Pues segun parece, llevamos el mismo camino del año pasado. Se acuerda uno de eso del "calentamiento global" con que nos han estado bombardeando los dos últimos años y lo compara con el frio que pasamos el año pasado y con las noticias de estos dias de aeropuertos cerrados por la nieve y no puede uno sino sonreirse. ¿Calentamiento global? UMPT. Por lo que se ve, se han dado cuenta y ya no hablan de calentamiento global, sino de cambio climático. ¡Toma! pues claro que hay cambio climático. Tenemos un cambio climatico cada pocos dias, cada tres meses, y lógicamente, lo tenemos cada cierto numero de años, y a mayor escala, cada x siglos y cada x milenios. Pero eso ha sido siempre así y no depende mucho de nuestro comportamiento, aunque haya quien se hace de oro ejerciendo de agorero.
Meditaciones aparte, el sábado, como no podía ser de otra forma (no me he resistido a poner la cursilería de última moda entre los periodistas) llovía a mares. Parece mentira la de agua que nos ha caido ya este otoño, y todavía nos queda el invierno. El año pasado acabamos como garbanzos remojados y este año vamos camino de lo mismo.
Bueno, al grano, que me enredo. El sábado hacía muy mal tiempo, así que no me llegué a la guarida a cambiar de moto y lo dejé para el domingo, en que los meteorólogos parece que anunciaban una pequeña tregua.
El domingo salí con el oeste despejado y el sur y el este amenazando la que me iba a caer después, pero confiando en la buena suerte y en que los vientos despejarían el panorama, me puse en camino. Hasta Utrera más o menos bien, pero allí ya empezaron a caer algunas gotas en la visera del casco que desaparecieron enseguida. Lo malo empezó un poco más adelante. Por El Coronil ya llovía con ganas; afortunadamente, el carenado de la R100RS es muy bueno y solo me mojaba un poco los hombros. Lo peor llegó en La Nava, un poco antes de llegar a Algodonales, cuando empieza a arrugarse el terreno y la carretera a recurvarse: niebla muy espesa, agua y viento racheado desde el sur. Por lo menos no hacía nada de frio, algo es algo, pero me hice los treinta y pico kilómetros hasta Ronda a paso de tortuga porque, de verdad, no se veía absolutamente nada con la niebla, pero es que además, se me había ocurrido coger el casco AGV, que tiene una visera malísima para el vaho, pero como hacía tiempo que no me lo ponía (está para la jubilación) ni me acordaba, y claro, a la niebla exterior se le unía la interior y ya la teníamos liada.
Cuando llegué a Ronda había establecido un nuevo record de lentitud; dejé la moto fuera esperando a que se enfriara para lavarla y quitarle toda la porquería que había acumulado durante la semana y especialmente en el viaje.
Mientras actuaba el liquido (dice en las instrucciones que tiene que hacerlo durante unas dos o tres horas, si no más) me puse a limpiar la R100RS, ayudandome a enjuagarla el sirimiri que estaba cayendo.
Me volvía a Sevilla en el misil amarillo, así que le di un repaso a todo (aceite, frenos, etc) y la dejé a la espera de la hora de la partida, soñando todavía con que las nubes se apartaran y se secase la carretera para no ensuciarla mucho.

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