Acabo de volver de pasar un día de calor tremendo. Me he sentado un momento y me he repasado la prensa digital mientra pienso qué voy a poner hoy en el diario, si en realidad no he hecho nada. Bueno he hecho un par de cosas, pero muy largas y monótonas, así que resultan poco interesantes para contar. Leyendo, leyendo, me encuentro con que el Director General de Tráfico, el Sr. Navarro, D. Pera (lo siento, pero en mi idioma, y el de 500 millones de personas, las cosas se escriben como se pronuncian) dice que está estudiando si consultarnos a los ciudadanos (yo, en realidad, prefiero considerarme pueblerino) donde colocar los radares. Estoy esperando ansioso que me consulte para indicarle donde los puede colocar, y de paso darle la dirección de un afamado médico proctólogo para que le apañe mi consejo (por cierto, tiene unos dedos como morcillas de Burgos este galeno). En el mismo artículo se lee que tiene la desfachatez de decir que el colocar un radar casi cada 500 metros es por nuestra seguridad (ahora se llama asi a la recaudación indiscriminada de impuestos), cuando por nuestra seguridad lo primero que debería hacer es irse a su casa, en vez de ir maquillando las cifras de muertos para quedar bien delante de su jefe, y a la par hacerle quedar bien a él.
Yendo a lo que iba, me he dado el paseito semanal hasta Ronda para trastear en las motos, pero no ha sido tan placentero como otros días. No sé por qué, pero hoy tenía menos seguridad en las curvas. No se me ha movido la moto ni un pelo y tampoco he ido rápido porque media carretera está en obras y la prohibición de adelantar es omnipresente en forma de raya amarilla en el centro de la calzada, pero no me sentía seguro. Los pilotos le dicen a eso que no tienen buen feeling. Pues eso me pasaba, que no tenía buen feeling. Para acabar de redondear la faena, en uno de los tramos de no asfaltado-asfaltado, cerca de El Coronil, han dejado un escalón de no menos de cinco dedos, y me ha pillado un poco desprevenido, de forma que me he lastimado el codo derecho, donde ahora mismo llevo una codera que da calor como si fuese una manta eléctrica.
En cuanto a motos, habíamos quedado en que me habían hecho una chapuza infecta. Pues bien, he desmontado el grupo cónico y he podido comprobar que lo que yo creía que era una pieza soldada al interior de la caja del diferencial no era mas que un apaño que había puesto el mecánico en sustitución de la pieza numero 4 del diseño que ponía el otro día; había cogido un pedazo de tubo del diámetro que a él le pareció apropiado, y que no era suficiente, pues el eje de la rueda tiene tres diámetros distintos, y solo abarcaba dos. El caso es que cortó el tubo, también, a la distancia que consideró oportuna, y que también era insuficiente, pues no separaba completamente la rueda de la caja del diferencial, de forma que si se apretaba un poco la tuerca del eje se producía rozamiento, o incluso la detención completa del movimiento. Por cierto, lo que yo identificaba el otro día en el esquema con el numero 3 como una pieza soldada al interior de la caja del grupo no era mas que este pedazo de tubo que había acabado soldándose. En el esquema, la pieza numero 3 es un retén.
Cuando llegué a Ronda no sabía todo esto, que lo descubrí después de desmontarlo todo. Lo primero que hice fue comprobar la relación del grupo diferencial antiguo, que resultó ser la misma que la del original (33/11),
Lo primero que hice a continuación fue comprobar el estado de la llanta que pasa a hora a ser "titular". Para empezar, una vez desnuda del neumático, tenía un aspecto de necesitar un buen tute para dejarla limpia
Me puse manos a la obra y apenas empezar con la limpieza ya se notaban los resultados


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