miércoles, 4 de junio de 2014

349.- OTRO EMPUJONCITO A LA SHERPA, PERO SIGO ATASCADO

Pues sí; la Sherpa se me está resistiendo y no porque sea especialmente difícil, sino porque no encuentro tiempo para poder hacer nada. De todas formas, este viernes pasado, que era festivo en Sevilla, me pude acercar a darle un empujoncito.
Ya han llegado las gomas y los amortiguadores, así que a ponerlos. Primero los amortiguadores: unos Betor que son los que llevaba esta moto.



Seguidamente me puse con la goma delantera. Un poquito de jabón y neumático colocado en pocos minutos.



Colocar la goma en la horquilla ya fue otra historia, porque había colocado las barras al revés: la derecha en el lado izquierdo y viceversa, con lo que el eje de la rueda se me quedaba corto, ya que la tuerca del eje entra en un rebaje de la botella derecha. Pero, bueno, todo se arregla: sacar las barras de las tijas y volver a colocarlas, esta vez en su sitio, y montar la rueda en la horquilla.


Ahora, por la rueda trasera. Me pensaba que iba a ser tan fácil como la delantera, pero ¡qué va! me dio una lata tremenda. Para empezar, parecía como si fuese de una talla mas pequeña. ¿Habéis probado a poneros unos zapatos cuatro números mas pequeños? pues algo así me parecía a mi que pasaba con el neumático y la llanta. No había forma de calzarlo por más jabón que le pusiera. El truco está en quitar las mordazas que sujetan la cubierta a la llanta y ponerlas una vez que se ha montado el neumático. Poco más o menos como si fuese otra cámara.


Finalmente conseguí introducirlo todo, metí la cámara e inflé. Aquello perdía aire. Un pellizco. A desmontarlo todo de nuevo. Efectivamente, la cámara tenía un pellizco.


Pues nada, se le pone un parche. Mientras se vulcaniza en frío ¿se dice así? coloco el manillar y aprieto toda la tornillería de la horquilla.



Vuelvo a montarlo todo, esta vez más rápidamente, que ya he aprendido, y finalmente tengo la rueda en condiciones de montaje en el basculante.


Tres minutos más tarde ya puedo volver a poner la moto apoyada en su pata de cabra en vez de tenerla encima del tronco.


Siguiente paso: lo que se me ocurra. Por ejemplo, poner el escape. Primero la cogida a la salida de la tobera de escape del cilindro.


A continuación el primer cuerpo, lo que sería el colector,


y seguidamente el segundo cuerpo, el silenciador.


Y ahí se quedó la tarea de momento, con la moto de esta guisa:


Y os recuerdo que estaba así:


Ya va empezando a parecer algo.
Y de aquí me pasé a la pintura del depósito. He lijado, rellenado con Rocadur, vuelto a lijar, vuelto a rellenar, he mirado y remirado al sol, a la luz del fluorescente, con gafas y sin gafas, todo esto a lo largo de varios meses y cuando ya creo que todo está listo, después de pasar los dedos y no notar imperfecciones al tacto, me he ido a imprimar. He colgado el depósito, he imprimado, y nada más acabar, ya estoy viendo que aquello no está bien.



Pues nada, a empezar de nuevo. Nueva lija, nuevo Rocadur, nueva lija y la semana que viene veremos si puedo pintar, aunque seguro que hará viento ¡como si lo viera!



Pues, ya sabéis, el próximo capítulo de la Sherpita la semana que viene ¡anda que no tengo ganas de acabarla! Nunca más me meto en otro enredo de estos. Mis muebleuves son lo mio.

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