora sesión de cama me levanté con ganas de hacer cosas, así que me fuí a Ronda. Nada destacable durante el recorrido, salvo que había mucha guardia civil por todo el camino ¿se estarán preparando para la semana que viene, que es el GP de Jerez? Atentos los que vengan que habrá recaudación general, como todos los años, que están las cosas muy malas.
Una vez en Ronda, lo primero que hice fue comprobar si había fugas en el depósito de la R100RS, al que le había puesto Nural 21 la semana anterior. Para empezar me encontré con que el dichoso pegamento no había polimerizado totalmente, y además, seguía humedeciendose de gasolina al rato de ponerlo horizontal.
Preparé un poco más de Nural 21, amplié la zona recubierta y lo dejé tranquilo hasta la semana próxima, a ver cómo está.
A continuación me fui a rellenar de aceite la horquilla de la R100RS. Lleva 230 cc de aceite en cada barra y para poder rellenarlas hay que quitar el manillar, porque si no, no hay manera de quitar el tornillo de llenado, que se queda justo debajo del manillar.
Para quitar el manillar solo hay que quitar las tuercas de las torretas y ya nos queda acceso al tornillo de llenado.
Le he puesto un SAE 10 porque dentro de poco empieza el calor y quizás vaya algo mejor en verano que el SAE 5.
Una jeringuilla ayuda bastante al llenado.
Una vez la horquilla llena de aceite, se vuelve a poner el manillar en su sitio y a otra cosa, que en este caso fue quitar el neumático viejo de la llanta, cosa que hice en un momento gracias a las herramientas adecuadas.
El aspecto de la goma (Continental K112) despues de 5000 km es penoso. No volveré a montarla.
A la R1100S hay que empezar a hacerle algunas cosas, una de ellas cambiarle las pastillas de freno traseras, que según veía estaban en las últimas. Como la R100RS seguía encima de la mesa, me tuve que ir a la calle a cambiarle las pastillas. Para ello hacen falta unas pastillas nuevas y la pinza de freno, y es bastante facil el cambio. Pongo arriba los kilómetros que marca la moto para tener un cierto control de lo que duran la próxima vez que las cambie.
Lo primero es quitar los dos tornillos que sujetan el guardabarros trasero y el propio guardabarros.
Seguidamente quitamos los dos tornillos que sujetan la pinza de freno.
Y ya tenemos la pinza en la mano.
Ahora quitamos ese pequeño circlip que asegura el pasador
y empujamos el pasador hacia el otro lado, con lo que liberamos las pastillas de freno.
La diferencia de espesor de la zona de fricción entre las nuevas y las viejas es notable
como que estaban hechas polvo, hasta con pérdidas de sustancia.
Los arañazos no son por defectos de frenada ni nada de eso, sino por haberlas usado como empujadores para abrir los pistones para que entrasen las nuevas.
A continuación se ponen las pastillas nuevasen su sitio, se coloca el pasador en su sitio, y se asegura con el circlip.
Volvemos a sujetar la pinza con sus tornillos y volvemos a colocar el guardabarros.
Y con esto tenemos pastillas traseras para una buena temporada. Las delanteras estan bien todavía.
Aunque eran poco más de las dos y media de la tarde estaba realmente cansado, así que recogí y me volví a Sevilla en la R80ST.
Ha sido un fin de semana realmente cansado. Ya estoy muy viejo para estos tutes.