domingo, 22 de mayo de 2011

250.- GOMA NUEVA PARA EL MISIL AMARILLO

Retomo el blog después de una temporada de no escribir ni una letra, y no porque haya dejado el mundo de las motos, ni mucho menos, que he seguido disfrutándolas este tiempo, lo que pasa es que el pasado día 15 de mayo coincidió que en Ronda se celebraba el VI Trial Ciudad de Ronda, y aproveché la ocasión para verlo. Para ello nos fuimos mi mujer y yo en nevera, ya que quería traerme de vuelta el depósito de la R65 para que me lo soldara Resnian, que de eso de las chispas sabe tela el tío, a ver si acabo con todas las malditas fugas. Apenas llegamos sacamos la R80ST y nos fuimos en ella a ver el trial, que se celebraba en una zona muy conocida por mí por ser la que habitualmente usaba pare entrenar allá por mediados de la década de los 70, La Toma.
Ni que decir tiene que no me corté un pelo y mi moto me llevó a todas y cada una de las zonas. Por allí enmedio se movía la mar de bien,

rodeada de motos de trial antiguas y modernas, aunque a las últimas no les hice fotos,

y despertando admiración tanto por lo bonita que está como por el valor que le echamos metiéndonos por aquellos vericuetos con una boxer. Lo que no sabía la gente es que esta moto es muy cómoda de llevar por campo a excepción de lo regularcilla que es la horquilla y de que no lleva ruedas de tacos, pero aumentando el peso en la trasera con un paquete casi no las echas de menos.
Del trial, lo que más me gustó fue encontrarme con Juan Luis Aranda, magnifico piloto que corría en mi época y que aún continua corriendo el tío, y encima sigue siendo muy bueno, como entonces.

Estuvimos charlando un ratillo y después él siguió con la competición y yo de espectador.
El día dio poco más de sí. Nos fuimos del trial justo a tiempo de ver las carreras de Moto2 y MotoGP y cuando acabaron nos volvimos a casa con el depósito de la R65.
Éste sábado último me fui a Ronda en el misil amarillo. No iba muy contento, porque los Mirlos estaban de boda en Llerena (la de Spinner) y yo no había podido asistir porque tenía otra boda, de una sobrina, el mismo día unas horas después (a las 6 de la tarde) en Sevilla. Eso no me dejaba muy buen sabor de boca, porque sabía que en la boda familiar me iba a aburrir como una ostra en tanto que en la de Spinner me lo podría pasar de miedo, pero las obligaciones son las obligaciones.
La tarea principal del dia era cambiarle la goma trasera a la R1100S. Tenía puesto un neumático Bridgestone BT 011, goma muy blanda y que me ha ido francamente bien, salvo que se me ha cuadrado bastante porque no he rodado en curvas todo lo que me hubiera gustado. Es una goma altamente recomendable para conducción deportiva, pero yo quiero algo un poco más duro, o por lo menos que me dura algo más de los 5500 km que me ha durado éste. Había pensado en montar los Bridgestone BT 023, pero buscando me encontré con unos Full Bore M1 que estaban muy bien de precio y me decidí a probarlos tras consultar en el foro de bmwmotos, en El Rincón de la 1100S, aunque no las tengo todas conmigo, pero, como siempre, es cuestión de probar hasta que encuentre el que me guste.
El cambio de neumático trasero en el misil amarillo no difiere del cambio de neumático en cualquier otra moto, pero para dejarlo claro he hecho un reportaje de toda la secuencia. En primer lugar se pone la moto en el caballete, ya que si la dejamos en la pata de cabra tendremos problemas al quitar la rueda: o no podremos o se nos caerá la moto. A continuación quitamos los dos tornillos que sujetan el guardabarros trasero y el propio guardabarros.

Seguidamente quitamos los dos tornillos que sujetan la pinza de freno. Yo solo quité uno y aflojé el otro, pero eso es una tontería porque al final, al montar la rueda se hace mejor con los dos quitados, así que no se ahorra nada de tiempo.

A continuación se quitan los cuatro tornillos que sujetan la rueda al grupo trasero

y ya se puede sacar la rueda.

Nos la llevamos al aparato de montar y desmontar ruedas y le quitamos el obus a la válvula para sacar todo el aire.

Con la rueda totalmente deshinchada procedemos al destalonamiento del neumático. Primero por un lado

y luego por el otro.

A renglón seguido le ponemos un protector a la llanta para no dañarla con los desmontadores

y abrimos un pequeño hueco con los dos desmontadores

por el que meter la barra que nos va a sacar la goma.

A todo esto, previamente habremos untado generosamente con jabón tanto el neumático como la llanta para que la barra deslice correctamente. Un empujoncito en redondo apoyando la barra en el pivote central y goma fuera.

Sacamos completamente la goma de la llanta y nos vamos a buscar la otra.

Miramos el sentido de giro correcto

y metemos el primer labio, cosa que se hace con mucha facilidad (lo mas dificil es meter el segundo).

Volvemos a untar generosamente de jabón el labio del neumático y la llanta

colocamos la barra con el lado de montaje entre la llanta y el neumático, metemos media circunferencia en la llanta y la sujetamos con una pinza gorda que nos ayude a que no se vaya levantando de un lado mientras metemos el otro

giramos de la misma manera que para sacar la goma, apoyándonos en el pivote central, y voilá, neumático en su sitio.

Una vez hecho esto solo nos queda hinchar hasta que se produzca el talonamiento, cosa que se nota porque pega un chasquido bastante impresionante por cada lado (en este caso talonó a 5 kg/cm2), volver a deshinchar, colocar el obús, hincharla a su presión (le puse 2,9 kg/cm2) y proceder a equilibrarla. Obviamente, debería haber puesto todo el proceso de equilibrado, pero cuando llegué aquí se me presentaron los malagueños, que se habían olido que yo estaba por aquí antes de ir a la boda (lo que pasa es que se habían equivocado de boda, pensando que la de Spinner era por la tarde y era a la que iría).
Allí se personaron Joeseph, El Conde, El Vecino Misterioso y Bokis, que aunque salen un poco desenfocados en la primera foto, sirve para dar fe de su presencia.

En la segunda foto no están todos porque José Ignacio (Conde) se fue a buscar a unas guiris que estaban en la puerta de la Guarida vomitando (menos mal que no se las trajo).
La entrada de Guaridische Mirlen Werke volvía a llenarse de motos clásicas y casi clásicas.

Con la llegada de los malagueños se acabaron las fotos, y del procedimiento para equilibrar la rueda solo queda esta que alguien dice por ahí que es un equilibrado mediante concentración por la mirada

pero que en realidad no es más que la comprobación de que la rueda había quedado bien equilibrada tras la adición de los pesos correspondientes según el procedimiento habitual, método que quien quiera consultar solo tiene que ver aquí.
Finalmente, solo quedaba volver a montarlo todo siguiendo el orden inverso al seguido, pero tampoco tengo fotos, que cuando hay visitas se me desmadra todo. La moto marca 56500 km. A ver cuanto dura esta goma.
Cuando acabamos, y tras recoger el taller, nos fuimos a Ronda a tomar unas cervezas (siempre sin alcohol, por supuesto) con unas risas, a las que amablemente me invitaron ¡muchas gracias! los malagueños, y tras eso, cada mochuelo a su olivo. Los malagueños a la carretera de Algeciras a buscar a un amigo que subía y yo a Sevilla a toda pastilla a darme una buena ducha y vestirme para la boda, que cumplió con todas las expectativas que sobre ella tenía. No hacía más que pensar en la de Spinner. Por cierto, mi más sincera enhorabuena y mis mejores deseos a la nueva (vieja) pareja.

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