Aunque con un poco de retraso, que llevo una temporada la mar de perro para escribir, y no solo aquí, me pongo al teclado para contar un poco lo que he hecho en estos pasados días de Semana Santa aparte de mojarme a base de bien, que cada vez que he cogido la moto me he puesto totalmente sopa. Para empezar, el Jueves Santo nos fuimos a Ronda Maricruz y yo en el coche, ya que teníamos que llevarnos algunas cosas voluminosas y pesadas como el depósito que me regaló Curro para la R65 ¡gracias, Curro!, el caballete para la R1100S, a la que por fin le vamos a poder desmontar cosas teniéndola derechita, y alguna otra cosa más. Por si acaso nos daba por coger alguna moto, nos llevamos un casco para Maricruz (allí tengo uno para las urgencias, el de los clic de Famobil, que está muy viejecito y que cualquier día va a acabar colgado de la pared).
Apenas llegamos, lo primero que hicimos fue probarle a la R1100S su caballete nuevo.¿Qué decir de él? Pues que se maneja relativamente bien, sin tener que hacer una fuerza de palanca excesiva gracias al brazo extensible, y que por cuatro centímetros se me sale de la mesa de taller, pero no el soporte propiamente dicho, sino las dos pestañas que llevan las patillas delanteras, que están dobladas hacia fuera, lógicamente para aumentar la sustentación, pero pienso que doblándolas hacia dentro tendremos el asunto arreglado, asi que un día de estos habrá que hacerlo.
A continuación le tocó el turno a la pobre R65, que lleva encima de la mesa no sé ni el tiempo por culpa de los agujeros del depósito.
Hace tiempo que quería ponerle discos dobles en la rueda delantera, y para ello había buscado un disco para la R80ST y había reservado el viejo de ésta para la R65. Lo primero desmontar la rueda.
Seguidamente poner el nuevo disco,
Quitar la pinza y colocar dos pinzas limpias, revisadas y pintadas en rojo que había preparado dias atrás, y colocar la rueda.
Ya solo me queda poner un latiguillo que una ambas pinzas y cierre el circuito, y a ver si hay suerte y no hay que aumentar el caudal de la bomba. Pero mientras tanto, y por si consigo arreglar el tema de los depósitos, sangro el circuito para poder circular aunque sea con un solo disco funcionante.
Además tocaba renovar los discos de la R100RS, así que compré unos nuevos y hoy había que montarlos. Para eso, lo primero armarse con una rotaflex y quitar los remaches de los bujes
y despues buscarse un buen ayudante, a ser posible un sobrino, que se encargue de montar los discos nuevos.
Con eso, una cosa más arreglada, esperando a ser montada en su llanta,
pero es que esa llanta está precisando de unas manitas de pintura, asi que a darle un poquito a la lija. Tiene guasa la de tarea que tienen estas llantas para lijarlas.
De todas formas, no estaba el dia como para hacer pinturitas, que llovía con ganas, aunque intermitentemente, así que la dejé preparada para más adelante, y por cierto, tambien le daré a las botellas de la horquilla de la R100RS, que no me acaban de gustar en color aluminio. Las prefiero en negro.
A continuación me puse con el depósito de la R100RS. He comprado un kit de reparación de depósitos de tres componentes, que segun me han dicho va de lujo. En primer lugar se prepara al 50% con agua caliente el primer liquido "Marine clean" que es un detergente para limpiar y preparar bien toda la superficie interior.
Se echa dentro del depósito, previo tapado de los orificios de salida de la gasolina con unos tapones de corcho
y se hace el baile de la coctelera, que te deja agujetas en los brazos para toda la semana siguiente, y que en mi caso, además, me ha dejado una peritendinits en el peor músculo en que me podía haber pasado eso, en el extensor corto del carpo derecho, el que mueve el acelerador, vamos.
He seguido las instrucciones del fabricante al pie de la letra y no me he permitido ni la más mínima improvisación. Cumplido el tiempo de lavado recomendado lavé el depósito con abundante agua y pasé a usar el segundo líquido
que sirve para hacer una superficie rugosa que facilite la adherencia de la pintura y ademas hace una especie de imprimación fosfatante que facilita la adherencia. Mientras el líquido hacía su efecto aprovechamos para tomar una cervecita (obsérvese el efecto coctelera que se me había quedado)
e incluso nos fuimos a dar una vuelta en moto, circunstancia que aprovechó la meteorología para ponernos perdidos de agua.
Una vez acabado el tiempo de actuación de este segundo líquido hay que volver a enjuagar abundantemente con agua y esperar a que seque, de modo que poco nos quedaba que hacer salvo esperar y con el tiempo tan húmedo que estaba haciendo se presumía dificil que se secase el depósito, así que dimos por terminada la jornada y nos volvimos a Sevilla.
Por cierto, estos mismos pasos los fui haciendo simultaneamente en el depósito de la R65 que me regaló Curro para dejarlo tambien saneado interiormente.
Volví solo el Sabado Santo, en la R100RS, con poco plan de trabajo. Cuando llegué me puse con los depósitos, que estaban esperando debajo de la mesa cada uno con una cosa:
el de la R65, blanco y azul, con acetona dentro disolviendo el plástico que le había puesto "in illo tempore" para sanearlo y los otros dos esperando la tercera fase del saneamiento interior: la pintura selladora.
Empecé con el depósito que me dio Curro: lijado, lavado y colocación de masilla de carrocero en los pequeños desperfectos que tenía, a la espera de imprimación y pintado, pero eso será cuando el tiempo nos regale unas temperaturas un poco más altas y un ambiente un poco más seco.
Y seguí con el de la R100RS. Pensando que la lata de pintura me iba a servir para los dos depósitos, medí escrupulosamente la mitad del volumen y la eché dentro, pero con eso no había suficiente pintura para impregnarlo todo, así que al final tuve que echarlo todo dentro y resignarme a no acabar el otro depósito hasta que compre otro bote de pintura.
Hay que ir repartiendo la pintura por todo el interior mediante movimientos lentos del depósito. Con esto acabé de cargarme los tendones de la muñeca, que ya estaban bastante tocados desde el jueves y que se habían resentido en el viaje con el duro acelerador de la R100RS.
Mientras se repartía la pintura, que cada vez era más escasa, al haberse quedado impregnando las paredes, de forma que ya iba poniendo el depósito en distintas posturas para que siguiese repartiéndose, pero sin estar sujetándolo continuamente, me dediqué a poner los fileteados a la R100RS. Tenía puesta una de las líneas, la blanca, y mi idea era que llevase una blanca y una gris juntas, así que me puse a la tarea: ponia un trozo del fileteado y le daba un meneo al depósito. Primero el colín, que quedó así:
Después el carenado
y finalmente el guardabarros delantero, apareciendo la moto tal que así:
Me parece que le voy a pintar las botellas de negro y las pinzas de freno en oro o en rojo para darle un toque de color, no vaya a parecer que voy de entierro.
Acabado el fileteado y como seguía moviendo el depósito de vez en cuando para repartir la pintura, me puse a limpiar el motor de la R65. Preparé un poco de Cillit Bang en polvo con agua y con un poco de lana de acero de 000 le di un buen fregado
Tras un buen rato de restregar, el resultado era bastante satisfactorio
Un buen fregado para quitar los restos, y a guardarla otra vez encima de la mesa.
Está a falta de depósito y de limpieza de carburadores para volver a estar al 100% (espero).
Con esto di por finalizada la sesión de trabajo. El depósito de la R100RS tiene muy buena pinta por dentro, asi que solo queda comprobar la estanqueidad, pintar la parte inferior y hacerle el fileteado.
El tapón del depósito tambien se llevó su poquito de pintura, aprovechando que había participado en todo el proceso de lavado e imprimación.
Como las instrucciones de la pintura selladora dicen que no se debe usar hasta pasadas 96 horas, ahí lo dejé hasta la semana que viene.
La vuelta la hice en la R80ST y, por cierto, me cayó una tromba de agua continua desde Montellano hasta Sevilla. Afortunadamente me había preparado bien en cuanto a ropa y llegué casi seco, pero solo casi, que al final acabó entrandome agua en el pantalón, las botas y los guantes. La muñeca, francamente mal. Habrá que darle reposo y antiinflamatorios.
A continuación le tocó el turno a la pobre R65, que lleva encima de la mesa no sé ni el tiempo por culpa de los agujeros del depósito.
Hace tiempo que quería ponerle discos dobles en la rueda delantera, y para ello había buscado un disco para la R80ST y había reservado el viejo de ésta para la R65. Lo primero desmontar la rueda.
Seguidamente poner el nuevo disco,
Quitar la pinza y colocar dos pinzas limpias, revisadas y pintadas en rojo que había preparado dias atrás, y colocar la rueda.
Ya solo me queda poner un latiguillo que una ambas pinzas y cierre el circuito, y a ver si hay suerte y no hay que aumentar el caudal de la bomba. Pero mientras tanto, y por si consigo arreglar el tema de los depósitos, sangro el circuito para poder circular aunque sea con un solo disco funcionante.
Además tocaba renovar los discos de la R100RS, así que compré unos nuevos y hoy había que montarlos. Para eso, lo primero armarse con una rotaflex y quitar los remaches de los bujes
y despues buscarse un buen ayudante, a ser posible un sobrino, que se encargue de montar los discos nuevos.
Con eso, una cosa más arreglada, esperando a ser montada en su llanta,
pero es que esa llanta está precisando de unas manitas de pintura, asi que a darle un poquito a la lija. Tiene guasa la de tarea que tienen estas llantas para lijarlas.
De todas formas, no estaba el dia como para hacer pinturitas, que llovía con ganas, aunque intermitentemente, así que la dejé preparada para más adelante, y por cierto, tambien le daré a las botellas de la horquilla de la R100RS, que no me acaban de gustar en color aluminio. Las prefiero en negro.
A continuación me puse con el depósito de la R100RS. He comprado un kit de reparación de depósitos de tres componentes, que segun me han dicho va de lujo. En primer lugar se prepara al 50% con agua caliente el primer liquido "Marine clean" que es un detergente para limpiar y preparar bien toda la superficie interior.
Se echa dentro del depósito, previo tapado de los orificios de salida de la gasolina con unos tapones de corcho
y se hace el baile de la coctelera, que te deja agujetas en los brazos para toda la semana siguiente, y que en mi caso, además, me ha dejado una peritendinits en el peor músculo en que me podía haber pasado eso, en el extensor corto del carpo derecho, el que mueve el acelerador, vamos.
He seguido las instrucciones del fabricante al pie de la letra y no me he permitido ni la más mínima improvisación. Cumplido el tiempo de lavado recomendado lavé el depósito con abundante agua y pasé a usar el segundo líquido
que sirve para hacer una superficie rugosa que facilite la adherencia de la pintura y ademas hace una especie de imprimación fosfatante que facilita la adherencia. Mientras el líquido hacía su efecto aprovechamos para tomar una cervecita (obsérvese el efecto coctelera que se me había quedado)
e incluso nos fuimos a dar una vuelta en moto, circunstancia que aprovechó la meteorología para ponernos perdidos de agua.
Una vez acabado el tiempo de actuación de este segundo líquido hay que volver a enjuagar abundantemente con agua y esperar a que seque, de modo que poco nos quedaba que hacer salvo esperar y con el tiempo tan húmedo que estaba haciendo se presumía dificil que se secase el depósito, así que dimos por terminada la jornada y nos volvimos a Sevilla.
Por cierto, estos mismos pasos los fui haciendo simultaneamente en el depósito de la R65 que me regaló Curro para dejarlo tambien saneado interiormente.
Volví solo el Sabado Santo, en la R100RS, con poco plan de trabajo. Cuando llegué me puse con los depósitos, que estaban esperando debajo de la mesa cada uno con una cosa:
el de la R65, blanco y azul, con acetona dentro disolviendo el plástico que le había puesto "in illo tempore" para sanearlo y los otros dos esperando la tercera fase del saneamiento interior: la pintura selladora.
Empecé con el depósito que me dio Curro: lijado, lavado y colocación de masilla de carrocero en los pequeños desperfectos que tenía, a la espera de imprimación y pintado, pero eso será cuando el tiempo nos regale unas temperaturas un poco más altas y un ambiente un poco más seco.
Y seguí con el de la R100RS. Pensando que la lata de pintura me iba a servir para los dos depósitos, medí escrupulosamente la mitad del volumen y la eché dentro, pero con eso no había suficiente pintura para impregnarlo todo, así que al final tuve que echarlo todo dentro y resignarme a no acabar el otro depósito hasta que compre otro bote de pintura.
Hay que ir repartiendo la pintura por todo el interior mediante movimientos lentos del depósito. Con esto acabé de cargarme los tendones de la muñeca, que ya estaban bastante tocados desde el jueves y que se habían resentido en el viaje con el duro acelerador de la R100RS.
Mientras se repartía la pintura, que cada vez era más escasa, al haberse quedado impregnando las paredes, de forma que ya iba poniendo el depósito en distintas posturas para que siguiese repartiéndose, pero sin estar sujetándolo continuamente, me dediqué a poner los fileteados a la R100RS. Tenía puesta una de las líneas, la blanca, y mi idea era que llevase una blanca y una gris juntas, así que me puse a la tarea: ponia un trozo del fileteado y le daba un meneo al depósito. Primero el colín, que quedó así:
Después el carenado
y finalmente el guardabarros delantero, apareciendo la moto tal que así:
Me parece que le voy a pintar las botellas de negro y las pinzas de freno en oro o en rojo para darle un toque de color, no vaya a parecer que voy de entierro.
Acabado el fileteado y como seguía moviendo el depósito de vez en cuando para repartir la pintura, me puse a limpiar el motor de la R65. Preparé un poco de Cillit Bang en polvo con agua y con un poco de lana de acero de 000 le di un buen fregado
Tras un buen rato de restregar, el resultado era bastante satisfactorio
Un buen fregado para quitar los restos, y a guardarla otra vez encima de la mesa.
Está a falta de depósito y de limpieza de carburadores para volver a estar al 100% (espero).
Con esto di por finalizada la sesión de trabajo. El depósito de la R100RS tiene muy buena pinta por dentro, asi que solo queda comprobar la estanqueidad, pintar la parte inferior y hacerle el fileteado.
El tapón del depósito tambien se llevó su poquito de pintura, aprovechando que había participado en todo el proceso de lavado e imprimación.
Como las instrucciones de la pintura selladora dicen que no se debe usar hasta pasadas 96 horas, ahí lo dejé hasta la semana que viene.
La vuelta la hice en la R80ST y, por cierto, me cayó una tromba de agua continua desde Montellano hasta Sevilla. Afortunadamente me había preparado bien en cuanto a ropa y llegué casi seco, pero solo casi, que al final acabó entrandome agua en el pantalón, las botas y los guantes. La muñeca, francamente mal. Habrá que darle reposo y antiinflamatorios.