viernes, 10 de abril de 2009

124.- NUEVO ENMASILLADO

Como decía el otro día, el aparejo que puse en las piezas de la BMW que quiero pintar había puesto en evidencia algunos pequeños defectos en el carenado, defectos que he aprovechado para corregir hoy, aunque el motivo principal del viaje a Ronda ha sido llevar algunas cosas, entre ellas un saco de arena para la arenadora, motivo por el cual me he ido en el coche, pero no se me ha olvidado echar un par de cascos y un par de chaquetas de cuero, que, no en vano, allí hay dos motos esperando ansiosas que las saque.
Lo primero, una vez allí, ha sido preparar un poco de fibra de vidrio para enmasillar los pequeños defectos del carenado (fotos hechas por mi mujer; obsérvese la mala milk poniéndome tras las rejas; el subconsciente que no perdona...)

y aplicarla convenientemente. He decidido tapar las juntas de unión de las diversas partes del carenado porque, a fin de cuentas, lo vengo usando como si de un todo se tratase, y después, una vez en marcha, solo sirven para cementerio de mosquitos resistentes al lavado.

A continuación estuve probando la arena en la arenadora aquella que me construí y no va del todo mal, pero tampoco veo yo que esto sea la panacea. Se tarda bastante en arenar una pieza, quizás por poco caudal de aire o por excesiva longitud de la manguera. Habrá que estudiar posibles soluciones.

A continuación lijé todas las piezas que imprimé el otro día con una lija suave y dí por acabada la tarea hasta el próximo sábado, en que daré una nueva capa de aparejo.

Pero antes de irme, un pequeño empujoncito a la OSSA: cables de embrague y de acelerador, pero éste incompleto, porque me falta el perrillo de sujeción del cable en el puño. Hay que buscarlo. También he puesto la palanca de arranque y no me he podido resistir a darle una patada: tiene muy buena compresión pero no puede arrancar porque no tiene gasolina.

Y después de recogerlo todo, un paseito por la Sierra de las Nieves con la BMW para abrir el apetito.

Un repaso al huerto de mi hermano, que después me dice que lo tengo dejado, y que no ha variado mucho desde el último día (el que sale en la foto es él, el famoso hortelano, vigilando con mimo paternal los pequeños plantones).

Y eso es todo, amigos. El sábado toca tarea de aparejo y ultimos toques antes de la pintura, que si Dios quiere será la semana próxima.

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