Llevaba varios días atento a una subasta de ebay en que vendían una BMW R80ST. Es un modelo que siempre me ha gustado mucho; la veo muy elegante y muy manejable, y mira por donde me encontré un anuncio en que no solo vendían una, sino que la vendían aquí al lado, en Valencina. La moto tenía buena pinta, y lo único que me hacía dudar es que fuese negra, ya que este modelo solo se fabricó en rojo y en gris.
Nos fuimos a Ronda mi mujer y yo a eso de las nueve de la mañana, y llegamos sobre las diez y media. Tenía pendiente desde el otro día el asunto de las llantas, que se habían quedado una de ellas preparada y la otra esperando a que le quitara la pintura. También quedaba por arreglar definitivamente el grupo trasero y probarlo, cosa que no pude hacer porque me faltaba uno de los casquillos de separación. Afortunadamente, ya vinieron al concesionario.
Primer paso: acabar de preparar la segunda llanta e imprimar ambas.Para la imprimación de las llantas, dado que suelen ser zonas sufridas de la moto, había leído que la fosfatante era muy buena, y había comprado una que se llama Titan 6,5 x 1, que preparé convenientemente. Dado que, según dice en las instrucciones, aguanta perfectamente unas cuantas horas, una vez preparada me puse con el lijado de la pintura, cosa que no me ocupó mas allá de media hora. Coloqué la primer llanta en el "taller de pintado" y apreté el gatillo de la pistola. Allí solo salía una especie de hilo muy pegajoso, como si fuese una telaraña amarilla. Regulé todos los botones de la pistola y empezó a salir algo mas parecido a una imprimación, pero de vez en cuando seguían saliendo los dichosos hilos, que me estaban dejando el trabajo hecho una auténtica porquería. Paré y me dispuse a lijar nuevamente toda la llanta para quitar la porquería que le había echado. Una hora y pico lijando, porque la imprimación esa se pega de verdad, y por fin en estado medianamente aceptable. Ahora probé a imprimar con mi imprimación de toda la vida, que no sé si es fosfatante o qué, pero a mi me funciona. Después de unos minutos, la llanta ya tenía un aspecto mas saludable, a la espera de pintura.

Para el próximo día ya tengo trabajo que hacer: segunda mano de pintura a la llanta negra y equilibrar ésta. Si me da tiempo, es decir, si está bien seca, montarle una goma a la llanta negra, aunque me parece que la dejaré secarse bien para no meter la pata. Sigo pendiente de abrir el motor para cambiar segmentos y casquillos de biela, pero para eso necesito un poco más de orden y tiempo por si algo sale mal.
La vuelta fue terrible: como me temía, se me hizo de noche, y la Sprint es una de las motos que peores luces tiene del mundo. Mira que tiene tres faros; pues no sirven más que para las cortas. La luz larga da igual llevarla encendida que apagada. Es una moto que dista mucho de la definición de Sport Turismo: no tiene buenas luces, no es capaz de llevar el equipaje de manera adecuada con las maletas de fábrica y da un calor tremendo. Eso sí; es muy bonita y anda muy bien, pero para viajar es un petardo, especialmente en trayectos largos de varios días con equipaje y en viajes nocturnos.
Cuando llego a casa me conecto al ordenador a ver qué ha pasado con la subasta de la R80ST, y mira por donde, esta vez he ganado la subasta, pero me encuentro en el correo un mensaje del vendedor, escrito a las 17,35 horas del sábado (cuatro horas después de la finalización de la subasta) diciéndome que ya había vendido la moto.
Total, que para una vez que consigo ganar una puja en ebay (las otras tres veces anteriores en que había pujado me quitaron el articulo en el último momento), resulta que el tío es un cara y, o ha vendido la moto por otro lado sin avisarlo, (en ebay es factible suspender una subasta) o le ha parecido poco precio la puja ganadora (1800 euros) y me ha contado una milonga para venderla más cara. Desde luego que cuente con mi voto negativo y la denuncia del caso en ebay. Por lo menos que no vuelva a vender ahí.
En fin, días tontos de los de mejor quedarse viendo las olimpiadas en la tele. Eso sí; me he entrenado montando y desmontando gomas y me he ganado un buen dolor de espalda.
La vuelta fue terrible: como me temía, se me hizo de noche, y la Sprint es una de las motos que peores luces tiene del mundo. Mira que tiene tres faros; pues no sirven más que para las cortas. La luz larga da igual llevarla encendida que apagada. Es una moto que dista mucho de la definición de Sport Turismo: no tiene buenas luces, no es capaz de llevar el equipaje de manera adecuada con las maletas de fábrica y da un calor tremendo. Eso sí; es muy bonita y anda muy bien, pero para viajar es un petardo, especialmente en trayectos largos de varios días con equipaje y en viajes nocturnos.
Cuando llego a casa me conecto al ordenador a ver qué ha pasado con la subasta de la R80ST, y mira por donde, esta vez he ganado la subasta, pero me encuentro en el correo un mensaje del vendedor, escrito a las 17,35 horas del sábado (cuatro horas después de la finalización de la subasta) diciéndome que ya había vendido la moto.

En fin, días tontos de los de mejor quedarse viendo las olimpiadas en la tele. Eso sí; me he entrenado montando y desmontando gomas y me he ganado un buen dolor de espalda.
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