A las nueve de la mañana salimos de Sevilla, rumbo a GMW, Adolfo (Spbit), Manolo (Spinner) y yo. Cada uno llevaba una idea en la cabeza: Manolo hacerle una revisión a su R65, que ya le iba tocando por kilometraje; Spbit ver cómo era eso de GMW, y yo a acabar de quitar la pintura de la careta y los protectores de manos de la R80ST, ponerle una bombilla al intermitenete delantero izquierdo de la R1100S, que se había fundido, arreglar el freno trasero de la R65, que últimamente no frena demasiado, y lacar el carenado de la R65, además de lo que surgiese.
Spinner, que me parece que estaba incubando alguna enfermedad estacional, por lo calladito que estuvo todo el dia, se pilló el elevador y se puso a lo suyo con la camiseta blanca. A ver qué dice Flor cuando vea cómo llegó.
Spbit se lió por primera vez con su moto. Con más miedo que vergüenza fue quitando los tornillos de sujeción de los discos de freno delanteros, que tenían las cabezas un poco oxidadas y pasándolos por el cepillo de latón, dejándolos tan bonitos que se le puso esta cara de alegría.
Es su bautismo de fuego con la mecánica de su moto. De aquí a nada está desmontándola de cabo a rabo.
Yo, por mi parte, me puse con el freno trasero de la R65. Para empezar saqué la leva y la volví a montar en posición algo mas vertical (estaba apuntando a las 5 de la tarde en un supuesto modelo horario, y la puse un poco más allá de las 6). Con eso mejoró algo la frenada, pero todavía no conseguía bloqueos de rueda fáciles, y no es que me guste bloquear la rueda trasera, aunque algunas veces sí, sino que no transmitía suficiente presión a las zapatas.
Dejé el freno un momento y me puse con el lacado del carenado, el guardabarros delantero y el colín de la R65. Previamente los lijé un poco con una lija de agua del 1000, lavé muy bien las piezas, las sequé y las desengrasé con alcohol metílico (el de quemar). Las colgué en el saloncito de pintar y allá que me puse con la pistola. Tras la primera mano, buen resultado aparente.
Mientras se secaba la laca, me puse con el intermitente de la 1100S. Por cierto, que me dio algo de lata. Tengo que aprenderme cómo se desmonta esa moto, que dentro de nada habrá que empezar a hacerle una revisión de las de desmontar-limpiar-montar. Por lo pronto ya he visto que los colectores, y no sé si los cilindros tambien, van a ir en negro.
Mientras la laca se iba secando y los mosquitos amenazaban con posarse sobre ella, me puse a personalizar mi nueva moto. Para ello, nada mejor que ponerle mi anagrama. Para entonces Adolfo ya se había ido, porque quería estar temprano en su casa. Puse los anagramas en el frontal
Por supuesto, no fue uno solo, pero esta vez fui paciente, esperé a que la laca se secase y después los quité con unas pinzas, pero mientras tanto le pasamos el Twinmax a la R1100S, a la R100RS y a la R65 de Spinner. Por cierto, vaya susto con la R1100s; no nos dimos cuenta de que el macarrón que le pusimos estaba roto (lleva un calibre más pequeño en la toma de vacío y hubo que acoplar un trozo de macarrón al tubo del Twinmax) y no había forma de regularla. Descubierto el fallo se calibró en un momento. La he dejado a 1000 rpm en frio, que supongo que se irá a las 1200 en caliente, que es mas o menos lo que aconsejan.
Y para terminar el dia acorté el recorrido de la palanca de freno trasero de la R65, con lo que parece que el problema de frenada ha quedado definitivamente zanjado.
Solo hay que desmontar uno de los extremos de la barra de transmisión y atornillarlo un poco más, con lo que el pedal de freno sube un poco y se acorta el movimiento de extensión del tobillo, permitiendo aplicar más fuerza.
Y ahí se acabó el dia. Nos volvímos Spinner en su R65 y yo en mi R100RS, tranquilamente, sin nada destacable que contar.
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