Ayer era fiesta en Sevilla, así que aproveché para darme un paseíto y hacer algunas cosas que tenía pendientes, como por ejemplo acabar de pintar el deposito de la Sherpa ¡mira que olvidárseme la raya negra de abajo...!
Salí muy temprano; se ve que tengo puesto el reloj de trabajar y a las siete estaba en pie, así que, y a pesar de hacerlo todo con exquisita parsimonia, a las ocho y media estaba encima de la moto. La R80 ST no va redonda; da explosiones a destiempo, sobre todo en frío, y le suenan bastante las válvulas. Voy pensando en eso mientras pasan los kilómetros en una mañana nublada y fresca ¡vamos, que he pasado frío!. Cuando tenga un ratillo libre le ajustaré el encendido y el próximo día, cuando esté el motor totalmente frío, le haré válvulas. Paro a echar gasolina en Algodonales; calculo el consumo y ¡ocho litros a los 100 km! Con razón digo yo que no va bien ¡va fatal! Esta moto siempre ha sido modosita en el consumo y mira a donde se ha ido.
Llego a Ronda a las diez y me pongo a trabajar enseguida. Lo primero es arreglar los pequeños fallos de pintura que tuve el otro día, especialmente por usar cinta de carrocero en vez de cinta de vinilo para perfilar. Para empezar puse cinta de vinilo delimitando las zonas de error.
Iba a pintar con aerógrafo, y ya no me acordaba de la poca pintura que echa un aerógrafo, así que me puse a empapelar para evitar accidentes y a lo tonto empapelé todo el depósito, cuando con una franja de pintura de carrocero habría sobrado. Un buen rato de pasadas de gris metalizado resolvieron el problema.
Una vez seca la pintura y aprovechando la cinta delimitadora, puse una nueva cinta a cada lado de ella para volver a definir el sitio que tenía que ir en negro y retiré el vinilo primero, con lo que se quedaba una franja que había que pintar en negro y con bordes definidos.
Ración de aerógrafo con pintura negra, esperar el secado y retirar todas las cintas de carrocero que había usado y los vinilos. Ahora tenía mucho mejor aspecto.
Quedaba pasarla a lacado, pero antes había que ponerle las pegatinas para que se quedaran protegidas también por la laca. Tenía mis dudas sobre dónde quedaba la de "Made in Spain" así que pedí el comodín de Roberto que me dijo que iba junto al tornillo de sujeción delantero del deposito, y allí la puse. De las pegatinas al taller de pintura ¡casi ná!
Y antes de lacar me acordé de que tenía por allí el colín de plaza y media de la RS esperando pintura. Pues aprovecho y ya que tengo la lata de pintura negra fuera, le doy un repaso.
Y ahora ya puedo preparar la laca. Esta es la que uso siempre, y las proporciones son esas: una parte de endurecedor, dos de laca y media de disolvente. Un meneito y a la pistola.
La secuencia de lacado, la que me han enseñado: pistola con abanico abierto a tope, presión de aire a dos atmósferas y media. Pintar una primera capa e irse a fumar un cigarro. Yo, como no fumo, me tomo una cerveza; el caso es algún vicio, que es lo que le da consistencia a la laca.
Pasado el tiempo del cigarro, o de la cerveza, se empiezan a dar capas que vayan cubriendo y con cuidado de no pasarse para que no haya descolgados.
Y después, a dejar que se seque y que estire. Francamente, unas veces estira mejor que otras y todavía no sé a qué se debe, aunque supongo que tendrán algo que ver la temperatura ambiente y la cantidad de disolvente que se use. Las cantidades las llevo controladas, pero con la temperatura todavía no he podido ajustar bien el termostato solar; unos días hace más calor y otros menos, y supongo que eso, además de otros factores que todavía ni siquiera he pensado, son lo que hacen que los resultados sean distintos de una a otra vez.
Mientras se secaba la laca le puse el protector de la cadena a la Sherpa, que costó trabajito ponerlo, no os creáis que esto es solo llegar y topar.
Y como me podía la impaciencia, le probé el depósito a ver cómo quedaba. Para poner el asiento tuve que rehacer los agujeros del depósito con una lima redonda, que habían menguado un poco después de las diversas sesiones de fibra de vidrio y de Rocadur.
Menos mal que la laca estaba bastante polimerizada y no le he dejado ninguna huella, que no sería la primera vez. También le probé el tapón, no fuera a ser que a pesar de las medidas de protección se hubiese manchado la rosca interior. Afortunadamente no fue así; todo estaba correcto, menos la feísima goma que tiene puesta el tapón. Ya la cambiaré.
Y con eso dejé la Sherpa hasta el próximo día, en que le pondré el faro y veré qué hago con los guardabarros, porque lo suyo sería ponerle los de aluminio, no los feísimos de plástico que traía puestos.
Antes de volverme a Sevilla le hice una puesta a punto de encendido a la R80ST que, efectivamente, le estaba haciendo falta. También monté toda la estructura del asiento de la R100RS, que ya os mostraré el próximo día, porque es una obra de ingeniería alemana para llevar cosas, y finalmente me volví para Sevilla en la Sprint, a ver si le voy cogiendo el aire.
Lo cierto es que ya tengo ganas de acabar la Sherpa y ponerme con mis motos, que están muy desatendidas entre una cosa y otra. Por cierto, que siguen estando todas a la venta, ya que tengo que hacer sitio y me están sobrando una o dos, y me da igual cuales sean. Os recuerdo que todas están muy bien y que no se encuentran en tiendas :-)