Pues no desentonan tanto como se pueda pensar en un principio. Algunos de mis lectores me preguntan, no sé si con algo mas de sorna que de curiosidad, que si no hago algo más que enredar con las motos. Obviamente, hago muchas mas cosas; ya se sabe que las mentes inquietas raramente descansan, pero este blog va de motos y así va a seguir; no obstante, a petición de algunos amigos, pongo aquí la receta de las torrijas, ahora que se acerca la Semana Santa, para que se endulcen un poco la vida y, de paso, añadan unos centímetros a su ya amplia cintura, que esto lleva calorías de las de guardar junto al ombligo. ¡Va por vosotros!
Tomaremos, para empezar, una pieza de pan que habremos preparado previamente (yo hago mi propio pan y ya os contaré otro día las formas de hacerlo) o que habremos comprado a este efecto en una panadería, solicitando al amable tendero que nos lo sirva especial para torrijas. La preparación, para el que no se haga su pan, consiste, exclusivamente, en dejarlo unos dos o tres días hasta que empiece a ponerse incomible (las mujeres dicen que se ha asentado, y así será, si ellas lo dicen). A continuación cortaremos el pan primero en rebanadas de un grosor de 1,5 cm y después volveremos a cortar las rebanadas, o no, según el tamaño torrijero que queramos, a saber: grande (sin cortar), mediano (cortar por la mitad) o pequeño (cortar en cuartos). Yo he preferido, por esta vez, hacerlas en tamaño mediano.

No hay comentarios:
Publicar un comentario