Esto ya va empezando a tomar forma. Hasta ahora todo el trabajo ha sido desmontar, reparar, limpiar... y ahora viene la parte más bonita: volver a ponerlo todo como debería estar.
Salgo de Sevilla tempranito, que el tiempo meteorológico y la estación invitan a hacerlo. Voy en la 1100S y con gomas nuevas ¡No os digo nada lo que he disfrutado, sobre todo en los últimos tramos...! A las nueve y poco en Ronda. Lo que tenía pensado hacer, sobre todo, era pintar el depósito de la Sherpa, pero al final no pudo ser. Si lía uno a hacer cosas y haces de todo menos lo que tenías programado. En realidad es que no tenía imprimación específica para fibra de vidrio y buscar cosas raras en Ronda es un numerito, que la mitad de las tiendas ni han oído hablar de esas cosas.
Me había quedado el último día en que tenía que cambiar los cojinetes de la dirección de la Sherpa. Pues eso fue lo primero que hice. Un par de golpes por dentro para sacar los casquillos y fuera.
Se coloca el nuevo y se mete la barra de la dirección con su cojinete.
Se coloca la tija superior y se ajustan los aprietes. El par de esto no me lo sé, así que a ojímetro, es decir, aprieto hasta que oponga un poco de resistencia al movimiento y seguidamente aflojo un poco.
Y con esto ya podemos poner la amortiguación delantera. Me falta por ponerle aceite, pero así pesa menos, que hasta que le ponga las ruedas y el manillar esta moto pesa cada día más.
La vuelvo a subir a la mesa y coloco el pedal del freno.
Al tensor de cadena le cambio la goma, que está un poco gastada.
Y lo coloco en su sitio, previo recorte del muelle que tenía, y colocación en su sitio de verdad, que lo tenían enganchado a la parrilla de protección del cárter porque era muy largo.
Con esto ya puedo poner el motor en su sitio.
Ahora sí que pesa la condenada. Hay que ir pensando en poner las ruedas si no quiero deslomarme.
Le coloco las orejetas del faro en las barras de la horquilla y la dejo preparada para cuando me manden el nuevo cerquillo del faro, que estaba de pena y he decidido ponerlo nuevo.
Seguidamente coloqué el carburador y el filtro del aire y con eso dejé la Sherpa para la próxima semana.
A continuación saqué la R100GS para hacerle unas fotos para el anuncio de venta y para dejarla preparada, que me la llevaba para Sevilla.
También saqué la Triumph para darle un fregado, el primero de su vida, que todavía no la había limpiado desde que volvimos de Santiago y de eso hace un mes. Por cierto, que limpiando me di cuenta de que los dos protectores de las barras de horquilla venían medio sueltos. Un negativo para Triumph.
Y, ya puestos, pues le tensé la cadena, que en tres mil kilómetros se ha aflojado un poco ¡anda que no voy a echar de menos el cardan!
Por cierto, la caja de herramientas de esta moto es completísima. Solo le falta un teléfono móvil para llamar a la grúa, porque con ese arsenal de herramientas no puedes ni cambiar un fusible.
En fin, ya veremos con qué vamos rellenando la bolsita. Por lo pronto hace falta una llave 17, por lo menos, para poder tensar la cadena, ya que el primer paso consiste en aflojar el freno de la excéntrica, que es este tornillo que está debajo de la llave
Seguidamente, con la llave que trae la moto, y moviendo en el sentido contrario de las agujas del reloj, se tensa la cadena.
Para acabar el día también le di un buen lavado a la R100RS, que todavía tenía mucha de la porquería acumulada durante el invierno, y eso que las limpio a menudo, pero no hay forma de tenerlas limpias siempre. Es que son muchas. Tengo que desprenderme de algunas, que el patio está tal que así cuando me voy.
Y eso que la Sherpa, que está al fondo, como no tiene ruedas, casi no se ve.
La vuelta muy bien, salvo que me ha vuelto a parar la Guardia Civil en el control que ponen de vez en cuando en La Nava, un poco más allá de Algodonales. Es la tercera vez que me paran en un mes o mes y medio. En cuanto me quité el casco me reconoció un amigo guardia y no me hicieron abrir las maletas ni nada, pero, vamos, que se ve que estoy echando cara de delincuente habitual, porque me paran cada vez que me ven ¡con lo bueno que soy yo!