martes, 18 de marzo de 2014

341.- UNA JORNADA DEDICADA ENTERA A LA SHERPA.

Y es verdad. No he hecho otra cosa de otra moto, salvo meter la caja de cambios en la maleta de la R100GS para llevármela a Sevilla a arreglarla, que se me ha olvidado recoger los útiles de desmontar de casa de Roberto. Y es que he salido demasiado temprano. Esto de que la primavera esté asomando la nariz por la esquina tiene esas cosas, que se te aflojan las hormonas y tienes ganas de hacer de todo. Total, que a las ocho y poco estaba camino de Ronda en la R1100S. Y tanto me he adelantado a la primavera que hasta he pasado frio, porque en vez de ponerme ropa normal para este año se me ha ocurrido irme con unos vaqueros y una chaqueta de cuero. De Algodonales a Ronda con los calentadores de los puños a tope ¡normal!
Poco antes de las diez ya estaba en Ronda y trabajando. Para un dia que tengo un montón de horas para hacer cosas lo dedico a despellejar la Sherpa ¡mestevé!
Me andaba por... es que hacía tanto tiempo que no le metía mano, que se me había olvidado, pero una mirada al rincón me lo recordó: iba por la rueda delantera y había que quitarle el neumático y darle un repaso.


El neumático como el de la trasera... de pena. La cámara con mas parches que un barco pirata, y la llanta con algún que otro bollo y con cinta de enmascarar en vez de la goma protectora. Otro uso que no le conocía a esa cinta.




Lo primero es lo primero: a cambiar los retenes, que están de pena. Quitar el casquillo para dejarlo al descubierto,


comprobar que, efectivamente, se trata del mismo retén, no vayamos a liarla,


con la herramienta adecuada sacar el viejo,


limpiar bien y poner un poquito de grasa.


Y, por fin, poner el retén nuevo.



Ahora al otro lado, haciendo la misma operación. Este estaba peor.





Y despues de esto, lo más dificil: poner medianamente presentable la llanta a base de frotar y frotar con lana de acero hasta que se queda más o menos así:


Comprendo que lo ideal habría sido, tanto en esta como en la otra, quitar los radios, pulir a espejo, pintar el buje y poner radios nuevos, pero se me esta disparando el arreglo de esta moto, tanto economicamente como en tiempo invertido y todavía queda mucho por hacer, así que de eso, nada. Además es que no se lo hago ni a las mías.
Por ahora tengo un montón de piezas que he ido desmontando, adecentando y guardando. Veremos a ver si soy capaz de volver a montarlo todo otra vez. Por lo menos ya le voy viendo el final a la operación, y el principio del final es imprimar, pintar y lacar el bastidor.
No me iba a dar tiempo a todo eso, porque las capas de pintura que tiene son notables y de buena adherencia, pero por lo menos iba a empezar con él.
Pero antes del bastidor había que quitar las últimas piezas que tiene como, por ejemplo, el freno trasero.



Esta liado el muellecito ¿eh? Ya veremos si lo puedo simplificar un poco cuando lo monte. Yo creo que sí.
Las piezas del freno no estaban especialmente bien. Capas de pintura y de óxido por todas partes.



Al rato había recuperado un poco de su antiguo esplendor. No me digáis que no está más bonito el pedal de freno como venía de fábrica que pintado de rojo... 


Acabado el pedal del freno y la varilla, que también había sido pintada ¡mestevé! los guardé junto con el resto de las piezas y me fui al inicio del fin: el bastidor. Para empezar, mejor dividir el trabajo, así que desmonté el basculante, con sus reposapies para el paquete. Tiene guasa ir de paquete en una moto en que los pies van descansando (es un decir) en la punta del basculante. Eso tiene que dar mas saltos que una pulga con hipo. Pero, bueno, la juventud puede con todo.



Para quitar la pintura he recurrido a un decapante químico, que tarda un poco, pero al final puede con ella. He echado de menos un buen chorreo con arena.


Los tornillos de sujeción de los amortiguadores, que por cierto están para tirarlos, estaban también pintados en negro y rojo. La verdad es que todavía no he logrado enterarme de si ciertas partes fueron pintadas primero en negro y después en rojo, o viceversa, aunque lo más fácil es que hayan tenido retoques diversos a lo largo de su vida.Obviamente, aun con las múltiples cicatrices que tienen, están mejor cromados que pintarrajeados.


El tensor de cadena también estaba pintado y también se llevó su ración de limpieza. Habrá que cambiarle las gomas, que ya están pedidas,


Finalmente, con un par de manos más de decapante y un poco de lana de acero, la pintura del basculante se rindió.



En la parte inferior tiene algunas zonas oxidadas. Las he lijado un poco con una lija fina y he imprimado todo el basculante con imprimación especial (cincado) para evitar que siga oxidándose.



Mientras se secaba ¿he dicho que hizo un día magnífico? me puse con la horquilla. Para desmontar las barras hay que quitar el tornillo superior y entonces ya se pueden retirar de la tija. Por cierto, no habían visto el aceite en su vida. Estaban totalmente vacías.


La horquilla derecha, además, ya tuvo un percance en su tiempo, de forma que ha sido soldada alrededor de la zona donde va el eje de la rueda. No tiene muy buena pinta la soldadura.
Después de un buen rato de lana de acero gruesa y después fina, aquello empezó a tomar otro color, y si no, véase la diferencia en este clásico antes-después:


y este es el aspecto con el que se han quedado al final, y probablemente sea el definitivo, que esto de lijar no lo llevo muy bien.


Y al bastidor, una vez quitado el manillar, que por supuesto también está pintado, ya le va quedando menos.


Al manillar le doy un par de manos de decapante y con eso dejo la tarea hasta la semana que viene. Ya voy teniendo ganas de acabar con esta moto.


La vuelta la hago en la R100GS y con la caja de cambios en la maleta, a ver si puedo meterle mano en Sevilla. Por lo pronto me paré en casa de Roberto que, muy amablemente, me la abrió. ¡Lo que hacen algunos con tal de no prestar las herramientas...! :-Þ

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