domingo, 5 de abril de 2009

123.- POR FIN EL APAREJO

Bueno, parece que vamos avanzando algo en la pintura, pero antes de eso he hecho alguna otra cosa.
Venía notando desde hace tiempo que cada vez era mas difícil subir y bajar la BMW del caballete. Era factible que fuera por mi edad, pero como en estas cosas también intervienen otros factores como el desgaste de materiales, por si acaso no era una cuestión mía encargué el otro día los casquillo del caballete. Estas cosas no suelen tenerlas en el concesionario, así que hay que pedirlas con tiempo para que la falta de previsión no nos arruine una mañana de trabajo; bueno estas cosas y otras muchas cosas, porque por regla general, vaya por lo que vaya, suelen tener que pedir las piezas. Eso sí, todo hay que decirlo, en un par de días están aquí, por lo que siendo un poco previsor, sin problemas. Desde luego, si dejase la moto en el taller para que le hiciesen una tontería como esta de cambiar los casquillos del caballete, seguramente tardarían como cuatro o cinco veces más. Y si no que se lo pregunte a algunos que para cambiar unos cojinetes de la rueda delantera han estado esperando tres semanas, tiempo más que suficiente para que se oxide un pistón por falta de uso.
A lo que iba, que me enrollo por donde no quiero. Después del agradable paseito primaveral en la BMW hasta Ronda me puse con los casquillos del caballete. Son unas piezas sobre las que se apoya casi todo el peso de la moto cuando se deja en reposo, por lo que suelen sufrir bastante. El casquillo izquierdo aparece marcado en rojo en el esquema; para los daltónicos, la pieza señalada con el numero 16.

Aunque tanto en el esquema como en mi moto el tornillo que sujeta el casquillo aparecen con la tuerca hacia fuera, creo que es mucho mejor ponerlos al revés, es decir, con la tuerca (8) hacia el interior y el tornillo (7) hacia fuera, porque el tornillo es de cabeza allen, y no es posible meter una llave allen para sujetarlo porque te lo impide el cárter del motor. Si le damos la vuelta podemos sujetar fácilmente la tuerca con una llave fija o de estrella en tanto que podemos apretar desde fuera con una allen. Es algo en lo que no cayeron los "inieros" alemanes, pero aquí estoy yo para enmendarles la plana. De todas formas, por si las moscas, lo he dejado como estaba. El proceso es bien sencillo: se quita la tuerca y se extrae el casquillo

se comprueba que el casquillo está bien machacado (a la izquierda el viejo, a la derecha el nuevo; es fácil distinguirlos, sobre todo por el color y por algún que otro pequeño detalle de la superficie)

se mete el casquillo nuevo con un pelín de grasa, y se aprieta la tuerca.

Se repite la operación en el otro lado y ya tenemos casquillos para una buena temporada (otros 25 años).

Los casquillos estaban bastante estropeados. No me extraña que costase tanto subirla y bajarla del caballete.

Ahora queda asi de bien "plantá":

Después de arreglar este pequeño problema me fui a la tarea principal del día, que era aparejar todas las piezas que quiero pintar en rojo. Para ello acabé de lijar algunas zonas que quedaban por lijar, especialmente una zona rota en el carenado que acabé de arreglar el último día, y enmascaré la zona de los relojes, que no debe ir pintada. A continuación puse bien juntitas todas las piezas, y me dispuse a preparar el aparejo.

Hasta este momento nada de viento, pero fue abrir la lata del aparejo para que empezase a soplar. Yo creo que me esta esperando y me tiene cogidas las vueltas. Afortunadamente no era demasiado. Preparé el aparejo siguiendo la recomendación del fabricante: cuatro partes de aparejo y una de catalizador, pero aquello quedaba demasiado espeso para la pistola, de forma que tuve que rebajarlo un poco con disolvente. El resultado no está del todo mal, pero me muestra algunas zonas con errores que tengo que corregir con masilla.

El próximo día, cuando empiece a aplicar lija fina iré corrigiendo los pequeños defectos que han quedado y volveré a darle una nueva mano de imprimación.
También he tomado nota de las medidas de las fundas de los cables de la OSSA, para comprarlas y ponerlos. Y me sigue quedando desmontar completamente las ruedas y los bujes, limpiarlos, cromar las llantas y montarlo todo.
A la vuelta, y teniendo en cuenta que el dia era totalmente primaveral, y si no, veáse cómo las yemas del castaño empiezan a brotar, me volví con la Honda, que tambien quería probar cómo iba la cupulita que le pusimos el otro dia.

También está brotando el huerto de mi hermano, que no sé si lo habré dicho antes, pero es de los mejores hortelanos de este hemisferio, y tanto es así que vienen afamados cocineros a comprarle sus riquísimas hortalizas y verduras, en especial sus tomates, que, de verdad, están de muerte.

Seguiremos informando desde aquí de los progresos de la huerta. Saludos, Javi.
Y poco más que contar: la vuelta muy agradable. Se nota muchísimo la cúpula, con lo que se demuestra una vez más que Bokis, en su inmensa sabiduría motera, tenía razón y había que ponérsela. El único incidente desagradable es que he visto un radar de esos de trípode que estaba en la carretera de Utrera, llegando al cruce hacia Dos Hermanas y Alcalá de Guadaira, pero como en esta moto (y en todas, claro) siempre voy a velocidad legal, no creo que haya pasado nada. ¡Qué mania de recaudar! un radar en una autovia con velocidad limitada a 100 km/h pero en la que se podria ir sin problema alguno a 140: amplia, poco tráfico, sin curvas pronunciadas... Otro cero para el Pera y sus adláteres.

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