El sábado que amaneció apacible y precioso se volvió agresivo apenas llegué a la altura de Algodonales. Un viento de levante de fuerza un montón me anduvo meneando a ambos lados de la carretera hasta que llegué a Ronda y después siguió incordiando durante todo el día. Total que acabé el día aventado, de ahí que no diese ni una a derechas. Me había propuesto mirar un poco por dentro la R1100S, y me puse a ello. La finalidad era ninguna, salvo ver cómo se desarmaba el carenado y dónde estaban colocadas las cosas. Pero antes de empezar con la R1100S tapé los agujeros del depósito de la R65 a fin de poder volver a añadir acetona para disolver todo el plástico que aún quedaba dentro. Usé un poco de barra de esas arreglatodo para metales, lo que no sé es si durará. Los resultados la semana que viene, pero por lo pronto me va a servir para que la acetona haga su función y no se me evapore en diez minutos.
Ya que estábamos aquí se nos ocurrió cambiar el filtro de la gasolina. Spbit ya se había ido y de eso se libró. Encontramos varios problemas, a saber: no teniamos abrazaderas pa
ra los distintos tubos, con lo que sabíamos de entrada que no ibamos a poder desmontar gomas porque después no íbamos a poder dejarlas fijas (BMW pone abrazaderas de tipo clic-R, que necesitan de unos alicates especiales para quitarlas con el fin de asegurarse de que iremos a sus talleres para cualquier tonteria). Además, no sabíamos qué gomas desconectar para sacar completamente el depósito, de forma que sabíamos que íbamos a tener que trabajar con el depósito montado encima de la moto. lo que es un plus de dificultad. Finalmente no sabíamos dónde estaba el filtro de la gasolina, y donde menos nos podíamos imaginar que estaba era dentro del depósito, que es su sitio. Para acabar, pues no se nos ocurre otra cosa que abrir el depósito sin vaciar antes la gasolina, con lo que aproximadamente unos diez litros se fueron al suelo. Sacamos inmediatamente la moto fuera y metímos una manguera de agua a presión para vaciar el taller de gasolina. El susto, como os podeis imaginar era de tamaño mayúsculo: siete motos dentro del garaje, casi todas con gasolina y el suelo pidiendo una chispita para armar el taco. Afortunadamente pudimos evacuar toda la gasolina arrastrandola con el agua y todo se quedo en un susto. Cerramos nuevamente el depósito e hice propósito de enmienda: a partir de ahora, antes de investigar me estudio el tema (sé que solo lo cumpliré una o dos veces, pero ahí está la buena intención). Para la próxima vez que le meta mano a esta moto ya me habré estudiado cómo se cambia el dichoso filtro y habré comprado abrazaderas estandar, de las de corredera, para no volver a encontrarme con este problema.Tras cerrar el depósito pensamos que eso de volver a cerrarlo todo sin hacerle nada a la moto no estaba bien, así que nos pusimos a cambiar la correa del alternador, que ya había visto la semana pasada cómo se podía cambiar y ahora teníamos un acceso mucho más facil, una vez desmontado el carenado. Lógicamente, tampoco iba a salir redonda la cosa, teniendo en cuenta cómo estaba el dia. A todo esto, el viento cerraba la puerta del taller, de forma que había que andarse con mil ojos para que no te golpeara en la cabeza al entrar o al salir. Yo no me llevé ningun cosqui porque estoy acostumbrado, pero Diego se llevó un par de ellos. Los dias de viento vamos a tener que trabajar con un casco de obra aunque sea. Bueno, el caso es que la correa que tenía puesta, que es esta que pongo abajo,
Tras esto montamos nuevamente el carenado y nos fuimos a Ronda a tomar algo, y de paso probar la correa y llenar el depósito, que se había quedado vacío.
A la vuelta nos pusimos con la R90S de Diego.
Bueno, pues con eso acabó el dia. Diego me acompaño hasta Ronda por si me quedaba sin gasolina en la R100RS, a la que le he puesto el depósito rojo para moverla un poco, que hace no sé ni la de tiempo que no la cojo, y nos despedimos a la entrada de Ronda.
El viaje de vuelta un poco incómodo, porque la mezcla de Continental delante y Bridgestone detrás es nefasta: la rueda delantera tiende a que la moto permanezca derecha en tanto que la trasera tiende a tumbarse apenas se le insinúa que hay una curva. Todo es acostumbrarse, pero da muy poca seguridad. Habrá que ir gastando la rueda delantera a toda pastilla para volver al Bridgestone BT45 del que nunca debí haber salido.
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