domingo, 19 de abril de 2009

126.- DE APAREJOS Y PINTURAS A PESAR DEL VIENTO

Ayer, sábado, opté por no ir a trabajar; como motivos que aún quedaban algunos restos de inestabilidad atmosférica (obviamente no es mía la frase, la he sacado del telediario) y que la Sprint estaba limpia como una patena, que no en vano, cuando volví la semana pasada hizo un viento tremendo, tanto que ni los insectos se atrevían a volar, así que no pillé ni uno. Como decía, el sábado amenazaba lluvia, asi que me dije que mejor para el domingo, que estaría mejor el tiempo. Y no; esta noche han pasado unas cuantas nubes plañideras que lo han dejado todo empapado. Cuando me levanté, lo primero que hice fue asomarme al balcón y ver que, efectivamente, todo estaba mojado; charcos a tutiplén. Bueno ¿qué le vamos a hacer? que se ensucie un poco, que tampoco es tan grave. Me duché, me vestí de motero (mi traje de motero a fuerza de no quitármelo para pintar empieza a parecer cualquier otra cosa) y me monté en la moto. En efecto; los primeros kilómetros (hasta Utrera) todo chorreando, y las neveras poniendome perdido de salpicaduras. No me importa mojarme, pero que me guarreen la visera, y más con el sol de frente, me pone malo. Supongo que será por esa catarata incipiente del ojo derecho.
En Utrera la carretera empezaba a secarse y ya me las prometía muy felices, pero en El Coronil me dí cuenta de que estaba persiguiendo a una nube llorona que me iba dejando todo mojado antes de llegar. Un poco antes de Cuatro Mojones me llevé un susto con un perro bobo (si, bobo, no lobo) que andaba descolocado por la carretera mojada. Pasado el susto me apuré en seguir a la nube llorona, y tanto me apuré que la pillé en Ronda. Me paré para hacer una foto, porque me olía que me iba a llover encima, y en efecto, así fué; unas gotas, pero lo justo para que me empezase a mosquear.

A mayor abundamiento, que dirían los abogados, o "pa mas INRI", que dirían por aqui, ni una pizca de viento en todo el camino, pero todo fue empezar a subir a Ronda cuando se desataron todos ellos: del norte y del sur, del levante y del poniente. Ya me imaginaba que no iba a poder hacer nada, y eso que hoy estaba decidido a, por lo menos, pintar las llantas de la BMW, que para eso llevaba la pintura y la laca en la bolsa de depósito.
Cuando llegué, me bajé de la moto e inspeccioné el panorama: desolador para mis propósitos. Todo mojado, viento fuerte y sin dirección determinada (variable, según los meteorólogos). Se me descolgó la cara. ¡Que cabreo! Pero me daba igual, no pensaba haber hecho el viaje en balde. Me hice una recomposición de la situación, le dí un tiempo a los dioses para que dejaran su furia para otro día y no me entorpecieran mi trabajo, y me puse a empapelar (enmascarar) las dos llantas.


Acabado el enmascaramiento, el viento seguía soplando, así que me puse a enmasillar el carenado en algunas partes que lo necesitaban, especialmente en las juntas de las distintas piezas, y organicé un tendedero de pintura para volver a imprimar-aparejar todas las piezas, incluidas las llantas.

A continuación preparé el aparejo, que, ya que estamos aquí, y dado que alguien me preguntó cual usaba, se trata de un aparejo de carrocerías, de marca CAR, y que se usa a razón de cuatro partes de aparejo por una de catalizador, a las que se añade algo de disolvente para hacerlo mas digestivo para la pistola, que si no la atasca.

Una vez preparado, coser y cantar, si no fuese por eso que digo aqui tantas veces y que la gente piensa que es broma, que los bichos vienen a ver cómo pinto, les entusiasma, y se ponen en cualquier sitio aunque sea encima de la pintura, y si no, para muestra un botón, o dos. Posados apenas echado el aparejo (si se aumenta bastante la foto se pueden ver las pisadas)

Y ya que estaba con la imprimación-aparejo, aproveché para imprimar una pluma a la que se le había ido la laca y que acabé lijando, y que quiero pintar con Titanlac negro. Ya la pondré por aquí cuando la acabe.

Una vez imprimado todo, me llevé las piezas que no iba a pintar hoy a la vuelta de la esquina, para que no les fuese a obsequiar el viento con restos de pintura de las llantas

y preparé la pintura, que me ha dado algunos quebraderos de cabeza: el primero es que cuando fui a comprarla no tenía muy claro cual era el color del aluminio; bueno, sí, pero cuando le dan a uno una carta de colores con un montón de grises distintos, el aluminio unas veces es de un color y otras de otro, así que al final me decidí por un gris que me gustaba, y que después, visto lo visto, no se parece al color aluminio en nada, pero es igual, a mi me gusta y ahí queda.

La segunda duda o quebradero de cabeza es que, al parecer, estas pinturas no llevan catalizador, de forma que se diluyen en disolvente universal en la proporción 80% de pintura y 20% de disolvente, y va que chuta. Eso está muy bien, pero como compré la pintura el lunes o el martes, y me la dieron en un bote con una cámara de aire generosa, no sabía si iba a llegar en condiciones o si cuando abriera me iba a encontrar una piedra gris. Afortunadamente ha llegado en buen estado. Otra duda que me quedaba es que la laca había que tirarsela a los pocos minutos, unos veinte minutos me dijo el de la tienda, y eso me iba a ocasionar un poco de atasco para limpiar la pistola y ponerla en forma, sin contar con que nunca he tirado laca, y no sabía si iba a ser más o menos dificil que el aparejo o la pintura. Gracias a Dios, no ha pasado nada y he tenido tiempo suficiente para hacerlo todo adecuadamente, salvo por el viento, que no ha parado ni un momento. Pues lo dicho: preparé la pistola y le dí unas manos de pintura a las llantas, que quedaron francamente bien.

Si, un poco más oscuras, pero no quedan mal. Esta pintura seca bastante rápido así que me apresuré a preparar la laca. Se trata de un barniz acrílico MS (no sé si estas iniciales son la marca, las características o qué) que se prepara a razón de dos partes de barniz y una de catalizador.

Se aplica muy bien, y da para muchas pasadas, no como la pintura, que se acaba enseguida, de forma que me ha dado tiempo a tomarme una cervecita y echar una capa, ordenar algunas cosas y echar otra capa, tomarme otra cervecita y otra capa, aburrirme y otra capa, cervecita y otra capa, y así hasta que me he cargado toda la laca. El resultado, visualmente y al tacto (he esperado a que estuviera seca ¿eh?) me convence, y lo que es mejor, me ha dado ánimos para emprender la pintura de todo lo demás. Por si acaso no digo que esto es fácil, que si no la liamos.

Una vez acabado todo, incluso la cerveza, salió el sol. No soy supersticioso, pero empiezo a pensar en que alguien me ha echado mal de ojo o algo así con esto del tiempo.
Guardé las llantas en su sitio, a la espera de que lleguen las cubiertas, que ya están pedidas, y me volví con la Sprint, que, total, ya estaba sucia y el cielo seguía amenazando con mojarme...

Para la próxima semana todavía no puedo pintar, que tengo que lijar el aparejo de hoy. Aprovecharé, si Louis quiere, para ponerle las pastillas de freno a la Sprint, que deben estar en las últimas (28.000 km) y quizas le pinte las pinzas en oro (un capricho) aprovechando el desmontaje.

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