domingo, 14 de octubre de 2012

319.- LA R80R TOTALMENTE EN PELOTAS

Ayer me hizo una visita mi amigo Diegofull, con su preciosa R90S del año del catapúm.


Bueno, ahí está como estaba hace un porrón de años. En realidad está mucho más bonita, tal que así:


Pues a lo que iba, que me echó una mano en una cosa en la que siempre necesito ayuda porque yo solo no tengo chicha para mover adecuadamente el motor de estas motos. Vale, que sí, que a lo mejor quebrándome o haciéndome una hernia de disco, soy capaz de sacarlo y de ponerlo en el suelo, y hasta de subirlo a la mesa, pero de ahí a no hacer un destrozo en la pintura del chasis hay un buen trecho, y todavía  si es para sacarlo, pues sin problemas, pero si es para meterlo, con un chasis recién pintado, pues mejor ni me lo planteo. La verdad es que he pensado muchas veces montar una pequeña grúa con un polipasto enganchado a una viga para estas cosas, pero nunca lo hago.
Diego es una auténtica fiera a la hora de desmontar, y para prueba lo siguiente, que en menos de una hora me dejó la moto como se ve: por un lado el chasis, el motor, la horquilla, las ruedas...



y por otro lado un chorro de cables que veremos a ver cómo me las avío para ponerlos en su sitio cuando llegue la hora.


Yo creo que lo hizo todo tan rápido para quitarme la mesa elevadora para su "Tara", la R90S, a la que le hizo algunos ajustes de encendido, carburación, etc, y que, cuando se fue, la verdad es que sonaba a gloria.


Mientras Diego le hacia cosas a su moto, yo me dedicaba, en la pila, a desengrasar con Cillit Bang el chasis y a lijar las partes que estaban peor, con el metal expuesto, para imprimarlas posteriormente con una imprimación galvanizante. Eso es todo un día de trabajo que luce poco y ocupa muchas horas, pero al final de la jornada el chasis estaba tal que así:


Tengo que destacar que el subchasis, el feísimo agarradero para el pasajero que tiene esta moto, la caja de la batería y la araña donde se sujetan los relojes y creo que el faro (no me acuerdo) ya habían seguido previamente el mismo proceso. 
Para la semana que viene posiblemente pueda imprimar todo lo que tengo que imprimar (lo dicho y las botellas de la horquilla, y aparte los plásticos, pero esos van con otra imprimación) y ya veremos cuando pinto.
Y ahí se acabó el día. Solo tengo que destacar que hay un nuevo perro guardián en Guaridische Mirlen Werke, que se llama Rommel y que tiene bastante mala idea para con los extraños. Ya estoy empezando a acostumbrarlo a subirse en las motos por si tiene que acompañarme a algún sitio.


Y aquí se acaba esta entrada. Ya me quedan un par de ellas nada más, la de la semana que viene y la de la crónica de Halloween en Benidorm. Después de eso, se acabó el blog, aunque seguirá colgado de la red. Así que no veréis cómo queda la R80R al final ¿o sí?

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