Y ademas de verdad; eso es lo que he hecho este fin de semana. En primer lugar porque estoy un poco cansado de meterle mano a las motos de medio mundo, que esta semana pasada he trabajado más de mecánico que de médico, o casi, y en segundo lugar porque mis motos están bastante al día y no precisan por el momento de excesivos cuidados.
Como viene siendo costumbre este año, un tiempo delicioso que anima a coger la moto para darse un paseo; sí, algo de fresco por la mañana, pero eso a los que llevamos unos cuantos años encima de una moto ya no nos preocupa demasiado, que solemos estar equipados de sobra. De Sevilla a Ronda en la R80ST, que se ha quedado de lujo después del remozamiento. No sé qué le he hecho pero va mucho más suave y es una auténtica delicia conducirla, incluso por autovía, que no es lo suyo.
Cuando llegué la subí a la mesa porque quería quitarle los guardapolvos de la horquilla, que estaban rotos.
Se pueden sacar a lo bestia, cortándolos con unas tijeras, y se ahorra uno todo el lío, pero lo que quería no era quitarlos sino cambiarlos, lo que pasa es que los que me han vendido no son para esta moto, y de eso no me he dado cuenta hasta que he ido a ponerlos.
Lo primero es quitar las botellas, para lo cual también es conveniente quitar previamente el guardabarros delantero, la pinza de freno y la rueda delantera, ya que todas estas cosas van cogidas a las botellas.
Ya que estamos desmonto el puente que une ambas botellas y le doy una buena limpieza.
La muesca del puente va montada hacia atrás, para evitar que se nos quede el guardabarros de aquella manera.
Una vez todo quitado, sacamos el tornillo inferior de la botella, que sujeta el hidráulico, con una allen de 10 mm,
con lo que se nos saldrá el aceite. Hay quien prefiere vaciarlo antes abriendo el pequeño tornillo que hay en la parte posterior baja de la botella, pero si vamos a quitarla, mejor ni tocarlo, que después vienen las pérdidas.
Cuando ha salido todo el aceite de las dos botellas tiramos suavemente de ellas y saldrán con toda facilidad. Atentos al sombrerete (en la foto, en el círculo) que va al final del hidráulico, que no puede olvidarse al montarla y que unas veces se queda en la botella y otras en el hidráulico, según le dé.
En estas estaba cuando se oyó un ruido inconfundible: una R90S que además me conozco muy bien: la de DiegoFull. Y allí que estaba el tío con su moto flamante (solo tiene 40,000 km) y portando en la bolsa de equipaje cuatro cervecitas 1924 (últimamente está todo el mundo muy sibarita, y eso que hay crisis...)
A partir de ahí se acabó lo de hacer muchas fotos y seguir un orden. Charla, desorden en el trabajo y un par de 1924 que cayeron.
Pero valga decir que mientras charlábamos sacamos los cojinetes de la rueda delantera de la R80ST y los sustituimos por unos nuevos, al igual que los retenes. La operación es bastante sencilla, solo hay que sacar el retén, extraer los cojinetes y los casquillos y golpear con un botador y un martillo la pista externa del cojinete hasta que salga. Limpiarlo todo perfectamente para dejarlo como una patena, meter las pistas exteriores (tienen su límite, así que no hay que preocuparse de hasta donde entran) meter nuevamente los casquillos, los cojinetes nuevos y los retenes. Por supuesto, todo con abundante grasa. Ni que decir tiene que estando Diego allí, ni una foto (es que discute mucho). Cuando me acordé hice una foto de los restos. Que guarrería ¿verdad?
También volvimos a montar toda la horquilla y tampoco hice fotos de nada. Si es que este Diego no para de hablar y me distrae. Cuando acabamos nos fuimos a Ronda a despachar un par de tapas y a la vuelta nos pusimos con el caballete de la R100RS, que está empezando a ponerse bastante duro. Lo que hemos hecho ha sido añadirle un poco de material mediante soldadura tanto a la parte superior como a la curva inferior
y remodelarlo después con la amoladora
Después del montaje la moto se subía bastante mejor al caballete, aunque he de decir, en honor a la verdad, que le debíamos haber añadido bastante más material, en especial a la parte superior, en que tal vez habría sido mejor soldarle una placa pequeña. Si no fuera por lo incómodo que es quitar el caballete y volver a montarlo, la semana que viene la dejaba de lujo. Pero me parece que por ahora me conformo y cuando vuelva a estar vencido lo volveré a apañar mejor.
Y ya no hicimos nada más, salvo charlar y limpiar todas las motos a excepción de la R100RS, y eso que era la que más porquería tenía.
Para la semana que viene tengo que llenar las botellas de la horquilla de la R80ST, que se han quedado sin aceite. Usaré 190-200 cc de aceite SAE 5 para horquillas en cada barra.
Y aquí se acabó el día. Me volví con la R100RS que también me encanta. Si es que me gustan todas...