Lo primero que le hice a la Sprint fue pintarle los tubos de escape en negro. Venian en gris y me parecía que debían quedar mejor en negro mate. Me llevé una regañina por meterle mano a la moto apenas estrenarla, pero es que uno no se puede controlar con esas cosas. ¿El resultado? Pues a mi me gusta, aunque ya sabemos aquello de para gustos los colores... o lo de hay gustos que merecen palos. La operación fue sencillita: desmontar quitando los tres tornillos, pintar con un spray de pintura negra mate anticalórica y esperar que secase. Volver a montar y admirar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.