miércoles, 19 de febrero de 2014

338.- LA SHERPA PUEDE ESPERAR

¡Ea! Ya he averiguado lo que le pasaba a la R80R. El otro día me la iba a traer a Sevilla, pero al ir a inflar la rueda trasera me hizo un ruido muy raro que yo localicé, no sé por qué, en el grupo cónico, así que la dejé parada hasta investigar lo que le pasaba. 
Pero antes de contaros lo que le pasaba, los preámbulos: salida temprano, sobre las ocho y media, para evitar el atasco de las neveras en el Puente del Centenario, pero no hay manera. A la hora que salga, entre las ocho y las nueve y media, me encuentro el atasco y aunque con la moto se pasa bastante más rápido, no tiene nada que ver con el puente sin atasco. La mañana estaba bastante fresca, pero al menos el sol estaba fuera, que hacía ya unas cuantas semanas que no lo veíamos. Total, que un viajecito la mar de agradable a pesar del fresquito, pero ya llegará la primavera.
Lo primero que hice, nada mas llegar, fue darle una buena ducha a la R1100S y a la R80ST, que estaban las dos de pena con todo lo que les ha caído estas semanas atrás. Todavía no tengo el latiguillo del freno trasero de la R1100S, así que por lo pronto está inoperativa, pero eso sí, limpita, limpita.


Una vez hecho esto, me puse a la tarea. Como decía, estaba convencido de que la avería estaba en el grupo cónico, lo que refuerza mi convencimiento, como después veréis, de que no tengo ni idea de esto de las motos. Subí la moto a la mesa, la amarré por la parte delantera para evitar disgustos y le quité la rueda trasera. Ya sabéis: cuatro tornillos, quitar la palometa del cable del freno trasero y desinchar el neumático para que salga fácilmente por la trampilla deslizándose por entre las zapatas y el silenciador.


Siguiendo con mi idea de que la avería estaba en el grupo cónico, quité la tiranta,


la cogida del amortiguador,


los pivotes del basculante,



y la abrazadera distal del fuelle.


Retiré totalmente los dos pivotes y tiré del grupo cónico, encontrándome todo lleno hasta las trancas de valvulina, cuando en esta zona no debe haber valvulina.



Obviamente, aquí ya me di cuenta de que me estaba columpiando. Este aceite tenía que venir de la caja de cambios. Intenté mover un poco el cardan y comprobé que el rodamiento era áspero y dificultoso, en tanto que el grupo cónico giraba con fluidez, así, pues, trabajo en balde, o no tanto, como pude comprobar un poco después.
Dado que para encajar el grupo en el cardan es mas fácil hacerlo con todo desmontado, al menos para mí, quité el brazo basculante completo, y ya de paso le daba un limpiado.
Para ello solo hay que aflojar la abrazadera del fuelle,


quitar los dos pivotes que lo sujetan al bastidor



y retirarlo.


Tiene porquería ¿eh? Pues nada, un poco de lana de acero y a recuperar el buen aspecto.




Durante la limpieza compruebo que los cojinetes giren bien, pero no es así. Uno de ellos tiene la jaula de los rodillos medio rota y no gira suave, así que decido cambiarlos los dos. Para sacarlos aplico calor y salen con unos golpes ligeros con un botador.



Esto me va a retrasar, ya que no tengo los cojinetes de reserva y tendré que comprarlos en Sevilla. Por cierto, las medidas son 10x32x17, la referencia del fabricante es FAG 10 6465A, y no se encuentran por ninguna parte salvo en los concesionarios BMW. Me dicen que es un cojinete que se fabricó expresamente para BMW y solo ellos disponen de él ¡qué cosas! Y encima no es barato.
Bueno, una vez localizada la avería en la caja de cambios, había que ir por ella, así que a desmontar. Lo primero, el silenciador (lo blanco que se ve en la base del soporte de las maletas no es un arañazo, sino la etiqueta, que no la quité bien cuando lo monté y por ahí sigue)


Seguidamente la marmita, a la que habrá que darle un repaso para dejarla reluciente para la primavera.


A continuación quitar el filtro del aire, que a su vez también sujeta la caja de cambios al bloque del motor.




Quito la palanca del embrague y los dos tornillos inferiores que sujetan la caja de cambios, saco la varilla del embrague para evitar torsiones al sacar la caja, quito la batería y la caja que la soporta y ya puedo sacar la caja de cambios, previa desconexión del sensor de punto muerto.


El sensor de punto muerto, por cierto, no funcionaba debido a que uno de los dos cables se me había roto y estaba esperando una oportunidad como esta para arreglarlo.



Un fast-on y un apretón de alicates y listo.
Y ahora ya solo quedaba darle el cambiazo a la caja de cambios. A la izquierda la que tenía en reserva y a la derecha la que se ha estropeado.


Con esto puedo seguir usando la moto mientras me dedico a arreglar tranquilamente la caja de cambios.
Ahora solo tengo que hacer todo al revés: colocar la caja de cambios en su sitio, atornillarla por abajo colocando los cables del sensor de punto muerto, meter la varilla del embrague, colocar la palanca de embrague, montar la batería con su soporte, montar el filtro del aire que a su vez sujeta por arriba la caja de cambios, y dejarlo todo como estaba. También aprovecho para cambiar el tornillo de llenado por la mirilla, mucho más practica. También he tenido que quitar momentáneamente la tapa del motor de arranque para poder enchufar el tubo del respiradero del motor a la caja de cambios, que si no, no hay forma.





Y ahí me quedé. Estoy a la espera de los cojinetes para montar el basculante y poder bajarla de la mesa. A ver si los tengo aquí para la semana que viene.


Mientras tanto, como decía al principio, la Sherpa puede esperar.

miércoles, 12 de febrero de 2014

337.- AVERIA DE FRENO TRASERO EN LA 1100S, PUESTA A PUNTO DE LA R80ST Y SIGO CON LA SHERPA

En el título de la entrada está el resumen de todo lo que hice ayer, pero no es tan rápida la cosa, porque realmente el domingo, anteayer, estuve haciendo algunas cosas de la Sherpa. Me había traído el faro la semana pasada para darle un repaso a los cables y al aspecto general, y aprovechando el aburrimiento del domingo por la mañana, me puse con él. El aspecto general del faro es bastante malo; suerte que estas motos casi lo llevaban de adorno. El cerquillo está oxidado y abollado por dentro; por fuera ha sido pintado de color gris. Debajo del color gris hay algunos pequeños desconchones a cuyo través se puede ver la imprimación de color rojo. La parábola reflectora tuvo días mejores, y lo único que medio se salva es el cuerpo del faro que, no obstante, está pintarrajeado con la imprimación roja y con restos de pintura gris. O sea, que hay que lijarlo todo y a ver cómo queda.





Los cables están envueltos en cinta aislante roja que posteriormente fue pintada en negro (doble trabajo). La cinta aislante está tiesa y quebradiza. La retiro toda y resulta que mide casi lo que trae un rollo. No la he medido, pero calculo que sobre cuatro metros de cinta. Los cables también están un poco tiesos, así que lo que haré será comprar un trozo de cable ya enfundado y sustituirlo. La bombilla y el portalámparas están bien.
Con un poco de lija se desprende la capa de pintura gris y aparece la imprimación roja.



Sigo lijando y aparece por fin el cromado.


Y finalmente la causa de tanta pintura: bollos rellenos de rocadur o similar por múltiples abolladuras de algún revolcón gordo. Lo malo es que es en la cara superior del cerquillo, que si no se quedaban así.


Ya veré si busco un cerquillo nuevo o si mando este a cromar. Por lo pronto me voy a poner con los cables, pero eso lo haré cuando tenga un rato libre entre semana.
El lunes me fui a Ronda temprano, sobre las nueve menos cuarto ya estaba en la moto. La previsión del tiempo era de frío intenso y de lluvia e incluso nieve en la Serranía de Ronda, y, efectivamente, el tiempo frío y despejado hasta Cuatro Mojones, y a partir de allí un sirimiri con rasca intensa que no me llegó a afectar gracias a que me había preparado con el mono nuevo impermeable y calentito ¡buena compra!. Además, la R1100S tiene puños calefactados, así que ni siquiera en las manos noté el frío. Fui todo el camino más despacio que lo que lo hago normalmente, porque iba sin freno trasero, que había muerto en la noche del miércoles, a la vuelta de Los Barriles.
Todo había empezado la mañana del miércoles en que al salir del trabajo vi una gota marrón oscura debajo del grupo cónico. ¡Vaya! está tirando aceite -pensé- habrá que revisar el grupo. Por la noche me fui a Los Barriles y en una de las salidas a la calle pude ver todo el flanco derecho de la goma manchado de lo que supuse que era valvulina. Allí hicimos un montón de especulaciones sobre si un retén o el otro que se había ido, que si los cojinetes, que si... yo qué sé... Y ahí se quedó la cosa. Me fui a casa a las doce, o un poco antes, pensando que ya tenía otra tarea que hacer y, mira por donde, en una de las rotondas del puerto (siempre me pasan cosas en ese tramo), al entrar, me quedo sin freno trasero. No iba fuerte, así que ni siquiera un susto, pero eso sí, la sensación de aceleración de la moto al pisar el freno, hundirse el pedal hasta el fondo y no pasar nada. Ahí lo vi. Eso no era aceite, sino liquido de freno, y la única opción era que se hubiese roto el latiguillo o que se hubiese aflojado el tornillo que lo fija a la pinza. La verdad es que lo primero que pensé era que el perro suicida de Alvata había mordisqueado el latiguillo, pero precisamente ese día no se había traído al perro. En cuanto llegué a casa vi con una linterna que la parte final del latiguillo estaba desencajada de la pieza que la aprisiona. Es un latiguillo de goma, que no aparenta excesiva calidad en comparación con uno de acero trenzado. Comprobada la avería lavé bien con agua la parte posterior de la moto para evitar que el liquido de frenos se llevara todo lo que pudiera y la dejé parada el resto de la semana, mas que nada porque en ciudad sí que se usa mucho el freno trasero, y con las calles mojadas, los atascos y solo el freno delantero, lo más fácil era tener un disgusto.
Bueno, como decía, iba para Ronda sin freno trasero, pero sin problemas porque en carretera, a paso normal apenas si lo uso. Llegué sobre las diez y cuarto, mojado por fuera pero calentito, y enseguida me puse a hacer lo primero que tenía que hacer: desmontar el latiguillo para llevármelo a Sevilla a ver si el amigo Fini me podía hacer uno igual.
Desmontar el latiguillo no tiene mucha ciencia porque está muy a la vista.


El sitio por el que ha cedido es esta unión:


Para quitar el latiguillo solo hay que quitar el guardabarros (dos tornillos) quitar las abrazaderas que unen el latiguillo y los cables y quitar los tornillos que lo sujetan por un lado a la pinza y por otro a la conducción hidráulica.


Y aquí está el interfecto (por aquello de que ha palmado).


Seguidamente me puse con una tarea que había dejado pendiente la semana pasada: hacerle una puesta a punto de balancines a la R80ST, que sonaba como una pandereta desafinada: abrir el cárter del alternador para mover cómodamente el cigüeñal, quitar la bujía y meter un destornillador para ver cuando llega al punto muerto superior, abrir el culatín y comprobar si las válvulas se están cruzando en el punto muerto superior.


Como suele ocurrir según la ley de Murphy, el primer culatín que abres es el que está en cruce, así que me voy al otro lado a hacer el reglaje. Cierto que podría darle otra vuelta al cigüeñal, pero es que soy bastante flojo para esas cosas.


En este lado quito la tuerca del escape porque me es mucho más fácil acceder a la tuerca delantera del culatín, tanto para quitarla como para ponerla después. La junta está francamente mala, quebradiza e incluso se quiebra, así que saco una nueva del cajón para sustituirla. A continuación ajusto las válvulas a 0,10 en admisión y a 0,20 en escape.



Cierro el culatín, me voy al otro lado y repito la operación.


El ajuste de apretadura de las tuercas de fijación lo hago a 22 Nm. Es conveniente hacer bien esta operación y ajustar con la dinamométrica, que este tornillito de ajuste vale un pastón.
Y acabado el reglaje la moto suena bastante mejor. Véase y óigase en este vídeo y compárese con el anterior, en la entrada de la semana pasada. Ha mejorado notablemente, y es que estas motos con nada de cariño que le echemos van de lujo.


Y una vez que acabé con las BMW me puse con la Sherpa. La llanta trasera, que ya había desmontado el último día, estaba un poco regular, y un poco regular se ha quedado. He visto que tiene un radio roto, y si lo encuentro antes de poner los neumáticos lo cambiaré, si no se va a quedar así. Lo peor es la cantidad de porquería, golpes arañazos, etc que tiene.


Para apañarla he usado lana de acero gruesa al principio, y fina después, y el resultado creo que es bastante bueno, aunque, claro, todo es mejorable, es cuestión de más horas dándole caña, pero yo no tengo tanta paciencia.



Al plato portazapatas le puse los dos circlips que se rompieron al sacarlas (medida E-11) y le di el mismo tratamiento que a la llanta, lo que pasa es que no hice fotos por el otro lado, pero os la imagináis: muy brillante.


Y con esto di de mano en la rueda trasera, aunque todavía me falta lijar un poco la corona y montarla, pero de eso me acabo de acordar cuando estaba escribiendo esto, así que lo dejaré para el próximo día.
A continuación desmonté la rueda delantera,


dejé la llanta preparada para quitar el neumático


y me puse con el plato portazapatas, que tampoco tiene muy buena pinta que digamos.



Aunque le di una buena friega se me olvidó hacerle fotos, pero no importa, la semana que viene las hago, porque todavía le queda un poco para recuperar el brillo.
Se me había hecho un poco tarde, así que solo quedaba recoger y marcharme. Tenía previsto volverme en la R80R, pero al comprobar la presión en la rueda trasera, al moverla para colocar la válvula en un sitio cómodo noté ruidos raros en la transmisión, con lo que, y hasta que compruebe de qué se trata, se queda parada. O es un cojinete del grupo cónico o es el cardan. Ya lo desmontaré la próxima semana, y mientras tanto me vuelvo en la R100GS, que cada día me gusta más y eso que cada vez me cuesta más subirme a ella. Debo de estar encogiendo con tanta agua. La vuelta sin anécdotas y sin problemas.