Aunque en realidad es lo que menos he hecho, y además es una avería de fácil solución, me ha dolido que pase. Como sabéis, o a lo mejor no sabéis, porque tal vez ni siquiera lo he contado, el depósito de la guantera de la R65, si, ese que he pintado de rojo y blanco, lo compré en ebay a un precio irrisorio. Ese bajo precio se debía a que tenía dos agujeros en la panza, justo por donde más gasolina se puede escapar, porque si hay un agujero arriba solo se saldrán vapores, o algunas gotas al hacer movimientos bruscos de aceleración o frenada, pero con un agujero abajo se sale todo. Lo compré porque me gustó eso de la guantera con llave encima del depósito, que según me han contado era de la policía y servía para llevar la radio, de ahí el agujero que tiene para que pase el mazo de cables. Los agujeros por donde se escapaba la gasolina fueron tapados usando artes de fontanero (plomo y fuego), lijados y repasados con masilla de carrocero para darles un aspecto un poco mas uniforme. Después pinté el depósito, previa comprobación de que no se salía el agua, y ayer iba a darle una segunda mano de barniz, pero el aspecto del cielo me hizo desistir, porque teniendo en cuenta mi suerte con la pintura, casi seguro que me iba a llover en el momento más importante. Total que monté el depósito, pero antes me puse a enredar con la dichosa cupulita, que no consigo encajar bien en el faro, y es que no es de la medida exacta, y claro, pues el faro no llega a entrar totalmente, y además se me queda un poco ladeada.
Y como me pasa siempre, ya me he ido donde no tenía que irme, al cuarto o quinto párrafo, así que me voy al principio: salida de Sevilla temprano, a las 8,30 de la mañana con la R80ST. Me acompaña hasta la Venta de Cuatro Mojones (pal Pera) José Carlos en su K1200GT ¡menudo bicho, como anda eso, especialmente en rectas, que en curvas quizás ande un poco menos que la R80! La temperatura agradable y sin incidencias hasta la dicha Venta, donde nos tomamos un café y nos despedimos; él se va a Prado del Rey y yo a Ronda. Desde El Gastor viento fuerte racheado que molesta en las curvas, pero llego sin problemas aunque con fresco. Después del ritual de siempre (lavar la visera del casco, quitarme la chaqueta, avisar de que he llagado, enchufar el ordenador, poner música y encender el compresor de aire) me pongo a trabajar. Lo primero ponerle a la R65 los tiradores del aire en lugar del cable. Es que estos tiradores me los había regalado Luigi Bogser, hechos con sus propias manos tras expropiarle por lo judicial a su esposa unas varillas de una batidora, y todavía no los había puesto. El proceso es muy sencillo: se quita el cable original (tres cables, en realidad), se quitan los muelles y se conecta el tirador, o alambrito retorcido, a la leva de cierre del aire ayudándose de un perrillo. Es hasta más fácil hacerlo que explicarlo o hacerle fotos.
Con eso quedaba dado el primer paso para dejar la R65 lista para llevármela a Sevilla. El segundo paso era ponerle la cúpula, que me está dando una lata importante. Veremos a ver si no acabo ajustando la ventana con la rotaflex. Es que al ser el orificio un poco mas pequeño que el faro,no acaba de entrar, y el sistema de anclaje que tenía pensado (directo a los tornillos del faro) no me vale, de forma que tengo que usar pletinas, y aun así no me queda comme il faut.
De todas formas, tras un buen rato de tira y afloja, quedó mas o menos centrada. Segundo paso hecho.
El tercer paso era ponerle unos silentblocks al bastidor para que apoye correctamente el depósito de gasolina y no vaya golpeando metal con metal, con el consiguiente riesgo de abolladura. El sistema que usa BMW es un taco de goma pegado a la cara inferior del depósito justo en el sitio de ajuste, pero como ni tengo esos tacos de goma, ni los quiero comprar porque son caros para lo que son, ni quiero quitárselos al otro depósito, porque eso es desnudar un santo para vestir a otro, me ingenio un sistema: corto varios pedazos de cámara de bicicleta de un tamaño aproximado
y los meto uno dentro de otro hasta conseguir el grosor que estimé similar al de fábrica (cinco trozos de cámara).
Con un par de bridas los dejo en su sitio.
Coloco el depósito y ajusta casi mejor que el original. La moto está lista para llevársela, a excepción de la cerradura de la guantera del depósito, que se me quedó en el cajón de la mesilla de noche. Solo hay que sacar la gasolina del depósito blanco y echarla en el rojo. La verdad es que queda bastante bonita, al menos para mi gusto)
Por lo pronto la dejo aparcada y me voy a lo principal del día: hacer la revisión gorda de la R80 ST (cambiar todos los aceites y filtros, limpiar carburadores y hacer puesta a punto de todo) y de paso cambiarle todas las juntas de goma del motor, la del cárter de aceite y ponerle segmentos nuevos. Saco a la calle a la R100RS, que estaba muy tranquilita encima de la mesa elevadora esperando que le haga algunas cosas algo más profundas, y meto la R80ST. Subo la mesa y me pongo a la tarea. Tiene 69479 km, o sea, que me estoy adelantando 500 km a la revisión, pero no es importante. El próximo cambio de aceite va a tardar 500 km más.
En resumen, lo que quería hacer era colocar todo esto, que estaba guardado en un cajón desde un par de meses después de comprar la moto, o sea, desde hace casi un año.
Y como me pasa siempre, ya me he ido donde no tenía que irme, al cuarto o quinto párrafo, así que me voy al principio: salida de Sevilla temprano, a las 8,30 de la mañana con la R80ST. Me acompaña hasta la Venta de Cuatro Mojones (pal Pera) José Carlos en su K1200GT ¡menudo bicho, como anda eso, especialmente en rectas, que en curvas quizás ande un poco menos que la R80! La temperatura agradable y sin incidencias hasta la dicha Venta, donde nos tomamos un café y nos despedimos; él se va a Prado del Rey y yo a Ronda. Desde El Gastor viento fuerte racheado que molesta en las curvas, pero llego sin problemas aunque con fresco. Después del ritual de siempre (lavar la visera del casco, quitarme la chaqueta, avisar de que he llagado, enchufar el ordenador, poner música y encender el compresor de aire) me pongo a trabajar. Lo primero ponerle a la R65 los tiradores del aire en lugar del cable. Es que estos tiradores me los había regalado Luigi Bogser, hechos con sus propias manos tras expropiarle por lo judicial a su esposa unas varillas de una batidora, y todavía no los había puesto. El proceso es muy sencillo: se quita el cable original (tres cables, en realidad), se quitan los muelles y se conecta el tirador, o alambrito retorcido, a la leva de cierre del aire ayudándose de un perrillo. Es hasta más fácil hacerlo que explicarlo o hacerle fotos.
El tercer paso era ponerle unos silentblocks al bastidor para que apoye correctamente el depósito de gasolina y no vaya golpeando metal con metal, con el consiguiente riesgo de abolladura. El sistema que usa BMW es un taco de goma pegado a la cara inferior del depósito justo en el sitio de ajuste, pero como ni tengo esos tacos de goma, ni los quiero comprar porque son caros para lo que son, ni quiero quitárselos al otro depósito, porque eso es desnudar un santo para vestir a otro, me ingenio un sistema: corto varios pedazos de cámara de bicicleta de un tamaño aproximado



Cuando me dejó tranquilo me puse a la tarea. Lo primero, vaciar el aceite.








Recogí todas las piezas que había cambiado

Me volví en la R100RS, que anda de escándalo, pero que me asusta el que se encienda el chivato de presión de aceite al ralentí. Por cierto, otras cosas electricas para mirar en esa moto: el chivato del generador no va, y el chivato del intermitente derecho tampoco. Y la luz del relohj del cuentavueltas tanpoco enciende. ¡Qué rollo de electricidad!
No hay comentarios:
Publicar un comentario