martes, 4 de octubre de 2011

263.- FIN DE SEMANA AJETREADO

Once de la noche del viernes. Miro el tiempo que va a hacer el sábado y, una vez más, desoigo las predicciones. No sé ni para qué lo miro; si me gusta, bien, pero si no, también, así que es una inutilidad perder el tiempo en mirarlo. De todas formas dice que el sábado va a ser un día ventoso, especialmente en Ronda. Cualquiera se habría dejado las ganas de pintar en la mochila y se habría puesto a hacer otras cosas, pero yo no soy cualquiera, claro, así que el sábado me pongo en marcha con viento, por supuesto, que conforme me voy a cercando a Ronda se va convirtiendo en casi temporal, y que cuando llego a la Guarida es temporal, seguro. Los árboles con el viento, como el algodón con la porquería, no engañan, y ahí está el sauce con las ramas a modo de bandera indicando que el viento, de fuerza mogollón, viene del sureste, o sea, un levantazo de muchísimo cuidado.


Como decía antes, eso no me arredró, que ya antes he luchado con el viento, con los insectos y con toda clase de adversidades, pero antes de ponerme a pintar dejé limpiándose con ultrasonidos una bomba de freno de 12 mm que quería dejar preparada para ponerle a la R80ST, que desde que le puse la bomba de la R65 no va nada bien. Tiene demasiado recorrido sin actuar, y aunque al final acaba frenando, la primera impresión es que no va a hacerlo, con el consiguiente sobresalto. Si bombeo un poco va bien, pero en seguida vuelve a perder fuelle. Y lo curioso es que esta bomba iba bien con la R65 cuando solo tenía un disco, así que no sé por qué no va a ir bien en la R80ST, cuando el circuito de freno es el mismo que tenía antes la R65: idéntica bomba, idéntica pinza e idéntico latiguillo. 
A lo que iba, que desmonté totalmente la bomba (solo hay que quitar la arandela de retención del cilindro maestro ¡vaya nombre raro! y ya sale todo) Por cierto, esta no es la bomba que tiene puesta, sino una que tenía por allí para arreglar, de ahí su estado.


Una vez desmontado todo lo sumerjo en agua con unas gotas de detergente y pongo en marcha los ultrasonidos. Le voy a dar varias sesiones, así que no tengo mucha prisa. Le doy al botoncito y me marcho. Cuando vuelva le daré otra vez.


Aún con toda la ventolera me preparo las piezas a pintar. Sé que no es buena idea, pero me voy a arriesgar. Una posibilidad es cerrar la puerta para que no entre el viento, pero me quedo sin luz. Nada, con media puerta abierta se puede pintar bien, aunque sigue entrando mucho aire y encima veo poco.


Preparo la pistola de Alvata, que se ha empeñado en que pinte con ella, y empiezo. Las ráfagas de viento me dispersan el aerosol pero no queda mal del todo. Si para pintar no tengo problemas; lo malo es la laca...


La pistola, querido Tato, ni es buena ni es mala. Es una pistola como cualquiera de las dos que tengo, y la pintura, con cualquiera de ellas me sale bien ahora, lo que es la laca...



Dejo las piezas secándose y me voy a la siguiente tarea, pero antes le doy otro empujoncito a los ultrasonidos de la bomba de freno. El agua empieza a tomar cierto tono marrón que no tenía antes.
La siguiente tarea es preparar la R100RS para invierno. Tengo que reconocer que la moto está más bonita con el carenado completo en vez de con el medio carenado, pero cuando se acuerda uno de la que hay que liar para ponerlo y para quitarlo, para poner y quitar las defensas, y que encima eso hay que hacerlo bastante a menudo, cada vez que hay que trastear en el motor, entran ganas de dejarla totalmente desnuda o como mucho con un carenado pequeño tipo S. Cualquier día acabará así, como si lo viera. 




Dos horas invertidas en montar todo el tinglado. Cierto que he hecho alguna que otra parada para limpiar la pistola, ir por una cerveza y darle al botón de los ultrasonidos, pero eso es más o menos lo que se tarda en montar o desmontar el carenado.
Acabo y la saco a la calle para darle un buen fregado, que entre la porquería que tenía y la que he ido dejando yo a base de dedazos al montar, está que da pena, pero antes le doy un fregado a la R65, que es la que me va a llevar a Sevilla de vuelta.


Saco la bomba de freno de los ultrasonidos y el aspecto es de limpieza; el de la bomba, claro, que el agua se ha quedado bastante sucia.


Con un poco de aire a presión seco todas las piezas, con lo que salen los últimos restos de mugre, cepillo la bomba y la pinto con los restos de un spray negro que encuentro por un cajón. No ha quedado perfecta, pero si funciona bien ya habrá tiempo de pintarla adecuadamente con una pintura epoxi.


Por ahora lo único que me interesa es comprobar que funciona. Entonces ¿para qué demonios la pinto, que ahora no la puedo tocar? De todas formas la dejo montada para que no se pierda ninguna pieza y el próximo día la pruebo.


La R100RS, después del lavado se queda así de bonita:


Y limpiando la llanta trasera me doy cuenta de que el basculante tiene un poco de juego. Quito las tapas de los ejes, y en efecto, la tuerca derecha estaba floja y ello ha permitido que se afloje a su vez el tornillo que hace de eje. Espero que los cojinetes no hayan sufrido. Lo vuelvo a calibrar y cierro. Se ha quedado bien. La guardo y le pongo su funda. ¡Hay que ver la de tiempo que hace que no uso las fundas! Se queda durmiendo hasta el sábado próximo, que le toca el turno, eso sí, cortito, hasta el día del Pilar, que después le tocará llevarnos a Benidorm.
Recojo las piezas pintadas y las dejo a la espera de laqueado el próximo día. Con el viento que hace no se me ocurre siquiera pensar en laquearlas. No estoy tan majarón.
Me vuelvo a Sevilla en la R65, y conforme me voy alejando de Ronda el viento va amainando. Y es lo que digo yo, que me tiene pilladas las vueltas.
Llegué a Sevilla bastante cansado, y el fin de semana de mecánica aún no se había acabado, que el domingo había quedado en echarle una mano a JuanR65 en Huelva con el motor de su R65. Ni que decir tiene que dormí como un angelito; toda la noche del tirón... hasta las cinco de la mañana, que me levanté a ver las carreras. Cuando acabó la de MotoGP ¡enhorabuena, Dani! nos fuimos, Maricruz y yo, para Huelva. La R65 es una muy buena moto. La gente no se lo cree, pero hace cruceros a velocidad más alta de la que nos permite la actual legislación con dos pasajeros sin ningún problema y con muy poco consumo. El único pero es el reprise, pero si no necesitas arrancadas espectaculares es una magnifica moto de trabajo, de paseo y de viaje. Y encima es muy bonita.
A las diez menos cuarto estamos en Huelva, donde nos espera JuanR65 que nos lleva a su casa. Tras las salutaciones a Manoli, su mujer, y a su suegra, que por cierto, es motera de toda la vida, nos pusimos manos a la obra. Desmontar cilindros, cambiar todas las juntas de goma y montar. Limpiar carburadores y cambiar todas las tóricas, que si ya estaban rígidas las que tenía, no estaban en mejor estado las que había comprado, porque al menos las del tornillo de ajuste de mezcla se nos rompieron al intentar ponerlas en el carburador izquierdo y tuvimos que optar por dejar las antiguas. Otro problema es que no teníamos llave dinamométrica, así que dejamos los tornillos de la culata a ojo para que Juan los repasara al día siguiente. Acabada la tarea nos invitaron a comer en Punta Umbría, después tomamos café en Cartaya y de allí a casita que ya empezaba a darme la lata la espalda. Me parece que a partir de ahora voy a declinar las ayudas a quien no disponga de mesa de trabajo, que tengo ya una edad para andar tirado por los suelos. Quitando esto, un magnifico día; además de haber echado unos buenos ratos de charla y haber aprendido algunas cosas nuevas respecto a pintura (no hay como preguntar a quien sabe) he remozado los conocimientos de mecánica relativos a cilindros y carburadores, que aunque parezca que no, se olvidan cuando no se practican a menudo. Y es que esto de desmontar las motos ajenas me gusta. Las mías un poco menos.

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