Si, aquella llanta que me dio el susto en Portugal este verano y que tenía un llantazo de mucho cuidado...
Pues la llevé a arreglar a Llantasol, en Gines, y me la han dejado bastante bien. Son recomendables. La he recogido hace un rato y ya está nuevamente lista para lijar y pintar, pero esta vez me dejaré de tonterías y la pintaré en negro, no sé si brillante o mate, ya veremos, pero con pintura de verdad, acrílica, no de la de forja que usé, que era una auténtica mamarrachada.
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