lunes, 22 de septiembre de 2008

76.- AQUI NO SE DESCANSA ¡MAS PINTURA!

El sábado en la BMWRiders, pero el domingo ¡a currar!. La OSSA tiene que salir andando un día de estos, así que no queda tiempo que perder. El domingo por la mañana me enfundé el mono de agua y me fui a Ronda. Me cayeron cuatro gotas: dos al salir y otras dos en Los Molares. El resto del tiempo la humedad la puse yo sudando a chorros dentro del mono impermeable (para dentro y para fuera). Llegué a Ronda y me planifiqué el trabajo. Lo primero, si quería tener música, arreglar el ordenador, que se había levantado con el pie izquierdo y estaba dando problemas. Un ajustillo por aquí, otro por allá, reiniciar, y lo que pasa siempre: se arregla cuando y como le da la gana, y uno se queda a dos velas, sin saber si aquella modificación del registro es la medicina adecuada o si es una mera casualidad. El caso es que al final, musiquita. Siguiente paso: pintar; pero antes de pintar hay que enmascarar el depósito. Enmascarar es tapar con cualquier cosa (poner máscara) lo que queremos que no se pinte. Es una labor de artistas, es decir, lo que yo no soy, así que hice lo que pude y así quedó.
Después, lo de siempre: mi pelea con el viento, con las cuatro gotas que cayeron, que por poco me pillan, con las mosquitas minúsculas que, atraídas por la pintura reciente se posaban en el depósito y se quedaban como las moscas del panal de rica miel, presas de patas en él...
Al cabo de mil y un cabreos por todas las circunstancias anteriores, el resultado fue este:

Y como en las novelas de misterio, la máscara no se descubre hasta el final, es decir, hasta la semana que viene, porque yo no sé si hay que quitarla con la pintura fresca o esperar a que se seque, y me la he jugado a que cuando se seque, que así puedo darle otra manita de pintura y ademas, tampoco era cuestión de pillarse un cabreo más.
También me peleé un ratillo con el chasis; una nueva mano de pintura para mejorar el resultado del otro día, y ya, de paso, le di una nueva mano a los amortiguadores, y así tapé un poco los desperfectos ocasionados con la caída del ultimo día.

Las otras dos pavas, mientras tanto, esperando; una para entrar y la otra para salir.

Después de unas cuantas horas de espera para secado de la pintura (ayer tardaba mas de la cuenta en secarse, supongo que por la humedad ambiente) pude colocar la horquilla.

Quise seguir pintando aquel guardabarros que se me cayó y que se quedó con algunas huellas dactilares pegadas, pero no tenía suficiente disolvente como para limpiar la pistola después; o quizás si, pero mejor no arriesgar, que el día iba de cabreos y tampoco era cuestión de cargarse la pistola ahora que medio nos vamos entendiendo el uno al otro.
Ya veremos la semana que viene como ha quedado la pintura. Rezad por mi.

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