Sábado tempranito. He quedado con Resnian a las 8,30 en su casa. El muy cobarde no quiere venirse conmigo en la R100RS. Prefiere llevarse a su "Catalina" y dejarla en Ronda antes que coger un par de curvas conmigo. En cierto modo me alegro, que la moto anda bastante mejor con 120 kg (eso me ha dicho que pesa) menos. Hoy me voy sin desayunar, porque la pinta que tenía el otro dia la tostada con carne mechada que se comió delante mia mientras yo saboreaba un mísero cafelito, tenía una pinta estupenda. Me encuentro un control de la Guardia Civil de alcoholemia en la misma puerta de mi casa (a 400 metros, exactamente); me paran, los saludo y me dicen que siga. A ver, criatura, en moto a las ocho y cuarto ¿voy a ir con cerveza? A la salida de Bellavista hacia Dos Hermanas otro control de la Guardia Civil, creo que los que me pararon la semana pasada. Los saludo con la mano y sigo. Recojo a Resnian y nos vamos a desayunar. La tostada, como pensaba, exquisita. Acabado el desayuno nos ponemos en marcha a la hora de casi siempre: las nueve. Viaje sin incidencias. Resnian anda muy bien en rectas. A las diez y poco estamos en Ronda. Tras los preliminares empezamos a meterle mano a "Casilda", la R90/6 que destripamos el otro dia.
Lo primero quitar el retén del cigüeñal viejo (y antiguo)
y preparar el nuevo, para lo cual, lo mejor es meterlo en una botella del tamaño adecuado para que se vaya ahormando el teflón.
Al plato de inercia le hizo Resnian una acanaladura interior para colocar una tórica, al estilo de los platos más modernos, conlo que debe eliminarse el problema de pérdidas de aceite por la zona.
A partir de aqui todo fue montar y cantar, o eso nos pensábamos nosotros. No hubo problemas para poner el retén del cigüeñal ni el plato de inercia, que lo ajustamos con la dinamométrica a su presión.
Otra cosa fue el embrague, en el que tuvimos que improvisar unos compresores de muelle que nos ayudaran a poner los tornillos
hasta que nos dimos cuenta de que estabamos montando el plato al revés. Subsanado el error todo nops fue mucho mejor y acabamos de montarlo en un momento. Centrarlo, desde debajo del guardabarros, a ojo, sin necesidad de ninguna herramienta especial de BMW, y gracias a los agujeritos del plato, fue bastante facil
y antes de montar la caja de cambios en su sitio, Resnian le dió un punto de soldadura y posterior repaso con lima al pasador del pedal de arranque, que estaba un poco pasado y no agarraba lo bien que tenía que agarrar.
Y ni aun así pudimos colocar la caja de cambios, ya que el interruptor del punto muerto chocaba con el chasis; hubo que doblarle las patillas y recortarle el trozo de plástico que tiene entre ambas.
El siguiente problema fue el embrague, que nos dio un poco de lata hasta que conseguimos regular la longitud del brazo de palanca sobre la varilla con el tornillo que a tal efecto tiene la palanca en su extremo.
El último dia nos habiamos encontrado un casquillo similar al que llevan estas motos es las ruedas, como separador entre las botellas de la horquilla y el retén de los cojinetes que no sabíamos donde iba. Pues bien, una vez montado el basculante descubrimos que era del brazo izquierdo del mismo, y por eso no podiamos igualar de manera más o menos uniforme los dos tornillos que hacen de eje del basculante. Una vez puesto en su sitio, todo el montaje posterior se hizo en pocos minutos.
La siguiente operación era sustituir las juntas y gomas de los cilindros, para lo cual desmonté primero el izquierdo (a Resnian le daba un poco de yuyu, hasta que vio la tontería que era). limpiamos la culata y las válvulas (esas válvulas no tenían 3.000 km, ni por asomo; diez veces más no me extraña)
Las juntas de culata tuvieron que ser repasadas por el maestro Resnian, ya que dos de los orificios no encajaban perfectamente.
Y a partir de ahí, cerrar el cilindro izquierdo y ya no intervine más en la moto, ya que Resnian se empeñó en hacerlo solo todo, así que me entretuve en lijar, que es lo mio, y cambiarle el aspecto a la R65, que me acompañará la semana que viene.
Recogimos todo, limpiamos un poco y pusimos las motos en su sitio. A la izquierda del todo "Catalina", que ahora que va a dormir una semana con motos de verdad es más que probable que mejore mucho en su comportamiento, tanto turístico como deportivo.
La R90/6, "Casilda", ni que decir tiene que arrancó a la primera, tras toser un poquito. La cara de satisfación de Jaime después de arrancarla y comprobar que todo funcionaba bien se merecía esta foto. Después preguntará que porqué le dicen el modosito.
La vuelta sin incidentes. Me traje la Sprint y comprobé, una vez más, que Resnian anda un montón en rectas.
Por la noche me llama Jaime para decirme que se nos había olvidado echarle aceite al cardan. ¡Glup! Menos mal que estas motos son duras, es una parte que no precisa de mucho engrase y algo de aceite quedaba dentro del brazo.
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