lunes, 28 de marzo de 2011

245.- ALFARNATE Y ALGO MAS

Este fin de semana ha resultado algo movido, quizas algo más de lo que hubiesen querido mis huesos, que andan hoy recordándome los cerca de ochocientos kilómetros que me he hecho entre sábado y domingo, pero como siempre, me adelanto, así que vamos al inicio.
Todo esto empezó, poco más o menos, porque le dije a Diegofull que el sábado me iba a llegar a ver a Javi al Hospital Virgen de la Victoria y Diego me dijo que me acompañaba. De ahí a montar un pollo como el que ha montado Diego en la Venta de Alfarnate, no hubo más que el poner el anuncio en bmwmotos.com y que empezase a apuntarse gente. Yo, además de apuntarme, seguía con mis planes: ir a Ronda a cambiar de moto, seguir hasta Cártama, recoger a Diego, llegarnos al Virgen de la Victoria a ver a Javi y, a partir de ahí, cualquier cosa. Hasta la noche del viernes no sabía si iría solo ni si me acompañaría alguno de los mirlos desde Sevilla, así que a las diez y media de la noche estaba en la cama con media espalda hecha polvo. Me quedé dormido enseguida, pero, mira lo que son las cosas, esa noche le dio por llamarme a medio mundo, así que hasta las doce de la noche estuve durmiendo como un niño chico: despertándome cada diez minutos. El último, Roberto, para decirme que se venía conmigo y que quedábamos a las 9 en la gasolinera de Montequinto.
A las nueve y cinco estabamos en la citada gasolinera (llegar a la hora con un paquete femenino es casi imposible, y cinco minutos son disculpables en estas circunstancias). Momentos después estábamos en marcha. Roberto tirando, que le gusta ir de pericón. Apenas salir de Sevilla nos encontramos con un coche de la Benemérita de trafico, que nos llevó hasta El Coronil a paso absolutamente legal, tanto que no bajaban ni un kilómetro por hora para poder adelantarlos sin riesgo de multa y tentetieso. Como decía Roberto, nos llevaron a paso de conozca usted España. A partir de El Coronil nos dejaron ir ya a nuestro paso, que es, por supuesto, siempre legal, pero más acorde con las circunstancias de la ruta.
Llegando a Ronda me empieza a sonar el teléfono y no consigo enterarme de nada porque no sé qué le pasa al Midland BT2 que suena terriblemente alto con el teléfono, aunque suene normal para la conversación con el pasajero. Tal vez sea el teléfono el culpable, pero el caso es que como le digo a mi interlocutor que no me entero de nada, el pobre lo que hace es chillar más, con lo cual empeora el tema. Total, que no me entero de nada cuando me llaman por teléfono. De todas formas, cuando llegamos a GMW para cambiar de moto, estaba en la puerta esperándonos el autor de las llamadas: José Ignacio (Conde) y ya hilé lo que quería decirme: que si nos quedaba mucho; pero ya no servía...
En un momento cambié de moto; dejé la R80ST y cogí la R1100S, cosa que me vino muy bien porque estos dos llevaban motos mucho más potentes que la R80ST, y encima iban solos. Los primeros kilómetros de la carretera, hasta El Burgo, se me hicieron insufribles, porque al cambio de postura, de pesos y de forma de conducción se unía una carretera muy ondulada, que con la suspensión dura del misil amarillo se transformaba en una autentica paliza para los brazos y la espalda. A partir de El Burgo el piso estaba mucho menos ondulado y la cosa cambió. Nos lo pasamos divinamente haciendo curvas, miles de curvas, hasta llegar a Pizarra. Por cierto, la ruta que hicimos fue la siguiente:

En Pizarra, o un poco más allá, debería estar esperándonos Diegofull, pero al salirnos en el sitio en que habiamos quedado y no encontrarlo, lo llamamos por teléfono y nos dijo que fuésemos a buscarlo, que la R90S no quería arrancar. Allá que nos plantamos en su nave, y allí estaba peleándose con los platinos y los carburadores. Como pillamos la moto cansada en cuanto le dimos al botón se rindió y arrancó. Le hicimos una pequeña puesta a punto de carburación y seguimos camino hasta Málaga, al Hospital Virgen de la Victoria.
En el Hospital subimos a ver a Javier, que estaba con mejor aspecto que muchos de nosotros, estuvimos un rato charlando con él y nos despedimos, que aún quedaba camino por hacer y ya nos habían dado un par de toques diciendo que nos estaban esperando de media Andalucía. En el hospital se nos unió Damasco, el cuñado de Javier, así que ya éramos toda una pandillita: José Ignacio, Roberto, Diegofull, Damasco, Maricruz y yo.
A la salida del hospital de nuevo la R90S que no tiene ganas de trabajar y funde un fusible.

Se hicieron experimentos con todo lo que pudiera parecer metálico a ver si se podía restablecer el paso de corriente: un pedazo de papel dorado de una cajetilla de tabaco, una tapa de yogur. incluso se pensó en ir a la recepción del hospital a pedir un clip... Finalmente entre Roberto, Diego y un taxista que amablemente hizo una donación de un pedazo de cable, aunque le costó soltarlo, no os creáis, se consiguió que aquello volviese a funcionar.

De nuevo en camino solo hubimos de detenernos un momento para que Damasco hinchase su goma delantera que la llevaba como para llevarse unos cuantos sustos en los Montes de Málaga.
A la salida de la ciudad nos esperaban Jose Ignacio (El Vecino Misterioso) Y Joeseph. Tras los saludos de rigor, de nuevo carretera arriba hasta la Venta de Alfarnate, con una única parada, en Colmenar, para esperar a Damasco, que venía con la lengua fuera, y es que la R65 cuando aprendes a llevarla va muy bien, pero requiere aprendizaje, rque en cuanto frenes lo has perdido todo. Nunca había pasado por esa carretera y la verdad es que la disfruté muchísimo, aunque con algo de miedo por si se me mareaba Maricruz, que no sería la primera vez. La sorpresa me la llevé cuando paramos en Colmenar y me dijo que se lo estaba pasando en grande, pero a partir de ahí mis brazos ya empezaban a quejarse un poco.
La Venta de Alfarnate es una bonita venta que aquella tarde estaba tomada enteramente por motos.

Solo había un par de neveras y no sé si serían de los dueños.

Entre otras monerías que había por allí me llamaron la atención esta Honda 900 Bol d'or

y esta Laverda Jota.

Por supuesto que me gustaban todas, especialmente la mia ¡faltaría más!

Además de las motos estaban los pilotos, que alguien tiene que subirlas hasta allí. De izquierda a derecha Roberto, Komodoro, David RC, Diegofull y Maricruz, que es copilota y de las buenas.

Aunque no hacía excesivo calor sí que hacía bastante sed y en menos de nada estábamos dentro tomando una cerveza fresquita.

Al poco nos pasaron al salón a comer. Por el camino nos encontramos a Luis Candelas detenido en un calabozo de la Venta.

A más de un chorizo que yo me sé lo dejaba sin parlamento y sin historias y lo metía aquí con Luis Candelas, que era bastante más honrado que muchos de los que se denominan Padres de la Patria.
De la comida ¿qué decir? ¡Ah! sí, que eramos un puñado,

que por allí andaban DavidRC

Varito,

Joeseph, Conde y Damasco,

Roberto y Diegofull en su momento gay

Komodoro,

Moggs y MrTwinflat.

los gemelos (solo se ve a uno, pero el otro es repetido, asi que da igual, se imagina),

Maricruz

y yo mismo.

¿Qué comimos? Pues una especie de veneno que se llama "huevos a lo bestia"

y que si al principio entra bien, sobre todo regado con abundante cerveza, al rato hace que se reúnan todos los demonios del cuerpo en el estómago, enciendan la caldera de Pedro Botero y te den el resto del dia, la noche y la semana siguiente. ¡Qué barbaridad! ¡Qué comida más pesada! ¡Nunca más!
Y no digo que no estuviera buena, pero para los que tenemos el estómago delicado ¡no, gracias!
Acabada la comida echamos un cafelito en el patio de la Venta, y se contaron chistes, anécdotas, curiosidades y chascarrillos mientras los más valientes se atrevían a pegarle un tiento a un licor de hierbas de esos que llaman digestivos porque acaban de digerirte el poco estómago que te queda y te hacen una perforación en menos que tardas en contarlo.

Un poco más tarde estábamos despidiéndonos y deseando que la próxima reunión llegue lo antes posible, que estemos todos los que estuvimos en ésta, incluidos los que se fueron antes de tiempo, y los que no han podido venir por una u otra causa.

La vuelta sin problemas y sin anécdotas destacables. A la anochecida estabamos en Sevilla, cansados pero contentos y pensando si volver al dia siguiente a Ronda, o no.
Después de una reparadora sesión de cama me levanté con ganas de hacer cosas, así que me fuí a Ronda. Nada destacable durante el recorrido, salvo que había mucha guardia civil por todo el camino ¿se estarán preparando para la semana que viene, que es el GP de Jerez? Atentos los que vengan que habrá recaudación general, como todos los años, que están las cosas muy malas.
Una vez en Ronda, lo primero que hice fue comprobar si había fugas en el depósito de la R100RS, al que le había puesto Nural 21 la semana anterior. Para empezar me encontré con que el dichoso pegamento no había polimerizado totalmente, y además, seguía humedeciendose de gasolina al rato de ponerlo horizontal.

Preparé un poco más de Nural 21, amplié la zona recubierta y lo dejé tranquilo hasta la semana próxima, a ver cómo está.
A continuación me fui a rellenar de aceite la horquilla de la R100RS. Lleva 230 cc de aceite en cada barra y para poder rellenarlas hay que quitar el manillar, porque si no, no hay manera de quitar el tornillo de llenado, que se queda justo debajo del manillar.

Para quitar el manillar solo hay que quitar las tuercas de las torretas y ya nos queda acceso al tornillo de llenado.

Le he puesto un SAE 10 porque dentro de poco empieza el calor y quizás vaya algo mejor en verano que el SAE 5.

Una jeringuilla ayuda bastante al llenado.

Una vez la horquilla llena de aceite, se vuelve a poner el manillar en su sitio y a otra cosa, que en este caso fue quitar el neumático viejo de la llanta, cosa que hice en un momento gracias a las herramientas adecuadas.

El aspecto de la goma (Continental K112) despues de 5000 km es penoso. No volveré a montarla.

A la R1100S hay que empezar a hacerle algunas cosas, una de ellas cambiarle las pastillas de freno traseras, que según veía estaban en las últimas. Como la R100RS seguía encima de la mesa, me tuve que ir a la calle a cambiarle las pastillas. Para ello hacen falta unas pastillas nuevas y la pinza de freno, y es bastante facil el cambio. Pongo arriba los kilómetros que marca la moto para tener un cierto control de lo que duran la próxima vez que las cambie.

Lo primero es quitar los dos tornillos que sujetan el guardabarros trasero y el propio guardabarros.

Seguidamente quitamos los dos tornillos que sujetan la pinza de freno.

Y ya tenemos la pinza en la mano.

Ahora quitamos ese pequeño circlip que asegura el pasador

y empujamos el pasador hacia el otro lado, con lo que liberamos las pastillas de freno.

La diferencia de espesor de la zona de fricción entre las nuevas y las viejas es notable

como que estaban hechas polvo, hasta con pérdidas de sustancia.

Los arañazos no son por defectos de frenada ni nada de eso, sino por haberlas usado como empujadores para abrir los pistones para que entrasen las nuevas.
A continuación se ponen las pastillas nuevasen su sitio, se coloca el pasador en su sitio, y se asegura con el circlip.

Volvemos a sujetar la pinza con sus tornillos y volvemos a colocar el guardabarros.

Y con esto tenemos pastillas traseras para una buena temporada. Las delanteras estan bien todavía.
Aunque eran poco más de las dos y media de la tarde estaba realmente cansado, así que recogí y me volví a Sevilla en la R80ST.
Ha sido un fin de semana realmente cansado. Ya estoy muy viejo para estos tutes.

domingo, 20 de marzo de 2011

244.- UN POQUITO A CADA UNA, GRACIAS A DIEGOFULL

Sí; lo primero es darle las gracias a Diego, porque si no llega a aparecer cuando estaba tirado en el suelo intentando poner los segmentos del cilindro derecho de la R65 y no me hubiese echado una mano, todavía estaría liado haciendo alguna de las cosas que se me ocurrieron hacer después. Pero vamos a seguir un orden cronológico, que ni no se me van las ideas.
Salí relativamente temprano, a las nueve y cuarto, así que iba bien de tiempo. La mañana estaba agradabilísima, con una muy ligera niebla al pasar sobre el rio que no auguraba más que lo que dice el refrán: tardecita de paseo. El paseo hasta Ronda sin anecdotas, salvo que en el cruce de Los Molares, en la gasolinera, había un radar de los de pillarte de frente, y además camuflado en un coche viejo. Están aprendiendo nuevas técnicas ¡lo que hace el hambre de los dirigentes (recaudatoria, claro, de la otra, nada de nada)! Por lo que pude ver un kilómetro más adelante, se les estaba dando bien la mañana.
Una vez en Ronda, y tras los preliminares, lo primero que hice fue lavar bien, primero, y lijar después, los tubos de escape originales de la R100RS, que el último dia se quedaron encima de la mesa.

A continuación, pasé a liarme con la R65, a la que hace nada le abrí el motor para cambiarle segmentos y no me quedé muy tranquilo con el circlip fijador del bulón que me había dado el mecanico de BMW, que me parecía demasiado pequeño, incluso abriéndolo un poco, así que lo saqué para cambiarlo por el suyo de verdad. Realmente era bastante más pequeño, y si no se aprecia demasiada diferencia en la foto, a la hora de meterlo en su sitio sí que se nota.

La idea era sacar unicamente un poco el conjunto culata-cilindro hasta dejar asomar el bulón, sacar el circlip malo, meter el bueno y volver a cerrar, pero me encontré con que las dos tóricas de los esparragos superiores estaban pisadas y un poco, bastante, aplastadas. Eso, logicamente, se traduce en pérdidas de aceite por esa zona, y la solución es poner las tóricas nuevas. ¿Por qué pasa esto de vez en cuando? pues porque a la hora de meter el cilindro en su sitio está uno más pendiente de que entren las gomas de los tubos de los empujadores que de las dos pequeñas tóricas de arriba. Hay quien le pone un poco de pasta de juntas a estas tóricas precisamente para que no se muevan de la muesca que hay en la base de los cilindros, justo donde apoya con el bloque del motor; yo no se la pongo nuca, y eso hace que se me salgan y se queden colgando del espárrago, con lo que está asegurado el pellizco en cuanto se apriete todo el conjuto. A partir de ahora creo que le pondré ese poquito de pasta que las fije en su sitio, aunque creo que es la primera o la segunda vez que me pasa esto.
El caso es que tuve que sacarlo todo para cambiar las dichosas tóricas

y lo peor fue a la hora de meterlo. Siempre prefiero meter el pistón en el cilindro encima de la mesa, con lo que puedo manipular mejor los segmentos para que se alojen en su sitio, y después colocarlo en la biela, pero esta vez decidí hacerlo al revés, es decir, con el pistón montado en la biela, meterlo en el cilindro, y a todo esto, la moto en el suelo. No fue una buena idea. Llevaba cerca de un cuarto de hora peleándome con el primer segmento, cerrando con dos dedos y empujando a la vez el cilindro con la barbilla, cuando llegó mi salvación montada en una R90S: Diegofull.

Con su ayuda, en cinco minutos estaba el motor cerrado.
Dos minutos después habíamos puesto una de las gomas del carenado. Para ello usamos un pegamento de contacto, el Contactceys. Pusimos un poco en la ranura del fuelle y al estar húmedo facilitaba la colocación. Una vez seco lo dejó fijo, o eso espero, porque al tiempo de escribir esto la moto sigue allá arribota y no sé qué pasará cuando se hunda la horquilla.

Dejamos para cuando estuviese seco el pegamento la colocación del otro.
Aprovechando que tenía tan buen compañero me decidí a quitar el fuelle de goma del cardan, que debía tener alguna fuga, por cuanto seguía teniendo siempre una gotita de aceite en la punta de la palanca del embrague. Del proceso no tengo fotos, pero puedo contaros que empecé como Hernán Cortés cuando quemó las naves, solo que yo cogí unas tijeras y le di un corte al fuelle, de manera que ya no había marcha atrás.


Había que desmontarlo todo. Y todo es todo: primero quitar los cuatro tornillos de la cruceta y desecharlos, que son de un solo uso, después quitar los ejes del basculante para poder retirar el cardan y pasar el nuevo fuelle. Seguidamente volver a colocar el basculante en su sitio, pero no había forma de que entrase. Probamos quitando los amortiguadores y tampoco, así que quitamos la rueda para que pesase menos y poder manejarlo mejor; tampoco era posible. Bueno, pues quitamos el grupo cónico y ya por fin entraron los ejes del basculante. Era el brazo del cardan que se había quedado pillado no sé cómo y no nos dejaba alinear los pasadores del basculante con los del chasis. De nuevo a montarlo todo y finalmente pudimos colocar el fuelle en su sitio.

Despues de esto Diego se marchó para Cártama y yo me quedé haciendo alguna que otra cosa, como por ejemplo quitarle la rueda delantera a la R80ST

para desmontar el disco delantero, que va a servir de donante para la R65

Obviamente, la R80ST se ha llevado un disco nuevo, que no es el original, pero que seguro que hace sus veces, aunque como comentaré después, de entrada, va regularcillo.

Aproveché, por supuesto, para ir fregando motos, que están las pobres bastante guarrillas. En este viaje le ha tocado turno a las dos que están operativas: la R80ST y la R1100S, y se han quedado bastante limpitas, la verdad.
Mientras se iban secando, en un último esfuerzo por volverme en la R100RS miré cómo estaba el depósito, y no, la soldadura en frio que había hecho el otro día no había funcionado. Ademas de que dejaba salir gasolina, se descascarillaba con cierta facilidad, así que la eliminé y lijé un poco

preparé un poco de Nural 21 ¡será por probar...!

y lo puse en la herida.

A la hora de volverme aún no había solidificado la muestra que dejé preparada, así es que lo dejé todo quietecito hasta la próxima semana, y así por lo menos no peco de impaciente como de costumbre.
Y como a esta hora ya debería estar seco el pegamento de por la mañana, volví a coger el tubo de Contactceys y se lo puse al fuelle de la barra derecha de la horquilla

Como ocurrió por la mañana, fue facil encajarlo en el carenado gracias a que el pegamento de contacto húmedo facilitaba el deslizamiento de los labios del fuelle por los bordes del carenado.

Parece que esto se ha quedado bastante firme.

Pero no me fio hasta que le haga por lo menos cien kilómetros.
La única que quedaba por pasar por el quirófano era el misil amarillo y precisamente esta semana le había comprado bujías nuevas porque presumía que no deberían estar demasiado buenas.
Cambiar las bujias en la 1100S es parecido a como se hace en las otras, pero tiene un poquito más de enjundia. No es llegar, quitar el capuchón, desenroscar y fuera; bueno, en realidad sí que lo es, pero un poco más adornado. Me explico: Primero hay que quitar la tapa de carbono que protege los culatines de magnesio ¡toma ya, magnesio! Con una llave allen, creo que de 5 mm, estan fuera en un momento.

Ahora te encuentras con un capuchón de bujia embutido a presión en las culatas que para extraerlo necesitas de una pequeña llave de plástico que afortunadamente viene en el kit de herramientas.

Para desenroscar la bujía creo que no tengo ninguna llave de tubo tan fina como la que hace falta; de todas formas, en las herramientas de la moto hay una que cumple perfectamente su función.

Una vez fuera la bujía compruebo con horror su estado y la sustituyo por otra nueva.

Me voy al otro cilindro y repito la operación. El aspecto de las bujias es bastante malo, al menos por fuera. Los electrodos, además, no están a la distancia recomendada, y muestran desgaste asimétrico que supongo que será normal porque la chispa intntará escapar por el que oponga menos resistencia. Creo que se le han cambiado las bujias una o ninguna vez a esta moto en su vida.

Cierro todo, recojo las herramientas, dejo ordenadas las motos y con los últimos rayos de sol entrando por la ventana me despido de mis motitos hasta la semana que viene.

La R80ST está como loca en la puerta viendo que se viene otra vez. La vuelta sin nada que comentar salvo que he venido haciendole el rodaje al disco nuevo que, de verdad, hasta que no he hecho lo menos quince o veinte kilómetros frenando suave e intermitentemente para darle tiempo a refrigerarse, no ha sido capaz de responder de forma medio adecuada. Después, poco a poco ha ido mejorando y, ya en Sevilla, era capaz de responder medianamente bien, casi como antes.
El domingo me llama Curro, Pion6 en bmwmotos.com, para recordarme que me había ofrecido un depósito de gasolina para la R65 hace ya unas semanas. No es que se me hubiese pasado, sino que un poco por timidez, otro poco porque el coche es de mi mujer y yo he renunciado a las cuatro ruedas y otro poco porque esperaba ir más rápido reparando depósitos, lo había ido dejando un poco de lado, pero ya no había excusas. Nos plantamos mi mujer y yo en Acalá, nos perdimos, como suele ser habitual en ese pueblo, al menos para mi, pero no mucho, porque al final llegamos a casa de Curro (siguiendo su coche, claro). Nos presentó a su esposa y nos enseñó su casa y sus motos, una R850 y una preciosa R80ST pintada en rojo burdeos que, por cierto, tiene en venta a un precio muy razonable para el magnifico estado en que se encuentra y a la que le he echado un guiño, lo que pasa es que venía mi mujer y eso ya es otra cosa. Echamos unas cervecitas en la terraza de su casa con unas preciosas vistas de los pinares de Oromana charlando de motos y de todo lo que salió y quedamos en que este miercoles tiene que pasarse por Los Barriles. Allí hablaremos de un par de cosas interesantes.
Y a lo que iba, que me ha regalado no solo un depósito de R65 con tapón y llave de gasolina, que me va a venir de lujo una vez que le de un pequeño lijado y pintado,

sino que además me ha regalado un amortiguador de R80ST un poco vencido de muelle pero bien de hidráulico,

unas defensas y una pantalla Puig que le he puesto a la R80ST y que le viene perfecta porque es transparente y casi no se nota que está puesta.
Curro: muchísimas gracias por todo, y ya sabes donde hemos quedado el miercoles, que tenemos que hablar.
Y ahora que lo pienso... ¿blanco con tres rayas paralelas amarillo, naranja y rojo huyendo hacia atrás? No sé, no sé...